Va al contenido

Huellas N.05, Mayo 1998

VIDA DE CL

De Rímini a Madrid

Clara Fontana

En Madrid, un viernes por la tarde y en pleno centro, es harto difícil aparcar, pero se convierte en misión casi imposible cuando hay tanta competencia. Más de setecientos adultos pertenecientes a la Fraternidad de Comunión y Liberación dan fin a una agitada jornada, reuniéndose en el Colegio de los Escolapios para asistir en directo a los Ejercicios Espirituales de la Fraternidad que se celebran anualmente en Rímini.
Los avances técnicos y el trabajo de muchas personas hacen posible elevento. Presidiendo el salón una gran pantalla gigante y unas palabras: «El milagro de un cambio». La música de Mozart, Dvorack, Shubert, Beethoven,... y las preciosas imágenes del montaje de diapositivas llegan ya vía satélite desde Italia. El rostro inefable del Dios Padre de Masaccio, que llena toda la pantalla, conmueve a la vez a los más de 21000 italianos que se encuentran en Rímini, a nuestros amigos en Portugal, Alemania, Francia. Rumania, Holanda... y a nosotros.
Nos convoca «la persona tierna y fuerte de Cristo», en palabras de monseñor Scola, que se ha hecho cercana y persuasiva para cada uno de nosotros a través del carisma del Espíritu recibido por don Giussani. Los telegramas del Papa y monseñor Angelo Scola, y la presencia en Rímini de monseñor J.F.Stafford, Prefecto del Pontificio Consejo para los Laicos, y en Madrid de monseñor Antonio Ma Rouco Varela, arzobispo de Madrid y recién creado cardenal de la Iglesia, confirman nuestra fe y acrecientan nuestra voluntad de seguir fielmente a Cristo y de servir a la Iglesia. Las intervenciones de don Giussani y don Pino, los cantos y la liturgia, el tiempo de silencio y el de asamblea, la preciosa eucaristía del tercer domingo de Pascua compartida con monseñor Rouco,... todo en estos días se ha dado “para mí”, para cada uno de nosotros. «La compañía de Jesús obra el milagro de un cambio». El fruto inmediato se ve ya en la leticia de tantos rostros, que no pudo contenerse y estalló en aplausos al ver a Rafa, Manoli y Paulino cantando en Italia una bellísima canción de amor de Galicia. Hay que decir que alguno de los que llevaba cascos para escuchar directamente en italiano, prescindiendo de la traducción simultánea, embebido por la emoción, comenzó a cantar a pleno pulmón con los italianos, mientras en España la conexión había terminado y el salón permanecía en completo silencio aguardando el comienzo de la Misa.
Nos queda por delante el camino de continuar, con el mismo asombro y «espíritu de infancia» de Pedro, Juan, Andrés, María... la petición a «la inagotable misericordia que es Cristo, esperanza del camino humano», «el milagro de un cambio ininterrumpido» que nos haga hombres sencillos frente a Él. ?


Mientras el 27 de abril, tercer domingo de Pascua, monseñor James Francis Stafford celebraba la eucaristía en Rímini. en Madrid monseñor Antonio Ma Rouco Varela hacia lo propio, regalándonos con su presencia y sus palabras. A la lectura del evangelio, que tantas veces don Giussani nos ha recordado como el inicio de la nueva moralidad que Cristo ha traído al mundo: «Pedro, ¿me amas?» «Sí Señor, Tú sabes que te quiero», siguió la homilía de mons. Rouco. Nos dijo que la única finalidad de los Ejercicios espirituales había sido a lo largo de la historia y sigue siendo hoy el encuentro personal con el Señor. Y volvía a hacer actual la pregunta de Cristo a Pedro, pregunta que Jesús nos sigue dirigiendo a cada uno de nosotros y que cada uno debe responder. De esa respuesta depende la fecundidad de la vida. Al término de la eucaristía, tras las palabras de agradecimiento de Javier Prades al cardenal, nos despedimos «en la alegría del Resucitado» porque tras estos días «el aleluya es lo que nos sale, ¿verdad?».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

Vuelve al inicio de página