La anunciación a María de Paul Claudel
EL JOVEN CLAUDEL describe su conversión en toda su carnalidad: aquella noche de Navidad de 1886 «cuando se produjo el acontecimiento que ha dominado toda mi vida. En un instante fui tocado y creí». Y podríamos añadir que toda su obra deriva de este hecho.
La Anunciación a María desarrolla un único tema, el amor que genera lo humano según su dimensión total, el amor que genera la historia, que genera la persona en cuanto generadora de pueblo. Los tres personajes que nacen de este amor son Pierre de Craon, Anne Vercors y Violaine.
Pierre de Craon es el artista, el constructor de catedrales. Es el genio porque señala el único destino del amor humano: el Ideal, el Misterio. Unifica al pueblo alrededor de la belleza y la justicia que se refleja como Gloria de Dios en la catedral que construye. Dedica toda su vida a seguir y mostrar el Ideal. El amante de la belleza se enamora de Violaine. El genio que percibe, más que ningún otro el diseño y la utilidad de todo, intenta poseer un particular, olvidando que se le ofrece la totalidad. Pone «la mano sobre la obra de otro» y reconoce que «ha codiciado con impiedad un alma viva». La experiencia de su limitación -de su pecado- no le cierra el corazón sino que le ha abierto a profundizar en el amor: «Sólo esta iglesia será mi esposa, que va a ser extraída de mi costado como una Eva de piedra, en el sueño del dolor». Toda su vida estará dedicada al signo del ideal que todo el pueblo mira: la catedral. Una catedral que es sacramento de la unidad, de la belleza y del destino.
Anne Vercors es el padre de Violaine, de él ha aprendido ésta la disponibilidad y la gratuidad. Posee una gran hacienda: Combernon, pero mantiene una relación virginal con las cosas porque sabe que los bienes materiales son un don. Marcha a Tierra Santa para pedir la unidad del pueblo con un solo Rey y un solo Papa. A su vuelta, viendo a su hija Violaine exclama una de las frases más hermosas de la obra: «¿Qué vale el mundo comparado con la vida? ¿ Y de qué sirve la vida, sino para darla?».
Violaine abraza todas las circunstancias de la vida, es la mujer sencilla y su riqueza consiste en responder con el corazón, minuto tras minuto, a la petición que le hace el Misterio a través de la vida. En este personaje se pone de manifiesto cómo la alegría no depende de las circunstancias fáciles o difíciles sino de que se ha fiado de Otro: «También yo conocí la alegría hace ocho años y mi corazón quedó cautivo, tanto que pedía locamente a Dios que durara para siempre. ¡ Y Dios me ha escuchado!». Palabras que pronuncia cuando está casi invadida por la lepra.
Mara, Elisabeth y Jacques son los personajes que se mueven para llevar a cabo sus propios planes. Proyectos que incluyen el crimen y la traición (Mara), la complicidad (Elisabeth) y la renuncia al amor (Jacques).
El zapato de raso de Paul Claudel
EL ZAPATO DE RASO, obra dramática también de Claudel, está situada en el s.XVI español y su argumento es una historia de amor rodeada de peripecias y circunstancias casi increíbles. Los dos personajes protagonistas comprenden el misterio de su vida que, por otro lado, no es como ellos habían previsto, gracias al ofrecimiento que hacen de sí mismos. Por D. Rodrigo se ofrece su hermano jesuita, muerto abrazado a un mástil tras una batalla naval, pronuncia las palabras: «Pero Señor, no es tan fácil rehuiros y si él no va a Vos por lo que tiene de claro, que vaya por lo que tiene de oscuro; si no por lo que tiene de simple, vaya por lo que hay en él de numeroso y de laborioso y complicado».
Doña Proeza, que desea el bien, el designio de Otro sobre ella, conoce su tendencia a la caída y por eso se ofrece a sí misma: «Virgen, patrona y madre de esta casa. Yo no puedo decir que comprenda al hombre que me habéis elegido; pero a vos que sois su madre y la mía, sí os comprendo. Por eso, ahora que es tiempo aún, sosteniendo el corazón en una mano y mi zapato en la otra, a vos me remito. Pero cuando intente lanzarme hacia el mal, que sea con un pie de menos. La barrera que habéis puesto, cuando quiera franquearla, que sea con un ala cercenada. Ya no puedo hacer más. Guardad mi pobre zapato. Guardadlo junto a vuestro corazón».
Estos dos gestos de ofrecimiento sostienen la historia discretamente.
Dialogo de carmelitas de G. Beranananos
SE TRATA de la última obra que escribió el autor francés -un año antes de morir- y está basada en un hecho histórico, el martirio de dieciséis carmelitas durante la Revolución Francesa. Pero la historia se centra en una de ellas, Blanca de Force, personaje que, marcado por las circunstancias violentas de su nacimiento y el desarrollo de su vida en plena revolución, está agarrotada por el miedo. Probablemente por esta razón entra en el Carmelo, sin embargo, la compañía de las monjas, la superiora Croissy -sencilla de corazón-, Constanza -la alegría que nace de su dependencia de Dios- etc., le hacen descubrir que su limitación no es un castigo. La clave de la obra está en la frase que pronuncia Blanca: «Mi fragilidad no es una simple humillación humana que Él me impone, sino el signo de su voluntad sobre su pobre sierva».
Miguel Mañara, Mefiboset, Saulo de Tarso de Oscar Milosz
«¡ÁY! ¿COMO COLMAR este abismo de la vida? ¿Qué puedo hacer? El deseo está siempre presente, más fuerte, más angustioso que nunca ( ... ) ¡Es un deseo de abrazar las infinitas posibilidades!», son palabras que pronuncia el nuevo don Juan, Miguel Mañara, ante los que proclaman, con risotadas y vítores, su eterna perversidad vencedora. Este deseo hallará respuesta en un acontecimiento inesperado que el corazón anhelante de don Miguel acoge como signo: la mujer Jerónima Carrillo de Mendoza. Y así halla el destino de su amor, que hasta ahora andaba perdido, Cristo mismo y todo lo que deriva de Él. Así al final del misterio dramático, el hermano jardinero podrá exclamar: «mi corazón está alegre porque sé que todo está donde debe estar y va donde debe ir: al lugar asignado por una sabiduría que no es la nuestra».
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón