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Huellas N.02, Febrero 1998

VIDA DE CL

Bratislava
La libertad de Eslovenia

Rosangela Libertini

La exposición de GS sobre la libertad que los bachilleres realizaron en Módena ha viajado hasta la República Eslovena.
Peticiones de prórroga y encuentros inesperados en un aula universitaria


La idea de traer a Eslovenia la exposición realizada por los chicos de Módena nació el pasado verano durante la Asamblea de Responsables en La Thuile. Así, después de un trabajo que nos ha implicado a todos (unos han traducido, otros han maquetado, algunos se han mostrado disponibles para lo que fuera), la exposición abrió sus puertas el martes 2 de diciembre, en la facultad de Pedagogía de la Universidad Comenius, en Bratislava. Se trataba del primer gesto público de la comunidad: ¡era inevitable que cundiera cierta preocupación!

Entre dulces y violines
Eramos cuatro y nos dividimos de la siguiente manera: Susanna invitaba a las personas en la entrada, mientras Rado terminaba de preparar algunos carteles para invitar a la gente; Josko y yo permanecíamos junto a los manifiestos. Nos habían dicho que estuviéramos atentos para que la gente no se los llevara. Algunas madres jóvenes que no podían participar directamente en el gesto habían enviado algunos dulces buenísimos. El comienzo fue todo rodado y la primera que estaba sorprendida era la propia Susanna: «¡Todos me dan las gracias!». Y, entre otros, el bedel del instituto, que paraba a todo el mundo en la puerta aconsejándoles que se pasaran por la exposición antes de marcharse. Al final del primer día habíamos visto desfilar al menos unas cincuenta personas.
El segundo día Micaela, que es violinista, invitó a una amiga suya, Verónica, y estuvieron tocando las dos juntas toda la tarde. Así, además de ver los carteles y de comer dulces, mucha gente se quedaba sentada un rato para escuchar la música.
De este modo tuvo lugar el primer “encuentro importante”: vino la responsable de las exposiciones y los acontecimientos públicos de la facultad. Ella era quien había dado el permiso para la exposición y Susanna estaba preocupada por lo que diría al verla. Mientras Micaela y Verónica tocaban, la señora fue con¬templando los paneles lentamente. Cuando Susanna se le acercó para preguntarle qué le había parecido, se dio cuenta de que tenía los ojos llenos de lágrimas. «Verdaderamente teníais un motivo para exponer todo esto», comentó. Susanna le respondió: «Sí, porque esta exposición habla de una vida que es posible para todos». A lo que ella dijo: «De todas formas, las cosas cambian cuando uno se hace adulto. Pero desde que estáis vosotros aquí, con esta música, en todo el instituto se trabaja de otra manera».

Traslados imprevistos
El tercer día decidimos abrir desde la mañana a la tarde para poder encontrarnos con el mayor número posible de gente. Pero al llegar a la facultad aquella mañana no hubiera podido imaginar lo que iba a suceder. Poco después de abrir se me acerca un señor distinguido que me pregunta: «¿Abrís los lunes?». Le respondo: «No»; y él enseguida: «Es que quiero que mi hijo la vea. Ya he organizado, como presidente del Consejo escolar del colegio al que asiste, que el próximo lunes venga con toda su clase». Entonces le propongo: «Si usted quiere, podemos ir nosotros a la escuela de su hijo». Y él: «¡Buena idea! Venga a mi despacho que llamamos ahora mismo a la directora de la escuela».
Al entrar en su despacho, leo el cartel que hay en la puerta: ¡es el decano de la facultad! A la directora de la escuela le dice brevemente: «Es algo muy bueno para los chicos: yo quiero que mi hijo la vea». Y dirigiéndose a mí: «Así pues, estamos de acuerdo. Y si hacéis otra cosa parecida avisadme».
Pasa media hora y llega un profesor que había visto la exposición dos días antes. Nos invita a llevarla a su instituto, que está adscrito a la facultad de Pedagogía pero que se encuentra en otra parte de la ciudad. Me dice: «Nuestro instituto es pequeño, tiene sólo seis cátedras, pero, si hacemos las cosas con tiempo, como instituto de Pedagogía podemos invitar a todos los demás institutos universitarios». La propuesta es muy interesante, entre otras cosas porque allí se encuentra la facultad de Economía, una de las más frecuentadas.

Para comprender las palabras
Tras algunas horas “tranquilas” transcurridas entre invitaciones y explicaciones llega una señora, lee todo con atención, mira los libros de don Giussani traducidos al esloveno, que estaban a la venta en un puesto, y entonces se me acerca y me pregunta: «¿Vosotros quiénes sois y por qué hacéis esta exposición?», y yo, con mi esloveno “polonizado”, le respondo como puedo hablándole del movimiento en Italia y en Eslovenia. Entonces me pregunta: «¿Podríais llevar la exposición a alguna otra ciudad?». Le respondo que sí y entonces me dice: «Pues me gustaría que vinierais a Trnava, a la Universidad Cirilo y Metodio de la cual soy rectora, ya que quisiera que mis profesores tuvieran la oportunidad de verla. Y des¬pués tenemos que hacer un encuentro sobre la libertad, debéis hablar de vuestra concepción de la libertad, porque mis profesores emplean palabras cuyo significado no conocen». Entonces le digo: «Don Giussani empezó esta historia precisamente por esto: se encontró con unos chicos que no sabían el significado de las palabras que usaban». Ella me dice muy seria: «Debéis contarle todo esto a don Giussani». Intercambiamos los números de teléfono y se va diciendo: «Os espero a fines de febrero o comienzos de marzo; yo os llamo».
A las siete de la tarde del jueves 4 de diciembre la exposición cierra sus puertas. En la universidad la han visto por lo menos doscientas personas y para nosotros es un gran logro.
Como habíamos decidido, el martes siguiente fuimos al instituto del hijo del decano; el presidente del Consejo escolar invitaba a todo el mundo diciendo por los altavoces: «El movimiento católico de Comunión y Liberación invita a estudiantes y profesores a la exposición sobre la libertad...». Después nos pidió la dirección de alguno de nosotros porque «quizás le proponga la iniciativa a algún otro presidente...».


 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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