Huellas N.6, Junio 2007

IGLESIA - Brasil / Benedicto XVI

Defensor de la fe

Julián de la Morena

Ha viajado a Brasil un padre que quiere hacer crecer a sus hijos de toda Latinoamérica no solo recordándonos quiénes somos sino ofreciéndonos una vez más el atractivo más grande que existe para el hombre: Jesucristo. Este hombre anciano es el sucesor de san Pedro que tiene como misión querida por Jesucristo la de ser “roca” y confirmar en la fe. Ningún continente hoy tiene tantos rasgos homogéneos como América Latina y esto es gracias al cristianismo. Por lo tanto, el rostro que América busca en el espejo es el de Jesucristo. Nuestro continente es joven en muchas cosas; también lo es en la fe y por ello está más atento a seguir lo atractivo, lo bello y lo verdadero, pero necesita aún que madure la fe. Para ello el Papa, como buen padre, nos ha indicado de nuevo el gran ideal cristiano pero también nos ha alertado de los falsos atractivos hedonistas y de la cultura de la muerte.
Benedicto XVI desde la discreción como colaborador de Juan Pablo II ya ha vigilado para que en América los más débiles, que ya habían sufrido la devastación del capitalismo sin escrúpulos, no sufrieran también la manipulación del marxismo que pretendía infiltrarse en nuestra tierra con rostro cristiano. Por ello es impagable lo que este hombre ya había hecho por nosotros y que la historia le reconocerá. Su interés por los más débiles le hizo ser decidido y valiente para luchar e impedir que cayéramos en otra nueva esclavitud que se ha demostrado devastadora en el siglo XX.
Este Papa ya ha subrayado algunas palabras para personalizar la fe y para que este continente que aún tiene un número significativo de católicos pueda gozar de serlo. Palabras como Amor, que revela el rostro de Dios; la belleza de ser cristianos y la fe como el culmen de la razón son para nosotros –entre otros subrayados– caminos a aprender para que la religiosidad de nuestro pueblo sea personal, crezca, sea realmente atractiva y misionera.
Siendo Padre nos enseña a ser nosotros hijos y padres. Hombre que ayuda a crecer a otros, señalando el Ideal y que, a través de la Iglesia en sus múltiples manifestaciones asociativas, parroquias y movimientos, ofrece un lugar concreto donde descubrir a Jesucristo y amarlo.