Hacer el Movimiento. Compartir y vivir una amistad. He aquí cómo florece, en medio de un durísimo contexto, la comunidad de Rumanía, que nos pide acogida
Antonia no tiene necesidad de saber por las estadísticas lo difícil que es salir adelante en Rumanía. «Nuestra situación económica cada día se hace
más desesperada», escribe, «la inflación ha llegado al 320% en el último año y los sueldos son siempre los mismos. Duran la primera semana de mes y luego ya no sabes qué hacer, qué comer... ». Según un reportaje publicado en el pasado enero por la Unicef, la mitad de la población rumana (el doble, respecto a 1989) vive por debajo del límite mínimo de pobreza, con una renta mensual entre los 35 y los 45 mil leus (entre las 4.000 y 5.000 pesetas). La tasa de mortalidad infantil (24 por mil) es, después de la de Albania, la más alta de Europa.
A finales de 1993, las reservas financieras del Estado eran apenas superiores al equivalente de un mes de importaciones.
Sin embargo, en un contexto así, de miseria ilimitada, Joan nos escribe: «Puedo decir que antes de conocer el Movimiento creía que mi destino era el trabajo de profesor que hacía para poder vivir». Dejemos de lado los errores de sintaxis, puntuación, mayúsculas del italiano de nuestro amigo de Turda, dado que, en estos casos, incluso la imperfección lingüística (por otra parte, más que justificada) sirve para acercamos a la frescura de una experiencia: «Ahora creo que mi destino es este nuevo trabajo en el cual he descubierto algo nuevo: he visto que las cosas maravillosas para mi felicidad y para la felicidad de los que me rodean se pueden hacer con sacrificios, con la renuncia a menudo de ti mismo, con el dar algo a Otro. Así también lo hacen mis amigos que renuncian a un día de descanso después de una semana de trabajo y vienen cada sábado a trabajar con nuestros niños».
Volved a leer la separata de El Sentido de la caritativa, el primer abc del Movimiento: «Ante todo nuestra naturaleza produce la exigencia de interesarnos por los demás... Pero Cristo nos ha hecho comprender la razón profunda de todo esto al desvelarnos la ley última del ser y de la vida, que es la caridad». Joan, sus amigos, los niños, una compañía. Joan decide sobre la formación y los papeles que desempeña cada uno: «Ellos son: el padre Elías, catecismo; Maria Marcu, catecismo; Tatiana Calina, escuela de comunidad de bachilleres; Alexandru Pintilie, la lengua italiana; Simona Pirosca, la lengua italiana; Maria Dragusin, música. Y desde luego, no podemos olvidar a Angela Nae, la administradora y tesorera, que nos asegura cada sábado los zumos, la fruta, los dulces, el té cuando hace frío, para 150 niños».
Música y zumos ya son una respuesta a la propaganda denigrante en las confrontaciones con la Iglesia, recientemente denunciada por monseñor Vasile Hossu, obispo de Oradea: «En Rumanía actualmente se está llevando a cabo un claro intento de desacreditar a la Iglesia y, en particular, a la Iglesia católica, presentándola como un residuo del pasado que no tiene ya nada que decir ante la vida y ante los problemas del presente». Ha habido un encuentro organizado por la asociación Familias para la Acogida, es decir los amigos que están ofreciendo más tiempo, generosidad y ayuda material al desarrollo de la experiencia de fe y de Movimiento en Rumanía. La pequeña comunidad de Cl de Turda, que contaba en sus comienzos con 4 personas, ahora acoge a más de 30 adultos y otras 150 personas entre niños y adolescentes. En Bucarest la comunidad, formada por adultos, universitarios y niños, ha sido reconocida con estima incluso por el Nuncio apostólico. Un florecimiento inesperado, originado por el trato recíproco y frecuente de adultos rumanos e italianos y hecha expresiva por un gesto tan simple como lleno de significado: la hospitalidad ofrecida por familias italianas del Movimiento a niños rumanos que forman parte de la compañía descrita antes por Joan.
«Ha sido muy importante el gesto gratuito de hospitalidad en verano», decía monseñor Hossu en la ya citada intervención, «porque ha sido el signo de la actualidad de una vida y de una presencia de Iglesia. Mucha gente ha quedado sorprendida y hay quien ha vuelto a acercarse a la Iglesia con una estima nueva».
Las familias de los niños han empezado a formar parte de la vida de Cl en Rumanía hasta el punto de participar en el fondo común, al que cada uno contribuye libremente con lo poco que puede, para ayudar así a huérfanos y a viejos, y para organizar excursiones y fiestas y para comprar zumos y fruta. Y «el té, cuando hace frío, para 150 niños».
LA ACOGIDA DE ESTE AÑO
Por primera vez los niños de nuestros amigos de las comunidades rumanas fueron hospedados en Italia en 1991. Una experiencia que ha contribuido a dar al Movimiento de Rumanía confianza y un horizonte de seguridad en el camino. Ahora, entre los estudiantes de los institutos de bachillerato, también se ha iniciado la experiencia de Gioventú Studentesca, que continúa encontrando muchos chicos (unos 50 sólo en Turda) entre los 15 y los 18 años.
Por eso la propuesta de acogida de este año, que dirigimos a todas las familias del movimiento, quiere privilegiar justamente a estos jóvenes de edad más consciente. Se trata de alrededor de 250 chicos que serán acompañados por una treintena de adultos, algunos de los cuales ya inscritos en la Fraternidad. Piden hospitalidad en las familias del Movimiento en el período comprendido entre el 20 de julio y finales de agosto. Los responsables nacionales de Gioventú studentesca y la asociación Familias para la Acogida están intentando organizar una semana de vacaciones a finales de julio, en la que pueden participar unos 50 estudiantes rumanos junto a los bachilleres italianos.
El Sentido de la caritativa nos ha enseñado: «La caridad es ley del ser y es anterior a cualquier simpatía y conmoción. Por eso el obrar por los demás es algo neto y puede hacerse incluso privado de entusiasmo. Podría perfectamente no producirse ningún resultado "concreto", como se suele decir. Para nosotros la única actitud "concreta" es la atención a la persona, la consideración de la persona, es decir, el amor»
Para señalar las eventuales disponibilidades es posible contactar todos los miércoles por la tarde desde las 6 hasta las 7.30, con la secretaría «Ayudas a Rumanía» en el teléfono de Milán 02-58317381
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