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Huellas N., Abril 1984

ACTUALIDAD

"El cristiano tiene que ser radicalmente fiel a los pobres"

Entrevista a Julián Gómez del Castillo

Cuando llegarnos a la puerta de un pequeño piso del Barrio del Pilar, quizá no sospechábamos todo lo que esa tarde íbamos a aprender. Nos abrió la puerta un hombre alto y delgado, de cara enjuta y arrugada: "Ya no me acordaba que ibais a venir esta tarde". Nos acompañó a un peque­ño salón donde estaban su hija y su pequeño nieto jugando en el suelo. Nos sentamos alrededor de una pequeña mesa mientras Julián comentaba cosas mirando al pasado. Y casi como una conversación, sin preparar nada, co­menzamos a hacer preguntas a este "viejo militante":

¿CUAL FUE EL ENTORNO FAMILIAR Y COMO TE INICIASTE EN LA VIDA CRISTIANA?
Mi madre era cristiana, mi padre era marxista; hicieron un pac­to: las niñas se bautizarían y los niños no. Mi padre muere en la huelga del 34; quedamos cinco niños huérfa­nos, el mayor de 14 años, y por tanto me toca pasar el hambre antes, durante y después de la guerra. Mi padre pertenecía al comité de huelga en Granada. Era Secretario General de la UGT en la provincia y pasa a la cárcel en cuanto le echan mano al Comité como consecuencia de una delación, y ya salió desde allí en libertad vigilada a casa, enfermo, y de casa al cementerio. Y él era ya la tercera generación de presos, o sea, su padre, mi abuelo, había nacido en la cárcel como consecuencia de que su abuelo, mi bisabuelo, que era navarro, había sido desterrado por las luchas del siglo XIX a Almuñecar, en Granada, y allí nació mi abuelo, en la cárcel. A mí también me ha tocado estar procesado tres veces.
A los 18 años decido bauti­zarme. Yo digo como un viejo militan­te que "Dios además de amor es humor" y el humor de Dios quiso que viniendo yo como venía de una familia radical­mente a la izquierda española en va­rias generaciones, un cura que esta­ba, yo creo entre los diez primeros carnets de Falange, me desafiara a que desde dentro de la Iglesia tam­bién se podría vivir la solidaridad y el amor, cosa que yo creía siempre exactamente al revés.

¿QUE SIGNIFICO LA HOAC EN TU VIDA?
La HOAC fue para mí el gran hallazgo de mi vida, sobre todo por­que allí hubo un hombre que se llamó Guillermo Rovirosa que fue mi maestro en la militancia. El fue quien me descubrió que el obrero cristiano no tenía por qué ser amarillo, que se podía ser militante obrero y dar la vida por los hermanos y ser cristia­no; y eso lo demostró no por la lengua sino con su propia existencia.
Y en la HOAC además de en­contrar a este gran maestro encontré un clima donde realmente se vivían una serie de cosas, como unas expe­riencias hacia una vida comunitaria cristiana seria, en donde nos jugamos tranquilamente la libertad y muchas cosas sin mirar qué había de respaldo. En ese sentido creo que la HOAC fue una gran avanzadilla que ahora ha perdido el talante místico que tuvo en los años 40 y 50. La historia de la HOAC no se podrá escribir, a pesar de lo que digan una serie de personas, sin tener en cuenta que el equipo nacional de finales de los 40 y mediados de los 50 está integrado en su casi totalidad por conversos, gente de gran experiencia de lucha que habían llegado a la Iglesia por conversión. Creo que ese es el gran problema de la Iglesia Europea, y por supuesto española, que no nos planteamos el problema de la conver­sión ( sucede como con los militares a los que el valor se les supone) y nos morimos siendo papas, obispos, o padres de familia sin plantearnos el tema. Algún día se escribirá la histo­ria con un poco más de exactitud y se verá cómo Franco empieza la perse­cución a la HOAC en 1947, cuando desde la Secretaria General del Movi­miento instrumentalizando al Goberna­dor de Santander, Joaquín Reguera Se­villa, aparece en el periódico de San­tander y luego se divulga por toda España, un artículo cuyo título era "La HOAC es un grave error político". Y a partir de entonces la HOAC está en tela de juicio por parte del po­der. Lo que pasa es que a los marxis­tas, cristianos y no cristianos, les interesa ahora desfigurar la realidad porque es muy difícil hacer entender a la gente que a la vez que nace el Nacional-Catolicismo nace también la HOAC, y cómo desde dentro de una Iglesia triunfalista, nacionalista, etc., es posible entender el nacimien­to de una organización militante obre­ra plenamente aceptada por la militan­cia obrera de lucha.

¿CUAL HA SIDO EL PAPEL QUE HA JUGADO TU MUJER EN TU VIDA?
A mi mujer la conocí en la HOAC. Es una mujer de los años 40 que ha pasado hambre, que ha sufrido mucho, hasta el punto de ver morir a un hermano de hambre a los 18 años, que ha creído en Dios seriamente, que toda la vida la ha sabido ver desde el Evangelio, que no le ha hecho ascos a nada que tuviera dimen­sión religiosa, lo cual quiere decir que ha sabido vivir una vida de un sacrificio fuera de lo normal.

Y DESPUÉS DE UN TIEMPO ABANDONAS LA HOAC...
Nosotros vemos venir la cri­sis de los años 60. A Guillermo Rovi­rosa se le eliminará calumniosamente de la HOAC (se le acusa de haberla utilizado al servicio de la políti­ca). Guillermo Rovirosa cuando se le dice que se defienda dice: "Jamás un hijo tiene derecho a defenderse de su madre, es la madre la que tiene la obligación de defender al hijo". Y nace ZYX en el año 63; cuando en España estaba prohibido el derecho de asociación, montamos una sociedad anónima que es la carta magna de la libertad del capitalismo (esa no la iba a suprimir ni Franco), y adopta­mos la forma de una editorial porque queríamos realizar un movimiento de carácter cultural apostólico. Y ZYX es una organización apostólica, lo que pasa es que al final del franquis­mo unos señores con visión política acaban hundiendo la editorial.

A TI LO QUE TE PREOCUPABA ENTONCES ERA LA FORMACIÓN DE MILITANTES...
Sigo creyendo que no solo entonces; hoy más que nunca es el gran quehacer, pero ya con un agravan­te: en estos momentos las condiciones de nuestro país dan paso no ya a organizaciones militantes, sino a or­ganizaciones burocratizadas que comba­ten la aparición de militantes. Esto se puede aplicar a toda la sociedad, pero no así a la Iglesia: la Iglesia siempre tendrá una respuesta que hará que aparezcan militantes. El militan­te es el hombre capaz de estar enamo­rado de un ideal, de vivir y morir por ese ideal, y todo ello por pura generosidad. Es evidente que el mili­tante es aquel que no cobra ni un solo céntimo de la organización.

DESPUÉS UN GRUPO OS METISTEIS EN USO...
Eso ya fue en plena transición, es decir, hecha la jugarreta de ZYX por "los políticos" (ya es el año 73, y Franco está en plena decadencia físi­ca). Una serie de gente tomamos la vía de colaborar con los hermanos en igualdad de condiciones y entonces lanzamos el Movimiento Autogestiona­rio, cuya finalidad únicamente fue intentar hacer un puente entre la UGT y la CNT para que ambas organiza­ciones resurgieran en España con fide­lidad a su talante autogestionario. Pero en vista de que no era posible tender aquel puente pasamos a inten­tar que USO, que era un sindicato minoritario pero con una relativa pre­sencia en la vida española, cumpliera algo que en su carta fundacional esta­ba, que era la autogestión. Pero aque­llo también fracasó, y un sector se pasó a CCOO y otros decidimos irnos al quehacer apostólico, y hoy estamos en el Movimiento Cultural Cristiano.

¿EN QUÉ CONSISTE EL MOVIMIENTO CULTU­RAL CRISTIANO?
El MCC es, como la palabra dice, un movimiento, abierto a todas las organizaciones apostólicas y a todos los movimientos y comunidades de base cristianas, respetando la for­ma de ser de cada una e intentando por todos los medios que se promocio­nen militantes. Lo que queremos, des­pués de la crisis del apostolado lai­co en España, es que resurja la mili­tancia en la Iglesia, creyendo una cosa muy elemental: que no puede re­surgir la militancia si el cristia­nismo no sufre un cambio revoluciona­rio a través de plantearse como punto de partida de fondo cristiano el pro­ceso de conversión. Y en la medida en que eso ocurra la aproximación a los hermanos será un hecho. Y esta es la razón de ser del MCC.

¿QUE OPINIÓN TE MERECE LA EXPRESIÓN "CRISTIANO PROGRESISTA" O "CRISTIANO DE IZQUIERDAS"?
Me parece una estupidez. El otro día teníamos un cursillo dirigi­do a los obispos españoles, y les rogaba encarecidamente que no cayeran en la estupidez crasa de los dualis­mos a que un sistema alienante como el neocapitalismo les quiere llevar. El cristiano tiene que ser radicalmen­te fiel a los pobres si quiere ser un cristiano fiel a Jesús; y por tanto es evidente que tiene que jugar a un cambio revolucionario. No se puede seguir siendo cristiano y pasar por alto palabras como las del papa Juan Pablo II en Barcelona, que cuan­do dice que el trabajo prima sobre el capital lo que está pidiendo es un cambio revolucionario del mundo. Yo estoy en esa línea, pero que no me identifique nadie con la rosa o con el clavel.

CUÁLES SON LOS VALORES DEL MOVIMIEN­TO OBRERO QUE DEBEN SEGUIRSE MANTENIENDO?
La clase obrera anterior al 36 tenía como valor de arranque el de la angustia, no una angustia exis­tencialista, sino una angustia que tiene en cuenta una situación que se padece, que produce dolor y por tanto ganas de salir de ahí. Yo creo que este es el primer valor del militante obrero.
El segundo valor es la soli­daridad. Con el nacimiento de las zonas industriales el hombre descubre que no solo es individuo sino que es colectivo, y que en la situación que está padeciendo si se suman la mise­ria del otro, más la del otro, más la del otro, no da más miseria sino más posibilidades de liberación.
El tercer valor es la perma­nencia orgánica de la solidaridad, que es la razón de la organización. Desde el principio el movimiento obre­ro descubre que sólo la asociación es su fuerza y el único medio para actuar.

¿CUÁL ES LA LABOR DEL SINDICALISMO EN UNA DEMOCRACIA?
Yo creo que todo está unido en el vivir humano. El hombre no es alma y cuerpo, el hombre es hombre, es persona. Por tanto todo lo que es sustancial a la vida humana forma una unidad que es indivisible. ¿Se puede pedir en una sociedad neocapita­lista un sindicalismo que no sea ven­dido? Yo creo que no. El nivel econó­mico de una sociedad y la cultura que eso genera colocan unos valores que llevan al hombre a cometer la traición como norma habitual de con­ducta, a una actitud pragmática, ag­nóstica, etc., cada uno en su terre­no, es decir, es el hombre que no es ni ateo ni creyente, que no es ni militante ni no militante, que no es ni carne ni pescado, que no es ni chicha ni limoná, que es lo que es, que es el hombre gris de nuestra sociedad. Por tanto hay unos sindica­tos que están para colonizar a la clase obrera. ¡Quién iba a decir que un gobierno socialista iba a prohibir asociarse a los pobres! Ahí está la ley de libertad sindical que prohíbe asociarse a los parados; se les obli­ga a asociarse en su respectiva fede­ración de ramo con lo cual prevalece­rán las opiniones de los que tienen trabajo. ¿Se puede esperar del sindi­calismo una actitud militante? No, hay que cargar con eso; por eso creo que el gran deber de la Iglesia es prestarle a la sociedad algo que ella no va a generar por sí misma.

ES DECIR QUE LOS SINDICATOS ACTUALES CAEN EN LA LOGICA BURGUESA
Sí, los sindicatos han pasa­do a ser pieza del sistema, de tal manera que el movimiento obrero orga­nizado, las organizaciones sindi­cales y políticas autollamadas de cla­se en Europa, son organizaciones de opresión contra el tercer mundo.

¿ Y QUIÉN DEFIENDE ENTONCES LOS INTERE­SES DE LOS OPRIMIDOS?
El movimiento obrero ya ha ido absorbido por la clase media y esa identidad se está dando cada vez más. Lo que me preocupa es que a final de este siglo el 73% de la Iglesia Católica pasará hambre (y ham­bre es hambre) y ¿cómo puede vivir la comunión eclesial con mis hermanos que pasan hambre?, ¿qué hago yo?, ¿paso hambre espiritual? Basta de alienaciones. O doy un entronque en la vida de los oprimidos o no va a haber comunión eclesial. Y por supues­to la clase obrera latinoamericana, africana o asiática, sí me merecen más respeto. O en España que ya han vuelto a aparecer las bolsas de ham­bre; se habían ido hace 15 o 20 años y ya tenemos otra vez miles de ham­brientos. Yo diría que el cristiano en concreto lo que tiene que descu­brir es que los pobres en el Evange­lio de Jesús son un sacramento, son lugar de encuentro de Dios con el hombre y del hombre con Dios.

¿CÓMO VALORAS LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA?
Creo que la "Laborem Exer­cens" plantea un problema. El princi­pio clave de la Encíclica de Juan Pablo II, que ya no hay quien lo borre para nunca de' la doctrina de la Iglesia, es que el trabajo tiene que primar sobre el capital. La doc­trina social de la Iglesia es toda una recuperación de un terreno perdi­do a lo largo del siglo XIX hasta 1891, cuando aparece la "Rerum Nova­rum". En estos momentos Juan Pablo II ha puesto quizá una de las cosas para mí más radicales de la doctrina social de la Iglesia, después de la afirmación de la persona humana por Pío XII y Juan XXIII, afirmación que va a hacer también Pablo VI, de mane­ra que desde ahora un cristiano ya no podrá decir cuando estudie economía que el capital está formado por tal y por tal, sino que está formado por dos cosas: trabajo y naturaleza.
Lo cual lleva a un cambio revoluciona­rio de la sociedad.

¿QUE PAPEL JUEGA LA FE EN ESTE CAMBIO?
La única razón para ser mi­litante en un país desarrollado es la fe. Yo no veo ninguna razón para ser militante obrero en España hoy si no fuera por la fe. Es evidente que la fe me exige tener una actitud frente a la vida que no la tendría de otra manera, es decir, no veo ninguna razón para amar al hombre por el hombre. Y hay que amar al hombre porque Jesús se metió por me­dio, es decir, por fe. Lo que me temo es que descafeinemos también la fe. Creo que vamos a ir a una religio­sidad espiritualista y de forma, per­diendo los contenidos, y el principal es arrancar de una conversión a Jesús.

¿QUÉ OPINAS DE SINDICATOS COMO LA CLAT O SOLIDARIDAD?
Latinoamérica es otro mun­do. Yo me temo mucho qué el raciona­lismo que hemos transplantado a tra­vés de la cultura y a través de la misma evangelización misionera les perjudique gravemente, La CLAT que es una esperanza, puede dejar de ser­lo si no suelta las amarras que tiene actualmente; y debe de soltarlas cuan­to antes aún a costa de perder medios económicos.
Hay que hacer un movimiento obrero en esos países que sea radical­mente de ellos mismos, en el que no se admita que se les pase facturas de ningún tipo.
Solidaridad es un movimien­to que obedece a muchas razones de tipo histórico, patriótico, de clase, religioso, etc. Pero ha dado sobre todo una respuesta militante a una situación de unos pueblos oprimidos. Y Dios quiera que en Latinoamérica, en los países de la dictadura estadista autollamada socialista o en el neocapitalismo español seamos capaces de una actitud militante, responsa­ble, revolucionaria, en el mundo obre­ro. De otro lado yo no veo por dónde pueden salir fuerzas revolucionarias más que en el Tercer Mundo o en la Iglesia de Jesús.

¿CUÁL ES LA CONCIENCIA EN LA IGLESIA ACTUAL ESPAÑOLA SOBRE LA SITUACIÓN SOCIAL Y QUÉ OPINAS DE LAS CAMPAÑAS CONTRA EL PARO, ETC.?
¡Uff! Me preguntas un tratado.
En cuanto a las campañas que se están haciendo, sólo en la Diócesis de Madrid se está aportando en la lucha contra el país más que todo lo que hacen todos los partidos y todos los sindicatos en toda España juntos. ¿ Y qué remedia que se den en Madrid 70 ó 100 millones al año? Nada. Son simplemente un signo y nada más que un signo, desgraciadamente el único. Si en vez de uno hubiera cuatro sería mejor. O sea que la Iglesia en este terreno creo que ha hecho lo que debiera hacer en otros, entre ellos el problema de los pobres que está sin tocar. Si hay algo con lo que no se puede jugar es con los pobres.
La jerarquía se ha "aficio­nado" en el peor sentido de la pala­bra a hablar de clase. Pues que no olviden que en concreto la clase obre­ra en Europa es clase de opresión. Y creo que sigue habiendo obispos que hablarán mucho menos de la otra clase obrera. Creo que en el fondo están acomplejados... no se pueden liberar de cuarenta años de bendiciones al franquismo.
Pero, en fin, yo creo que la sensibilidad respecto a, la clase obrera la veo bien, pero no olvidemos que la clase obrera desarrollada es una clase opresora. Lo que Jesús exi­ge en el Evangelio es la fidelidad a los pobres y no a las clases, y la clase obrera española no es el cora­zón emancipador de los pobres. Dejó de serlo.
Al irnos de su casa tenía­mos la certeza de haber hablado duran­te casi dos horas con un hombre de fe, con un testigo, con un hombre comprometido con la verdad y la justi­cia, que mira la vida de frente y habla con absoluta libertad porque no tiene nada que perder pues su vida está al servicio de un ideal mucho más grande que él.

Entrevistaron: Andrés Bahóm
Javier Restán Ernesto Orellana

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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