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Huellas N.8, Septiembre 2007

PRIMER PLANO - Meeting de Rímini

Desde Costa Rica al descubrimiento de la gratuidad

Maddalena Vicini

Carpintero en el pre-Meeting y después en una cocina . «Un lugar que permite ver la belleza de la comunidad cristiana»

Víctor ha llegado al Meeting desde Costa Rica. Tiene ahora 24 años. Se enganchó a la droga a los 13; a los 15 estuvo por primera vez en la Comunidad Incontro, pero después de seis meses se marchó y de nuevo volvió a la droga durante otros seis años. «Hasta que te das cuenta de que vives como un animal, trabajas por el dinero, el dinero es para la dosis, y la vida termina ahí». Vuelve a la Comunidad. Tres años de “Cristoterapia”, tres los caminos enseñados por don Gelmini para salir de la droga. El camino técnico: retomar el trabajo; el intelectual: ejercitar la capacidad de decidir; y finalmente el tercero, el paso más grande: aprender la vida cristiana. A mitad del camino, gracias a la confianza recibida por Stefano y Patrizia (una pareja del movimiento de Bérgamo, llamados por don Gelmini para hacerse cargo de la Comunidad Incontro de Costa Rica), «he dejado al Víctor toxicómano y he comenzado a ser el Víctor que va detrás de alguien que vive algo hermoso». Después empieza a devolver esa confianza, a interesarse por los compañeros de la comunidad. Y a frecuentar la misa, aunque es protestante: «Estaba convencido de que entre Dios yo no hacían falta intermediarios, por eso no había querido ir nunca. Después cambié de idea para seguir a Stefano y a Patrizia. Pero todavía no había comprendido que Dios se sirve de los hombres para hacerse encontrar».
Al final del camino en la Comunidad, la vuelta a casa, y el descubrimiento de una nueva carencia: «Estaba acostumbrado a estar con 70 chicos, y ahora me sentía solo». Hasta que, de forma inesperada, llega la propuesta de Stefano y Patrizia: ir a Italia a trabajar. Y enseguida, el Meeting. «No tenía ni idea de lo que era, me informé en internet». Supo de esta forma que está construido por voluntarios: «He pagado por venir a verles; quería comprender por qué trabajaban gratis. He pagado para estar en medio de cristianos y he comprendido que lo que me faltaba era una relación. He visto que este trabajo gratuito es lo que hace posible construir un lugar que permite ver la belleza de la comunidad cristiana». Y justamente en esta belleza Víctor ve lo que ha permitido a Stefano y a Patrizia dejar todo para irse a Costa Rica. Pero los días de militancia transcurridos junto a los chicos del CLU llevan a Víctor a otro descubrimiento: «No me habían visto antes, pero me guardaban el sitio en el coche, me esperaban para ir a los encuentros. Han estado conmigo en todo momento. Me han hecho conocer lo que viven. Y así he podido ver que se puede ser cristiano incluso siendo joven».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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