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Huellas N.07, Julio/Agosto 2020

PRIMER PLANO

Los que vuelven a empezar

Luca Fiore

Una edición totalmente distinta para compartir los interrogantes de este momento. Y para averiguar lo que nos puede «sostener en la reconstrucción». Bernhard Scholz, el nuevo presidente, describe la apuesta del Meeting 2020. “Sin asombro, nos quedamos sordos ante lo sublime” (18-23 agosto)

Vuelve el Meeting de Rímini. Y lo hace para ayudar a que todo vuelva a empezar. El anuncio de que la cuadragésimo primera edición se celebraría llegó en pleno confinamiento, entre el escepticismo y la perplejidad de muchos. Ahora que los momentos más difíciles de la pandemia han quedado atrás, parece evidente que este evento es más necesario que nunca. Será una Special Edition, casi exclusivamente online, con un programa de conferencias, exposiciones y espectáculos más compacto, retransmitido desde el Palacio de Congresos de Rímini. Con el lema previsto, “Sin asombro, nos quedamos sordos ante lo sublime”, y con las fechas anunciadas, del 18 al 23 de agosto.
Será también la primera edición del nuevo presidente de la Fundación Meeting de Rímini, Bernhard Scholz, que sin duda no se imaginaba un comienzo de mandato tan complicado. Él mismo describe en esta entrevista lo emblemática que ha sido la experiencia de organizar el Meeting 2020 en un momento como el que todos estamos viviendo. Cuando todo parece indicar que es mejor dejarlo pasar, se descubren las razones y energías necesarias para volver a empezar. Tal vez no como siempre se ha hecho sino según lo que sugiere la realidad.

¿Qué les hizo decidir confirmar la edición 2020 cuando muchos eventos estaban anunciando su suspensión?
Cuando la mitad de la población mundial estaba encerrada en casa, nos dimos cuenta de que el dolor y el sufrimiento estaban suscitando muchas preguntas: sobre el sentido de la vida, el futuro, el trabajo, la educación de los hijos. Las preguntas existenciales de siempre emergían con una fuerza nueva. Muchas cosas que dábamos por descontadas ya no lo eran. Justo en ese momento tomamos conciencia de que el Meeting, que por su propia naturaleza es un lugar de diálogo, podía, más aún, debía ofrecer la ocasión de compartir estos interrogantes y mostrar experiencias capaces de hacernos redescubrir lo que realmente nos puede sostener en la reconstrucción.

Son preguntas que afectan a la vida personal y social.
Sí, en un momento dado se empezó a repetir el eslogan “todo saldrá bien”, intentando dar un aliento de esperanza. ¿Pero qué es la esperanza? ¿Simplemente optimismo? ¿O es algo que puede dar consistencia a la vida hasta en las situaciones más difíciles? Esto vale para la existencia de cada uno pero también para la educación y la economía. ¿Queremos devolverlo todo a como era antes o avanzar en una nueva dirección? ¿Es posible restablecer la vida escolar de una manera distinta? ¿Es posible crear una economía ecológica y socialmente más sostenible? ¿Qué cambios exigen los sistemas sanitarios? ¿Y Europa? ¿Qué queremos llevar a cabo cuando hablamos de solidaridad entre países? Esta situación también ha sacado a la luz interrogantes relacionados con el destino de la democracia. ¿Qué significa actualmente la participación de un pueblo, responsable y libre, en la construcción del destino de un país?

Pero habrá llegado un momento en que hayan tenido que arriesgar el corazón por encima de los obstáculos…
Estábamos en la segunda mitad de marzo, en pleno confinamiento. Y decidimos hacer el Meeting, aunque siguiendo los límites más restrictivos. Lo que había en juego era demasiado grande. Cuando más problemas surgían, más claro veíamos que el patrimonio cultural del Meeting, una larga historia de cuarenta años, suponía un recurso fundamental. A costa de tener que cambiarlo todo. De hecho, hemos cambiado casi todo. Pero el corazón del Meeting permanece siendo el mismo.

Con una edición casi exclusivamente online, ¿qué será del Meeting como encuentro entre personas?
Hay límites objetivos que no podemos eliminar. Pero nuestra naturaleza no se perderá. Muchos que nunca han podido venir por razones logísticas ahora se podrán conectar. Y estoy seguro de que este año veremos una participación más consciente, más arraigada en las preguntas que nos mueven a cada uno.

¿En qué sentido?
Cada uno, desde casa o de vacaciones, tendrá que decidir si conectarse o no. Será menos obvia la participación. Paradójicamente, esta modalidad podrá acercarnos más. Tal vez resulte más fácil redescubrirse perteneciendo a una compañía humana apasionada por la propia vida, por el propio trabajo y por el destino del mundo.

Decía que han tenido que «cambiar casi todo». ¿De dónde sacan la energía para ponerlo todo en juego de esta manera?
Dentro de nosotros hemos sentido renacer la pasión original que dio vida al Meeting. Esa pasión por descubrir el significado de lo que está pasando dialogando con otros es una forma fundamental de enriquecimiento mutuo. Frente a una situación tan dramática, hemos reconocido el valor que el Meeting ha tenido en estos años.

¿Cuál es ese valor?
La vocación de sostener lo humano frente a los desafíos de la vida y de la historia. Sostener sus preguntas, mantener alta la mirada. A principios de los años ochenta, por ejemplo, se produjo un encuentro con los intentos de libertad que procedían de la Europa del otro lado del telón de acero. Hay muchísimos ejemplos. Hoy es más evidente que el drama lo tenemos dentro de casa.

¿Pero de dónde viene esa pasión?
De un atractivo por una belleza y un cumplimiento humano que se expresa incluso dentro de las contradicciones. Lo vemos en los muchos testimonios que hemos escuchado estos años y de manera conmovedora estos meses. Son historias personales pero incidentes en la sociedad, la política y la economía.

Por tanto, no se parte de una fuerza de voluntad.
Exacto. Y eso no solo vale para nosotros. La sola voluntad de volver a empezar no basta. Tiene los días contados. Por otro lado, ya lo hemos visto después del sentimiento inicial de solidaridad en las semanas del confinamiento.

¿A qué se refiere?
Pienso en las divisiones que surgieron justo después sobre muchas cuestiones de la vida social y económica. Está claro que el diálogo es un desafío, no es un camino fácil. Pero es el único camino cuando el objetivo no es la afirmación de uno mismo sino el bien de todos.

El lema de esta edición, elegido antes de que estallara la pandemia, ¿no corre el riesgo de resultar anacrónico?
Esa duda nos surgió. Pero enseguida fue vencida por la paradoja que este lema saca a la luz. Hasta en un momento tan oscuro como este hemos visto que el asombro ante la realidad, incluso en las circunstancias más difíciles, genera un ímpetu casi indomable. Asombrarse aunque “solo” sea por la propia existencia y la del otro nos hace tender a fuentes de humanidad que, en tiempos normales, ni siquiera sabríamos que tenemos. Sin este asombro no es posible volver a empezar porque entonces volver a empezar consistiría solo en un cálculo: el de devolver a la vida lo que siempre hemos hecho, tratando de poner a salvo nuestros intereses. Pero todo ello siempre que no se reduzca el asombro a un fenómeno sentimental.

¿Cuál es el riesgo?
El asombro es la conciencia de que lo que tienes ante tus ojos te es dado gratuitamente. Es para ti. En ese reconocimiento, sentimiento y razón confluyen, y es en ese movimiento donde se abren paso las preguntas más importantes de la vida y entramos en diálogo con todo y con todos.

¿Y lo sublime?
Eso también solemos tender a concebirlo como algo efímero. En cambio, es el significado en el que todo encuentra consistencia. Por ejemplo, ¿por qué durante la cuarentena tanta gente ha redescubierto el valor del arte y la literatura? Porque se han puesto a buscar el significado del vivir, del morir en soledad, de la ausencia de certezas, siguiendo intuitivamente el atractivo de la belleza. Esta frase del filósofo judío Abraham Heschel podría parecer más adecuada para tiempos mejores, pero no. Es un lema casi profético porque nos permite afrontar los problemas desde el punto de vista adecuado.

¿Por qué desde el punto de vista adecuado?
Para afrontar las preguntas de siempre, que han vuelto a surgir, y los nuevos interrogantes, hay que poner en el centro a la persona. La pregunta que nace de la realidad nos abre a lo sublime y por tanto a la búsqueda del bien, de lo bello, de lo verdadero que, dentro del asombro, aparecen como una promesa. Es la dinámica que define la naturaleza humana. Porque el problema es el sujeto. Podemos tener muchos proyectos estupendos, ¿pero quién es el sujeto que puede llevarlos a cabo? ¿Quién es el sujeto de una educación más generadora? ¿Quién es el sujeto de una sociedad más justa o de una economía más sostenible? ¿Quién es el sujeto de un mejor sistema sanitario? ¿Quién es la persona que da vida a una democracia más sustancial? Hace falta alguien que redescubra su propia vocación humana: vocación a ser, a crear, a comprometerse, a encontrar en esto la maduración y el cumplimiento de uno mismo.

¿Cómo se traduce esto en el programa previsto?
El encuentro dedicado al lema tendrá como protagonista a Joseph Weiler, constitucionalista americano que ya ha enriquecido varias ediciones del Meeting con sus reflexiones sobre justicia y libertad, y con sus fascinantes lecturas de la Biblia. El tema de la esperanza correrá a cargo de Julián Carrón, que estos meses ha ayudado a mucha gente a afrontar este momento tan dramático como posibilidad de un “despertar de lo humano”. También será importante la presentación de El abrazo, la traducción al italiano del libro del antropólogo español Mikel Azurmendi, donde demuestra que un cambio incisivo y duradero no parte de una proyección abstracta sino de un sujeto nuevo que se genera en el presente. También será nuestro invitado el Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, que nos ayudará a entender de qué modo los cambios que nos esperan afectarán a lo sustancial de la vida social y económica. Luego tendremos los testimonios de personas de diversas partes del mundo que han sabido afrontar, en diversos ámbitos, circunstancias complicadas de una manera creativa y comprometida. Creo que todos los ponentes nos harán percibir cómo viven este «cambio de época», por usar la expresión del papa Francisco. Y varios encuentros tendrán como referencia la encíclica Laudato si’, de cuya publicación se cumplen cinco años.

Vayamos a las exposiciones y espectáculos. ¿Habrá?
Los habrá de forma digital, estarán visibles en nuestra web. También se podrán visitar físicamente dos exposiciones en el Palacio de Congresos: “Vivir lo real”, que se refiere al capítulo décimo de El sentido religioso de don Giussani; y “Bethlehem reborned”, que recorre la historia de la Basílica de la Natividad de Belén. También habrá una muestra sobre la conquista del K2, símbolo de la fascinación que ejerce sobre nosotros la belleza de la naturaleza. Otro tema que se abordará en forma de exposición virtual será “Estar vivos”, que plantea la pregunta sobre las características de la vida como tal. También habrá espectáculos recordando a Beethoven, Dostoyevski y Fellini. Y daremos un concierto con jóvenes músicos de toda Europa.

¿Y los tres mil voluntarios de las ediciones anteriores?
Algunos estarán en Rímini, casi 150 residentes de la zona o con competencias técnicas que necesitamos de manera especial este año. Otros trabajarán para nosotros en remoto. Todos los que no puedan venir a Rímini tendrán en todo caso la posibilidad de participar de diversas maneras y contribuir como “embajadores” en la difusión del Meeting, tanto en Italia como en otros países: compartiendo los contenidos por internet y, donde se pueda, organizando puntos físicos donde –en condiciones seguras– se puedan reunir pequeños grupos tanto para promover como para seguir juntos los encuentros retransmitidos desde Rímini.

Es su primera edición como presidente. No se esperaría un inicio así. ¿Qué desea en este momento, para usted y para el Meeting?
Deseo que este Meeting sea una ocasión para redescubrir lo que verdaderamente importa en la vida, y que ese redescubrimiento dé paso a un compromiso libre, apasionado e inteligente para transformar este momento histórico en una ocasión de cambio y maduración de lo humano. Empezando por la propia existencia personal y llegando hasta la vida pública. Porque el corazón del Meeting, en el fondo, es el deseo humano de una vida plena. Para todos.

Aperitivos del Meeting
Exposiciones, espectáculos y los invitados a las conversaciones de Huellas. Un adelanto del programa
El martes 18 de agosto de 2020 dará comienzo una edición especial del Meeting. Todos los actos se retransmitirán desde el Palacio de Congresos de Rímini por la página web y permanecerán disponibles a demanda en los días siguientes.
En cartel, entre los encuentros más destacados, el de Julián Carrón titulado “¿De dónde nace la esperanza?”; el del profesor Joseph Weiler sobre el lema, “Sin asombro, nos quedamos sordos ante lo sublime”; y la presentación de El abrazo, la traducción italiana del libro del antropólogo español Mikel Azurmendi. El programa también se desarrollará por áreas temáticas: “Cuidado y salud”, “Sostenibilidad y subsidiariedad” y “Estar vivos”, vinculado a una exposición digital.
Las otras exposiciones serán: “Vivir lo real”, sobre el capítulo décimo de El sentido religioso; “Bethelem Reborn”, sobre la Basílica de la Natividad de Belén; y “¡Estamos en la cima!”, sobre la conquista de la cumbre del K2.
Los espectáculos estarán dedicados a las figuras de Fiodor Dostoyevski y Federico Fellini, y a la experiencia del International Music Friendship, que reúne a jóvenes músicos de toda Europa.
En julio, como una especie de marcha de aproximación a la edición 2020, vuelven las “Rutas de Huellas”, una serie de conversaciones propuestas por esta revista que estarán protagonizadas por el sociólogo Luca Ricolfi, el cineasta Giacomo Campiotti, el ex magistrado Gherardo Colombo, la periodista Elisabetta Soglio, el poeta Paul Mariani, el escritor Andrea Fontana, el fotógrafo Stefano de Luigi y la jurista Helen Alvaré.
En meetingrimini.org está disponible la información necesaria para los voluntarios que quieran ofrecer una contribución operativa y las indicaciones para los que quieran colaborar con una donación para esta edición (sostienici.meetingrimini.org).

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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