El pasado 17 de noviembre, en el Colegio San Pablo de Buenos Aires, se celebró la primera Feria de la Compañía de las Obras en la Argentina con el lema “Libres para educar, libres para construir”. Participaron una veintena de empresas y unos trescientos asistentes. Palabras que explican la vida y una vida que verifica las palabras, se hicieron explícitas en una asamblea con Mario Molteni, que cruzó el Atlántico para visitarnos, en un rico intercambio de experiencias
Fue una iniciativa diferente a la habitual. Una veintena de empresas instalaron sencillos stands con fotos, afiches, videos y paneles descriptivos de sus actividades. Fue la primera Feria de las Obras de la CdO en Argentina. Había empresas con y sin ánimo de lucro. Entre ellas, un colegio, una escuela para personas discapacitadas, un hogar para huérfanos, escuelas de oficios, servicio de microcréditos y un centro de solidariedad para la búsqueda de trabajo.
«Me encuentro ante un espectáculo de amistad y los frutos que produjo el encuentro de la CdO de América Latina aquí en Buenos Aires en 2005», dijo el chileno Bolivar Aguayo Ceroni, presidente de CdO-America Latina. «Mirando vuestros rostros, viendo cómo van creciendo las obras, me doy cuenta de que cuando se propone un horizonte ideal nuestra experiencia construye una “casa”, crea un lugar habitable para todos», agregó.
Tres puntos en común
Sergio Baigorri, presidente de CdO-Argentina afirmó que lo que se pretende es crear una amistad que sostenga en esta tensión al ideal: «La CdO existe para unir y ayudar a los que arriesgaron su libertad al poner en pie una obra».
Fue eso lo que ocurrió después en dos encuentros, uno entre empresarios y otro entre los que llevan a cabo, o quieren hacerlo, obras sin ánimo de lucro.
Los testimonios y las preguntas que se formularon desde distintas experiencias profesionales –arquitectura, publicidad, ingeniería, carpintería, técnicas audio-visuales, entre otras– tuvieron en común tres puntos, según sintetizó Augusto Arcagni, uno de los empresarios miembros de la CdO: «Surgieron cuando alguien dijo “yo” en primera persona, se desarrollaron pidiendo ayuda a los amigos y mediante la observación y aceptación de la realidad».
Un mayor realismo
Molteni también señaló que la experiencia empresarial, hecha entre amigos, brinda un mayor realismo y capacidad para reconocer las cosas tal y como son: «Hay que ser libres del éxito para obtener éxito –dijo–, y tener un gran coraje para dar un paso en la empresa y para asumir el riesgo de seguir las sugerencias de los amigos». También afirmó que «la pertenencia vivida ayuda a hacer mejor la propia tarea de empresario».
El vicepresidente de CdO-Argentina, Horacio Morel, compartió con los asistentes la participación en la feria: «Estas obras nacieron de gente conmovida frente a una necesidad en una situación concreta», quizás no sean las mejores en su sector pero sí «son una liberación y la expresión de un cambio». En una sociedad habituada a esperar todo del Estado, ellos «no esperaron que cambiaran las circunstancias o ser favorecidos por algún proyecto político». El ímpetu que las mueve, añadió Morell, «participa del mismo espíritu que impulsó la creación de las misiones jesuíticas».
Carlos, Eduardo y Sandra
Hubo también espacio para tres testimonios. Carlos Piñeyro, ingeniero y titular de una empresa de ingeniería electrónica que fabrica, con brillantes resultados económicos, contadores telefónicos afirmó que «fácilmente uno tiende a ser dominado por el poder» y, en alusión al libro y película basada en la saga de Tolkien, añadió: «Con los amigos nos ayudamos a no ponernos el anillo del poder unos a otros».
Sobre la ayuda material a las personas con menores oportunidades socioeconómicas, habló Eduardo Ramos Mejía. Se refirió a una fundación –Alternativa 3– que presta un servicio de ayuda y cogestión de empresas en Los Polvorines (Provincia de Buenos Aires). La iniciativa surgió en medio de la grave crisis por la que atravesó la Argentina en 2001. En seis años Alternativa 3 otorgó 2200 microcréditos para la construcción de viviendas y la creación de empresas. Eduardo explicó que intentan relacionarse con sus beneficiarios de igual a igual: «Los dos somos necesitados. El otro puede necesitar algo material pero yo también necesito de él, necesito comunicarme y mantener un vínculo personal con el otro».
Sandra Salina de Ventura, maestra y fundadora de una escuela con capacitación laboral para chicos discapacitados en Villaguay (Entre Ríos), ciudad a la que se mudó al casarse, narró su experiencia desde los comienzos de esta iniciativa que ahora es punto de referencia para la educación especial en la zona. En torno suyo creció el establecimiento escolar y también el grupo de docentes que asumieron el proyecto como propio y hoy están en condiciones de dirigirlo. Sandra trasmitió su certeza de que «Quien inició esta obra buena la llevará a término». Realmente el “protagonista” es Otro.
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