Luigi Amicone ha publicado un libro sobre su viaje tras las huellas de san Pablo. Ignace de la Potterie ha escrito el siguiente prólogo
Existen diversos modos de interesarse por san Pablo: en primer lugar, como es obvio, está el de los biblistas, de los teólogos y de todos aquellos que se ocupan de ecumenismo; además existen historiadores o especialistas del griego, de la literatura, del psicoanálisis o de otras ciencias humanas que han escrutado a su vez los escritos paulinos. El abajo firmante, habiendo sido durante más de 40 años profesor de exégesis del Nuevo Testamento, ha examinado de modo particular la doctrina teológica de las cartas paulinas, pero también la resonancia que ha tenido en la historia de la Iglesia, tanto en la época de los Padres, como en los últimos siglos, en el diálogo a veces difícil con las otras confesiones cristianas. El libro que presentamos ahora es de otro tipo muy distinto; por eso, en un primer contacto, podría quizás desorientar a algún lector. El autor es un periodista. Como explica en el subtítulo, ha querido seguir «las huellas del Apóstol»; y le ha acompañado, en esta agotadora empresa, un amigo fotógrafo. El relato de su viaje nos hace atravesar toda Turquía, para llevarnos finalmente a Roma; había sido publicado ya por capítulos en el semanario Il Sabato; pero se vuelve a proponer aquí, ampliado y con distintos complementos (mapas, una cronología de la vida de san Pablo, itinerarios para turistas, apuntes del viaje, etc.). Pero veamos primero de qué modo el autor mismo describe su empresa, la de recorrer hoy, dos mil años después del Apóstol, el mismo itinerario. Él se pregunta: «¿Qué objetivo tenía emprender el viaje detrás de un hombre que jamás había despertado en mí una instintiva simpatía particular?» ¿Esta última frase es del todo verdadera? ¿Por qué han realizado entonces ese viaje? De los diversos capítulos del libro se trasluce indudablemente un interés verdadero y una simpatía real por Pablo. Más aún, presumimos que por el hecho mismo de haber querido seguir «las huellas del Apóstol de nosotros, los paganos» (¡subtítulo significativo!) se habrá despertado en el autor una simpatía más honda, hasta una verdadera admiración por el apóstol Pablo. Hay otro aspecto quizás más significativo, que emerge tras la sola lectura del título y de los subtítulos del libro. El volumen no se presenta sólo por su interés turístico; no es sencillamente una «guía para un viaje tras las huellas de Pablo», como se podría encontrar en una agencia. La fórmula elegida, del todo inesperada, suscita sorpresa: San Pablo, el traidor de la ley. El título manifiesta algún interés teológico. Y lo mismo hay que decir de todos los subtítulos, aunque el tono general del relato es sobre todo de tipo periodístico y turístico. Los dos amigos describen las múltiples peripecias de su viaje y la situación social de la gente que encuentran. Según las distintas situaciones, se pone de manifiesto un triple interés: a veces, un interés por las huellas históricas de la cultura antigua y de las Iglesias paleocristianas; otras, por la situación actual de los pocos cristianos que quedan en el ambiente musulmán de la Turquía de hoy; pero subyace constantemente un interés por la problemática religiosa que el Apóstol tuvo que afrontar en estos lugares. De aquí el interés tan peculiar de este libro: a través de los distintos aspectos que presenta nos ayuda a comprender mejor aquella fase decisiva del cristianismo primitivo que constituyó la misión de Pablo. Con él empezó la evangelización de los paganos, y por eso la confrontación abierta entre cristianismo y paganismo: un problema que se impone también hoy en la Iglesia. En el libro que presentamos impacta el hecho de que en los distintos lugares por donde pasó el Apóstol, tampoco en las grandes ciudades como Antioquía o Efeso, no quede casi ninguna huella de su paso.
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