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Huellas N.8, Septiembre 2007

PRIMER PLANO - Meeting de Rímini

El atractivo de la verdad

Giorgio Vittadini*

Musulmanes que dialogan con judíos y cristianos, científicos cautivados por la belleza, políticos y empresarios que se interesan por el bien común. Exposiciones, espectáculos, restaurantes y deportes. Guía razonada de lo que ha sucedido este año en Rímini, donde una razón abierta al Misterio ha mostrado que “el camino hacia la verdad” es una experiencia posible para todos

El comunicado final del Meeting 2006 concluía con estas palabras: «El Meeting de este año –en la estela del carisma de don Giussani– ha mostrado que la razón del hombre es una “ventana abierta de par en par a la realidad. El Meeting ha contribuido a “desencarcelar” a la razón. Mediante el testimonio de sus participantes, ha empezado a derribar una posición que, al renunciar a un uso adecuado de la razón, se convierte en fatalismo, fideísmo e, inevitablemente, en guerra. Por ello el Meeting ha sido un lugar de encuentro, amistad y diálogo. Es decir, de paz».
Esto es lo que han confirmado este año, enlazando perfectamente con el anterior, los musulmanes Wa’il Faruq, profesor de Ciencias Islámicas en la Universidad copto-católica de El Cairo y Sari Nusseibeh, presidente de la Universidad Al-Quds de Jerusalén. La ruptura entre fe y razón genera la violencia fundamentalista, que se debe atribuir, no ya a las religiones, sino a las personas fanáticas. Por el contrario, un hombre que acepte la naturaleza de la razón –que es apertura y búsqueda infinita–, de acuerdo con las palabras de Benedicto XVI, puede «realizar la más profunda vocación del hombre: buscar la verdad y, por eso, buscar a Dios» (saludo al Meeting, Angelus del domingo 19 de agosto).
Así, el Meeting 2007, celebrado bajo el lema “La verdad es el destino para el que estamos hechos”, ha respondido a las expectativas promoviendo el encuentro con exponentes religiosos judíos y musulmanes, ortodoxos y protestantes «deseosos de recorrer un camino razonable hacia la verdad». Se ha puesto de manifiesto que la fractura entre religiones, fe y razón, abre la puerta a un relativismo y un nihilismo que dejan al hombre «cada vez más solo y confuso frente a sus deseos» (cf. comunicado final).
Durante la homilía en la Misa de inauguración, el cardenal Bertone ilustró las razones de dicha confusión afirmando que «en el clima de relativismo y escepticismo que domina nuestra civilización se plantea un desafío radical sobre la posibilidad de conocer la verdad».
En la misma línea, Giancarlo Cesana denunció que afirmaciones presuntamente intelectuales, tipo «La única verdad es liberarse de la perversa pasión por la verdad», inculcan en los jóvenes la tendencia a no amar nada ni a nadie, alentando una especie de “Chernobil de las conciencias”, como advertía don Giussani. Siguió el teólogo protestante Stanley Hauerwas destacando que, en la experiencia religiosa norteamericana y por ello en la mentalidad dominante hoy, el hombre pretende ser quien elija el tiempo y el modo de encontrarse con el Misterio. Por eso, tras elegir al dios que le parece, quiere elegir también el hijo, la mujer, y las cosas que se le antojan, llegando a la eliminación violenta de lo que no encaja con sus deseos. En cambio, sólo si se acepta y se imita el respeto que Dios tiene por la dignidad y libertad del hombre –al escoger a hombres y a un pueblo pero permitir que éstos le rechacen– se puede crear un mundo que respete y exalte la libertad humana. Así lo explicó el profesor judío americano Joseph Weiler.

Un vuelco al corazón
¿Cómo salir de la falacia de creer que no vale la pena buscar la verdad? No basta una reflexión teórica. Como nos recuerda siempre Cesana, la verdad se presenta como una propuesta: «Una experiencia que te implica, que te obliga a tomar postura... Es un encuentro que te conmueve». Un encuentro semejante no se escoge. Se puede rechazar o aceptar y, si se acepta, actúa como revulsivo, te apremia a cambiar. Porque ante algo que siempre has deseado sientes un atractivo, te da un vuelco al corazón, te asombras. Don Francesco Ventorino insistió en ello en una apasionada relectura del itinerario de don Giussani hacia la verdad, repleto de citas hermosas, desde santo Tomás de Aquino a Leopardi, Nietzsche y Pirandello, que culminaba diciendo: «se equivocan los nihilistas; al hombre le salva el amor de un Dios hecho carne». Un Dios que es Belleza. No la belleza apolínea que olvida el sacrificio y el dolor, sino la del Crucificado por amor nuestro, a la cual se refería Ratzinger en su intervención en el Meeting en 1990. Este año se ha hablado mucho de esta experiencia de belleza, crucial por ejemplo para la concepción ortodoxa descrita por los filósofos Kozyrev y Legojda. Así lo expresaba el Patriarca Ecuménico de Constantinopla en un mensaje enviado a Emilia Guarnieri con ocasión de la exposición sobre la Basílica de Santa Sofía: «¡Cuánta belleza reúne el arte cristiano cuando es fruto de la comunión con el Dios vivo, fuente de sabiduría y caridad!».
Además, la belleza en el Meeting 2007 se ha visto también en los magníficos espectáculos, los restaurantes regionales, las exposiciones, en especial la de Cometa. Cometa es una experiencia de comunión entre familias y de acogida, una prueba de que, cuando se hospeda la verdad, la persona coincide con la obra que hace, sin depender del éxito. Algo bello corresponde de tal manera con la propia humanidad que los voluntarios han vivido un orden, una puntualidad y una precisión que llamaban la atención. Lo han advertido todos los invitados, tanto los rusos como el premio Nobel George Smoot, sorprendidos por lo que veían en el trato con ellos. A la misma correspondencia aludían los científicos: la que produce la inmensidad del universo visible, descrita por Smoot, o la que posee la objetividad de las reglas matemáticas, de la que hablaron Giorgio Israel, Laurent Lafforgue o Enrico Bombieri.

Una esperanza posible
“Meeting para la amistad entre los pueblos”, ¿sigue vigente esta denominación? Hoy, como en los años 70 cuando empezó el Meeting, la verdad sigue siendo la fuerza de la paz. Las conversaciones con el Presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pottering, con el Vicepresidente, Mario Mauro, con la vasca Gotzone Mora, con el libanés Tarek Mitri y la escritora iraní Marina Nemat, muestran que también en zonas del mundo particularmente azotadas es posible una esperanza cuando no se renuncia a la ardua búsqueda personal y colectiva de la verdad. Lo mismo sucedió en los debates sobre derecho.
El juez italiano Guido Piffer (que criticó esa manera de concebir la ley por la cual su valor radica en ser un acto que emana de la autoridad), el juez de la Corte Suprema de EEUU, Samuel Alito, y Paolo Carozza, profesor de la Universidad de Notre Dame y miembro del Tribunal Interamericano para los derechos del hombre, hablando de la Constitución Americana, evidenciaron que el verdadero derecho no puede olvidar que existen verdades válidas siempre y en todas partes, puesto que están inscritas en el corazón del hombre y se perciben como evidentes.
De ahí la importancia de la subsidiariedad, porque las verdaderas exigencias del hombre no se comprenden en abstracto, sino poniéndose en lugar de las personas concretas para valorar su búsqueda de la verdad, que se expresa también en el desarrollo de las agrupaciones sociales a las que pertenecen. Es la clave para entender la política de manera diferente. Lo pusieron de manifiesto en varios debates destacados exponentes del ámbito italiano, como Morlino, Alberoni, Buttiglione, Chiti, Formigoni, Fassino, Tremonti, Alemanno, Moratti, Enrico Letta, Maurizio Lupi y todo el grupo interparlamentario favorable a la subsidiariedad.

Verdadera democracia
Sería conveniente en Italia devolver soberanía a los ciudadanos también a través de mecanismos, compartidos por todas las fuerzas políticas, que aumentaron el poder del electorado, porque democracia no es sólo respeto de determinados procedimientos formales, sino un diálogo que nace de un «respeto activo hacia el otro y que tiende a afirmar los valores y la libertad del otro» y que desemboca en una «comunión entre las distintas identidades». (cf. L. Giussani, El Camino a la verdad es una experiencia. Encuentro, 1997, p. 137).
De igual modo, en el campo económico el tema de la subsidiariedad ha reunido personajes de primera línea como Profumo, Bonanni, Scaroni y Bersani. Estos debates no han podido soslayar la provocadora salida del cardenal Bertone cuando el primer día del Meeting dijo que «hay que pagar impuestos conforme a leyes justas» y que «no deben cometerse injusticias en la distribución de los recursos del Estado».
Para apoyar la enorme capacidad emprendedora, motor del renovado desarrollo italiano, si bien por una parte es justo respetar todas las leyes del Estado, por otra es un delito malgastar el dinero en un gasto público que favorezca la ganancia de algunos y perpetúe un estado del bienestar inicuo e ineficaz, en particular por lo que respecta a la educación. A eso se refirieron los representantes de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico y el comisario de Educación de la Unión Europea, Ján Figel. A pesar del enorme gasto, la calidad del sistema escolar italiano es de las peores de Europa; avanzar hacia la igualdad efectiva financiando también los colegios de educación primaria, secundaria y bachillerato –como anunció el ministro Fioroni el último día del Meeting– es una cuestión de supervivencia para el país.
Y sin embargo, no hay transformación posible, sobre todo en la educación, si no cambia el yo, las personas. Todo lo que ha sucedido y se ha escuchado en el Meeting muestra que aunque se cumplieran todas las promesas a favor de la libertad de educación no servirían de mucho si no somos libres y verdaderos para vivirlo todo, como explica don Giussani en el libro que se presentó en la clausura del Meeting: Ciertos de algunas grandes cosas.
«La certeza implica el abandono de uno mismo, la superación de sí; porque quiere decir que yo soy poca cosa, que no soy nada, y lo que es verdadero y grande es otra cosa (…) porque la ley del hombre es el amor (…) la afirmación de otro como significado de uno mismo». El profesor Giulio Sapelli, al presentar el libro, habló de «un concepto activo de cultura que al conjugar conocimientos y sentimientos empuja a la sociedad a realizar obras… ¿Qué es la verdad sino esta apertura hacia uno mismo y hacia Dios?».
Por eso el comunicado final del Meeting 2007 concluye diciendo «tras el Meeting del deseo y de la libertad, tras el de la razón y el de la verdad, el próximo Meeting 2008, que se celebrará en Rímini del 24 al 30 de agosto, se desarrollará bajo el lema: “O protagonistas o nadie”.

*Presidente de la Fondazione per la Sussidiarietà

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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