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Huellas N., Abril 1984

CRITICA

Testigos de un testimonio: adios a Cortazar

Cristina López Schlichting

Historias de Cronopios y de famas
Pocket Edhase. 9a ed. 1981, Barcelona

Por segunda vez salta el hombre de Julio Cortázar a las páginas de N.T. y ha de ser ésta su segunda mención la que reco­ja la noticia de su muerte.
No hay tristeza, sin embargo, desde este recuerdo cálido y vivificante del que ha dejado impresionado toda su obra. Se podría
aprovechar este breve espacio para deta­llar la existencia pasada de un argen­tino parisién o para construir la abigarrada columna de sus creaciones apiladas: nada más alejado de lo que fue Cortázar, el hombre que descubrió que un reloj o una forma de saludo podían esclavizar al ser humano. Nada más injusto para quien buscó la verdad en cada reflejo de la realidad y olvidó conscientemente los planos, las fórmulas, los esquemas prefijados.
Fue uno de esos seres privi­legiados que gustan igualmente del canto de un pájaro y del rugir de una cañería y que .. distinguen fuertemente la sorpresa de lo cotidiano del tedio de la rutina. Revolu­cionó la literatura y, como cada hombre since­ro revolucionó también un poco el mundo que compartimos y los corazones de quienes lo leímos y amamos.
Ebrio de fantasía, de aquella que extrajo de su entorno que reveló nuevo bajo su sensibilidad ilusionada, escribió, hace ya veinticuatro años, "Historias de Cronopios y de Famas". Hoy es un libro universal para una ocasión universal.
Con obstinada observación, entusias­mado y crítico a la vez, usó de su caracterís­tica imaginación para componer un libro peque­ño a cuya experiencia no escapa nadie. Los objetos, las acciones de cada día, se nos descubren en toda su novedad, con una frescura infantil.
"Cronopios y Famas" es una excelente excusa para conocer a uno de los mejores escri­tores de nuestro siglo o para sorprenderse de nuevo con él porque contiene, si no el pensamiento, si la voz y la mirada del que un año después plasmaría en "Rayuela" su deci­sivo testimonio acerca del hombre. Asistir al canto de un Cronopios o a la filantropía de un Fama, recibir instrucciones para llorar o para matar hormigas en Roma, buscar durante años por las cañerías de la ciudad un pelo anudado o aprender qué es un posatigres es lo que ofrecer este libro de bolsillo, que sin embargo adjunta palabras como las siguien­tes y sirve por sí mismo de homenaje póstumo para su autor:
"Y no que esté mal si las cosas nos encuentran otra vez cada día y son las mismas. Que a nuestro lado haya la misma mujer, el mismo reloj, y que la novela abierta sobre la mesa eche a andar otra vez en la bicicleta de nuestros anteojos, ¿por qué estaría mal? (...) Pero hay un piso de arriba donde vive gente que no sospecha su piso de abajo, y estamos todos en el ladrillo de cristal ( ... ) Cuando abra la puerta y me asome a la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las cosas ya sabidas, no el hotel de enfrente; la calle, la viva floresta donde cada instante puede arrojarse sobre mí como una magnolia, donde 'las caras van a nacer cuando las mire, cuando avance un poco más, cuando con los codos y las pestañas y las uñas me rompa minu­ciosamente contra la pasta del ladrillo de cristal, y juegue si vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el diario a la esquina".

Que estas notas recojan el agradeci­miento profundo de quienes sentimos nacer el rostro de Julio Cortázar a la luz de sus líneas.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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