Desmarquémonos. Es la única posibilidad que nos queda. Tiene razón el nuevo director de la edición italiana de Litterae Communionis cuando dice que «esto no es un periódico».
Hoy los periódicos hablan de la televisión: una tercera parte de los programas televisivos, una tercera parte de las polémicas suscitadas en televisión, una tercera parte de los argumentos -seriamente comentados, discutidos, profundizados- de los cuales se ha dado noticia el día anterior desde el medio «video-hablante». Hubo un tiempo en el que un periódico, para intentar vías nuevas y originales, debía salir del ámbito del poder, preocuparse de no ser la caja de resonancia de las decisiones que allí se tomaban y de las costumbres que allí reinaban. Pero la época de «dar la palabra a la gente», a los hechos cotidianos, pequeños para el poder pero grandísimos para quien los vivía, ha durado poco. Los «expertos» han tomado ventaja, definiendose «profesores», «entendidos», «profesionales de ese campo» e imponiendo sus análisis-soluciones-teoremas a una masa de lectores que hablan -y piensan- cada vez más como ellos. No son sólo los jugadores de fútbol los que hablan como los cronistas y los telecronistas. Los expertos ya han invadido la arena, que es televisiva, por la fuerza indiscutida que el medio posee, y, como consecuencia, han invadido también «los papeles».
¡Viva la opinión!, se dirá; más aún, ¡viva las opiniones!. Indiscutiblemente. Pero, ¿ sobre qué? ¿ Sobre qué discutir, de modo que el «asunto» no sea, a su vez, una opinión, y así sucesivamente hasta el infinito? El camino de «qué» decir, contar, comentar, es lo más difícil. Quizás Litterae, que es la revista de un movimiento que vive y obra, puede intentarlo. Dejando muchos desmarcados.
Apis
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón