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Huellas N.06, Junio 1995

VIDA DE CL

Las obras de Pampuri

San Ricardo y dos curaciones que los médicos no logran explicar. Un reclamo inexorable. «Dios se ha hecho familiar al hombre; por eso puede intervenir cuando quiere, cotidianamente, también de un modo excepcional».

Hace un tiempo diagnosticaron a mi madre un grave tumor óseo. Al día siguiente de la noticia (16 de Septiembre), algunos amigos me acompañaron a la igle­sia donde reposan los restos mortales de San Ricardo Pampuri para pedir la curación de mi madre, no creyente. Ninguno de ellos la conocía directamente y esto la impactó y conmovió muchísismo.
Pocos días después, el 20 de Septiembre, fue al hospi­tal para algunas pruebas. El resultado fue "inexplicable", al menos según los médicos: el mal había remitido casi totalmente, ni siquiera era necesario el tratamiento de quimioterapia previsto. De nuevo volvimos al Santo de Trivolzio; esta vez también venía mi madre para dar gra­cias. El milagro, sin embargo, no se redujo sólo a su curación: ha comenzado a ir a misa y no puede dejar de reconocer que el Señor ha respondido a las peticiones de los amigos que han estado más cercanos a nosotros. San Pampuri también ha actuado sobre mi padre: su mirada sobre las cosas y el mundo no es como la de antes. Ya no es posible prescindir de la evidencia de lo que ha sucedi­do. Ahora le pido al Señor que obre el mayor milagro: mi conversión y la de mi familia y pido que lo que he intuido en estos días se haga conciencia y camino para mi vida a través de la compañía de los amigos en la Universidad.
Roberta


A finales de Mayo recibí el resultado de algunas prue­bas médicas: linfoma nonhogkin. El médico me explicó de lo que se trataba y me pronosticó un duro cal­vario durante las curas a las que debía someterme. Comencé un ciclo de quimioterapia cada tres semanas. A principios de Agosto me fui con algunos amigos de Spi­rano (mi pueblo) a la tumba de San Pampuri. Regresé de allí a la semana siguiente. A finales de Agosto, después de muchísimos controles, los médicos me dijeron que no sabían si estaba curado o si el mal todavía no había sido vencido. Volví a San Pampuri, el 17 de Septiembre, esta vez con los amigos del Politécnico. Al día siguiente los doc­tores me comunicaron que estaba curado.
Damiano

(Traducido por Alfonso Lozano)

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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