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Huellas N.7, Julio/Agosto 2007

CL

Cartas desde la frontera

Massimo Camisasca

ALEMANIA
La libreta de Hassan


En marzo estuve en Emmendingen, una pequeña ciudad al sur de Alemania, cerca de Friburgo, donde la llanura renana empieza a trepar por la Selva Negra. Fui allí para visitar a nuestros misioneros, responsables de una unidad pastoral que incluye también algunos pequeños ayuntamientos del distrito y que está formada por tres parroquias: San Bonifacio, San Juan Bautista y San Galio. En aquella ocasión, Gianluca Carlin, de 38 años, oriundo de Trieste, que desde 2002 desempeña el cargo de párroco, me contó la historia de Hassan (nombre ficticio), un afgano que huyó de su país con su mujer y sus hijos tras ser amenazado por los talibanes. Hassan logró escapar, pero un grupo de amigos suyos, sorprendidos como él mientras leían la Biblia, fueron encarcelados. Los voluntarios extranjeros que habían organizado el encuentro de oración fueron expulsados del país.
Desde hace cinco años Hassan vive en el campo de refugiados de Emmendingen. Habla un alemán tintado de muchas expresiones que toma prestadas del inglés. Sabe escribir sólo en persa e intenta que los demás lo entiendan. A pesar de sus graves dificultades económicas, nunca ha pedido ayudas. Sin embargo, cuando se trata de comprender los contenidos de la fe, Hassan nunca duda en pedirla. Recién llegado a Alemania, retomó la Biblia y empezó a apuntar en una libreta sus preguntas. Cuando la lista era ya considerable, dejaba durante unas horas el campo de refugiados y se iba a ver a Gianluca a la parroquia. Se sentaba en una silla, tomaba su libreta y empezaba a preguntar. Y no se levantaba hasta que Gianluca le aclaraba todas sus dudas. Después de varios meses, en uno de sus encuentros comentó: «Jesús dijo que sus discípulos debían ser bautizados. Yo quiero ser discípulo suyo, así que quiero recibir este sacramento». Así fue como Hassan pidió hacerse cristiano: leyendo el Evangelio, al principio solo y, después, con la ayuda de Gianluca. En la persona del sacerdote las palabras del Evangelio se hacían carne, cobraban un rostro, una voz, la de un amigo.
Gianluca tuvo que reflexionar mucho antes de acceder a la petición del bautismo. Hassan era un prófugo y sobre él había un decreto de expulsión. Su petición de asilo no había sido admitida y volver a Afganistán como bautizado le habría expuesto a él y a su familia a graves riesgos. Pero su fe se mostraba más fuerte que el miedo. A Gianluca, que lo invitaba a la prudencia, le contestó: «El mismo Jesús murió en la cruz y él mismo les dijo a sus discípulos que iban a ser perseguidos». A quienes le recordaban que con esta decisión iba a poner en peligro a sus hijos, respondía: «Dios proveerá». Hassan seguía repitiendo que Jesús es Dios y que Dios es amor, confirmando que quien cree en él nada tiene que temer, ni siquiera de los talibanes. Entonces, Gianluca decidió hablar con el obispo y con él tomar la decisión de administrar el bautismo a Hassan públicamente, como él había pedido.
Con motivo del bautizo, la iglesia se puso a rebosar de gente. Todos hacían cola para saludarle y felicitarle. Gianluca fue su padrino y eligió para él como nombre de bautismo Juan.
Hassan sigue siendo un prófugo cuyo decreto de expulsión no se ha aplicado por razones humanitarias (la mujer está gravemente enferma). Con la ayuda de Gianluca se ha abierto un nuevo proceso para que le sea reconocido el estatus de perseguido por motivos religiosos, dado que la vuelta a su país supondría la abjuración del cristianismo o la pena de muerte. A pesar de la gravedad de su situación, los domingos está siempre sonriente en la iglesia, contento de que tantos hermanos y hermanas recen por él. Más de una vez sus nuevos hermanos le han ofrecido casa y trabajo, pero su condición de prófugo no le permite aceptarlos. Sigue apuntando en la libreta sus preguntas y, de vez en cuando, los domingos por la tarde llama a la puerta de Gianluca para preguntar sobre la fe y rezar con él.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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