Huellas N.4, Abril 1981

Instrumentos

La strada

Fellini

Es verdaderamente extraordinaria la sensibili­dad humana que demuestra Fellini en esta pelícu­la, que representó su consagración definitiva en el Festival de Venecia de 1957, aunque en un primer momento tuviera que sufrir la reacción desfavora­ble de la crítica.
El film narra las vicisitudes de un titiritero, Zam­panó, y de su ayudante, Gelsomina, una muchacha rara y de corta inteligencia, comprada a su madre por Zampanó.
Desde las primeras escenas surgen caracteres de los personajes en juego: Zampanó, violento y duro y, sensible e infantilmente ingenua, Gelsomina.
Pero sobre todo, con imágenes sencillas y reales, Fellini muestra los valores de esta historia humana aparentemente insignificante. En principio la "reli­giosidad" instintiva, si así podemos llamarla, de Gelsomina y de "il Matto" ("el Loco"), en sus dos inseparables aspectos. El primero resalta claramen­te en la figura de Gelsomina que, cansada de las humillaciones de Zampanó, llega a plantearse si merece la pena seguir con él: es la pregunta funda­mental sobre la "utilidad" de la vida, para qué y para quién es necesario continuar viviendo. El se­gundo aspecto es la afirmación positiva de la vida: "Si esta piedra no sirve para nada, todo sería absur­do incluso las estrellas", dice el Matto a Gelsomina para consolarla. Y ella lo acepta.
La vida, en sus condiciones concretas, aun sien­do las más desfavorables, tiene un sentido, aunque sea misterioso.
También es sugerente el planteamiento del pro­blema del amor y de su consecuencia, la fidelidad; que no es fruto del sentimiento o del instinto, sino resultado de un juicio de valor. En efecto, Gelso­mina seguirá con Zampanó, porque, como dice ella misma, con sencillez conmovedora: "Si no estoy yo con él, ¿quién va a estar?"
Es útil añadir que las magistrales interpretacio­nes de Anthony Quino (Zampanó) y, sobre todo, de Giulietta Masina (Gelsomina), hacen de La Stra­da una verdadera obra de arte, como incluso lo ha demostrado en estos meses (¡después de tantos años!) la gran afluencia de público madrileño a su proyección.