De origen ateo y de familia socialista, Olivier Clement, se convierte al cristianismo a los 27 años, haciéndose ortodoxo.
Su pensamiento se ve influido decisivamente por Vladimir Losky, Dostoievsky, Berdiaeff, Danielou, Von Balthasar y también por los padres griegos en general.
Gran buscador, Clement consagra todas sus inquietudes a encontrar aquello que da sentido a su vida. Todo lo prueba, todo lo desglosa, todo lo estudia, pero todo le deja insatisfecho...
Este caminar insaciable, al modo de S. Agustín, que buscó la verdad en diversas doctrinas e ideologías, Clement lo hace en el marxismo, hinduísmo... y en general se interesa por las doctrinas filosóficas de la época.
Acercándose paulatinamente a los autores arriba señalados, va vislumbrando aquello que dará a su vida un sentido de plenitud, su verdadero sentido,
Es, en el fondo de sus especulaciones, la figura de Jesús de Nazaret la que le seduce; se maravilla ante semejante personaje, que le desconcierta, pero que le atrae en lo profundo. Tantea, oscila, pero la vida de Cristo se ha convertido en su eje vital.
El hombre buscador encuentra la verdad de todas las cosas; todo adquiere sentido ante el Cristo que le penetra. Todo es comunión en Cristo; Clement "se une a la tierra para llenarla de cielo".
Creo que Olivier Clement es un místico contemporáneo, sugerente, lleno de propuestas cristianas, interpretando el mundo y la historia desde el silencio de Dios.
Autor de "Sobre el hombre" (Ed. Encuentro), nos sorprende con una nueva obra que quiere ser el itinerario espiritual de su vida: "El otro sol" (Ed. Narcea), libro repleto de humanidad y divinidad que recomiendo leáis.
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