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Huellas N.05, Mayo 1994

VIDA DE LA IGLESIA

Los cristianos del cedro

Massimo Camisasca y Ambrogio Pisoni

Encuentros: Dos sacerdotes de CL han sido hospedados por la Iglesia maronita libanesa. Reflexiones de una visita a Beirut

Cuatro días en la «Tierra de los cedros», cuatro días de encuentro con la realidad martirizada del Líbano, con su pue­blo y, sobre todo, con la presencia de la Iglesia.
Invitados por el padre Philippe Yazbek, superior general de la Con­gregación de los Misioneros Maroni­tas, nos hemos marchado a Beirut para encontrar su experiencia misio­nera, presente ya desde hace un siglo no solo en el Líbano, sino también en numerosas comunidades maroni­tas libanesas extendidas por el mun­do.
Hemos visto con nuestros ojos las heridas profundas que diecisiete años de guerra han infligido al rostro de esta tierra y sobre todo sus conse­cuencias en los corazones de los hombres.
Sin embargo, lo que nos ha impresionado y conmovido más ha sido el testimonio de la Iglesia: hom­bres y mujeres profundamente cons­cientes de su pertenencia a Cristo Jesús y por lo tanto, gracias a Él, presentes en esta situación tan dra­mática con una alegría y una labo­riosidad que no pueden encontrar otra razón de ser que la fe vivida.
Fe alegre y operante que se con­creta sobre todo en la obra educati­va. Los Misioneros Maronitas, por ejemplo, gestionan dos colegios, uno en Jounieh al norte de Beirut, y el otro en Tiro, en el sur del país, que hospedan casi a cuatro mil quinien­tos jóvenes de edades comprendidas entre guardería y bachillerato, ya sean cristianos o musulmanes. Visi­tamos estas escuelas y nos encontra­mos brevemente con los muchachos mayores y con sus educadores: nos han impresionado su inteligencia vivaz y llena de curiosidad junto a su estima y afecto por la experiencia que están viviendo. A hombres y mujeres así se les ha confiado el futuro del Líbano, en la memoria de una historia fundada sobre la expe­riencia de una convivencia pacífica y respetuosa de culturas y religiones diferentes.
Junto a los Misioneros Maronitas, también otras realidades de religiosos y religiosas trabajan incansablemente, junto a laicos, en medio de la gente, testimoniando la presencia de una Iglesia profundamente enraizada en la vida cotidiana del pueblo libanés.
Por eso ha sido una experiencia extraordinariamente útil la que hemos vivido: encontrar el «marti­rio» de los cristianos es siempre un don muy preciado que hay que cus­todiar con cuidado. Especialmente en casos como éste, en el que el padre Philippe y sus hermanos nos han pedido continuar esta relación de amistad, providencialmente ini­ciada, en vistas a una colaboración a la obra común que nos ha sido confiada.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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