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Huellas N.01, Enero 1998

PORTADA

El sentido religioso americano

Alberto Savorana

Presentación en Roma del Curso básico de Cristianismo de Giussani publicado por la editorial McGill-Queen's University Press. Las intervenciones de Albacete y Waldstein ante una treintena de cardenales y obispos americanos

Quizás por primera vez en su historia los obispos estadounidenses han celebrado el Thanksgiving —la tradicional fiesta del día de Acción de Gracias— lejos de casa. Este año, de hecho, estaban en el Vaticano participando en la Asamblea especial del Sínodo para América. Sin embargo, la vigilia de la fiesta ha brindado la ocasión de una especie de “vuelta a casa” a un pequeño grupo de ellos: el 26 de noviembre por la tarde, en el Agustinianum de Roma —justo al lado de San Pedro— tenía lugar la presentación de la edición inglesa de los tres volúmenes del Curso básico de Cristianismo de don Giussani —The religious sense (El sentido religioso), At the origin of the christian claim (Los orígenes de la pretensión cristiana), Why the Church?(¿Por qué la Iglesia?)— de la editorial McGill-Queen's University Press de Montreal (Canadá). Entre los obispos se encontraban Law (Boston), George (Chicago), Chaput (Denver), Levada (San Francisco), González (Corpus Christi). Sulyk (Filadelfia de los Ucranianos). Con ellos estaban el Presidente y el Secretario del Consejo Pontificio para los laicos, Stafford y Rylko, el nuevo Secretario del Comité para el Jubileo, Sepe, el Presidente del Consejo Pontificio Cor Unum, Cordes, el Rector de la Universidad Lateranense, Scola, Schleck (de la Congregación para la Evangelización de los pueblos), junto a un grupo de obispos latinoamericanos: Sales, Santoro y Romer (Río de Janeiro), Moreira Neves (Salvador de Bahía), González Zumárraga (Quito), Rodríguez Madariaga (Tegucigalpa), Hummes (Fortaleza), López Rodríguez (Santo Domingo), Cabezas (Villavicencio),
Damasceno (Auxiliar de Brasilia), Figueiredo (Santo Amaro), Carvalheira (Paraiba) y algunos otros.
A lo largo de la noche intervinieron el profesor Michael Waldstein, presidente del Instituto Teológico Internacional de Gaming (Austria), enviado por el Arzobispo de Viena, Christoph Schonborn, y monseñor Lorenzo Albacete, profesor del Seminario St. Joseph de Nueva York. Con este encuentro se han inaugurado las actividades del Centro Internacional abierto por CL en la capital y dirigido por Jesús Carras-cosa, quien se ha trasladado a Roma desde Madrid junto a su mujer, Jone, para colaborar en la guía del movimiento que ya está presente en sesenta y siete países.
Proponemos a continuación la síntesis que hemos realizado de las intervenciones de Waldstein y Albacete.

Waldstein
El núcleo de la cuestión
En el primer capítulo de su libro Ortodoxia, Chesterton relata la historia de «un navegante inglés que por un pequeñísimo error de cálculo en la ruta llegó a Inglaterra creyendo haber descubierto una nueva isla en los mares del Sur». Se podría pensar que ese hombre se habría sentido un poco estúpido —dice Chesterton—, pero después hace la siguiente observación: «Su error es un error envidiable... ¿Puede haber algo más delicioso que experimentar en pocos minutos el fascinante terror de un lejano viaje y la íntima tranquilidad de quien vuelve a su casa?... ¿Puede haber una empresa más gloriosa que la de organizar una gran expedición a Nueva Gales del Sur y constatar, con un estallido inefable de lágrimas, que no era sino la vieja Gales del Sur?». Chesterton prosigue ex-trayendo una conclusión de esta pradójica historieta: «Me parece que éste es el problema más grave que se puede plantear un filósofo... Cómo asombrarse del mundo y a la vez sentirse como en casa en medio del mundo».
Esta coincidencia de opuestos es la experiencia que tuve al leer los escritos de don Giussani. cuando los estudiaba en los encuentros semanales de la Escuela de Comunidad con mis amigos del movimiento de Comunión y Liberación; primero, durante los cuatro años que estudié el doctorado en Nuevo Testamento, en Harvard, y después, durante los ocho años que enseñé Nuevo Testamento en la Universidad de Notre Dame. Esta misma experiencia continúa hoy en nuestra Escuela de Comunidad en Gaming.
Esto es lo primero que quería decir sobre la gran trilogía del Curso básico de Cristianismo, la principal obra de don Giussani que ahora se pone a disposición del público anglófono. Si juzgándola con los criterios académicos del pensamiento teológico, serio e investigador, esta obra es importante —también yo la considero así— su verdadera grandeza se descubre sólo cuando se empieza a comprender su carga de experiencia, que es su origen más próximo y su objetivo. El pensamiento del Curso básico de Cristianismo nace de la reflexión sobre la experiencia de la fe vivida en la trama de amistad que constituye Comunión y Liberación.
Permitidme que os lea una página significativa, tal vez la página más característica e importante del primer volumen, El sentido religioso. «¿Cuál es la fórmula del itinerario hacia el significado último de la realidad? Vivir la realidad».
Hay algo que resulta inmediatamente evidente en este texto, una posición abierta a abrazar todo. Cuando encontré por primera vez, hace quince años, Comunión y Liberación, la razón principal del atractivo que suscitó en mí fue esta apertura.
El acontecimiento cristiano está relacionado con todo el mundo habitado, o usando un término griego, con la entera ecumene. Es radicalmente ecuménico. En otras palabras, el acontecimiento cristiano es totalmente universal, o con una palabra que también deriva del griego, católico. Ecuménico y católico: ambos aspectos constituyen, por el mismo motivo, el corazón cristiano. Este es el núcleo de la cuestión.

Albacete
El desafío de la libertad
Creo que la Iglesia de los Estados Unidos tiene la oportunidad, o mejor dicho, la misión de guiar el encuentro entre el catolicismo y la cultura que es el corazón de la nueva evangelización. Pienso que es verdaderamente providencial que la presentación de este libro se haya hecho durante el Sínodo. Monseñor Giussani ha percibido con gran lucidez que no es el momento de llorar por un pasado perdido ni de defenderse de un presente amenazador, sino de tomar la iniciativa para que en el futuro la Iglesia católica de los Estados Unidos juegue un papel crucial de guía. Aquellos de entre nosotros que han podido experimentar la maravilla de nuestra identidad católica en los Estados Unidos gracias al carisma de monseñor Giussani, quieren ayudar a los obispos americanos en esta tarea y están deseosos de ponerlo a vuestro servicio cuando se lo pidáis.Nuestros hermanos y hermanas de Canadá comparten la misma esperanza y el mismo deseo.
Es imposible —y en cualquier caso desagradable— tratar de volver atrás en el tiempo. Tenemos que mirar hacia el futuro, que es verdaderamente prometedor aunque a veces no lo parezca. Monseñor Giussani afirma que el futuro es prometedor porque el punto de partida para la evangelización —para ese “diálogo de salvación” que, como afirmó el Papa Pablo VI, nos preparó el Concilio Vaticano II— es la experiencia del “yo”, la experiencia del ser persona, de ser alguien y no algo, la experiencia de lo que don Giussani llama las «exigencias fundamentales del corazón humano».
Se trata, como nos dijo hace poco el Arzobispo de Chicago Francis George, del desarrollo de una “nueva apologética”, es decir, de la demostración de la racionalidad de la fe, en donde la “racionalidad” no es sólo una característica puramente lógica e intelectual, sino la correspondencia entre la realidad y las exigencias fundamentales, la experiencia del corazón humano.
Este es el corazón de la visión y del carisma de monseñor Giussani. En realidad el libro que os presentamos esta noche es el punto de partida de mucha de la “nueva apología” de nuestro tiempo. Este libro muestra que el corazón humano es uno y que no importa el condicionamiento cultural que pesa sobre la manera de expresar y de vivir esta experiencia elemental. Pienso que la visión de “racionalidad” de don Giussani es la contribución más importante de este libro a nuestros esfuerzos por evangelizar la cultura.
El libro muestra que la fe es la actitud más humana posible, la más “razonable”, la más fiel a la realidad, la condición indispensable para que se dé una libertad verdadera.
Creo que la sed de libertad es la característica que mejor define la cultura americana. Esta sed impregna también todos los valores que dividen a nuestra gente. Si queremos que la propuesta de la fe sea tomada en serio por nuestra gente, tenemos que demostrar que es compatible con la sed de libertad. Este es el punto de partida de cualquier “nueva apología”, o “nueva evangelización” de los Estados Unidos y éste es precisamente el punto central de este libro.
Desde que estoy en Nueva York he tenido la oportunidad de relacionarme en muchas ocasiones con los representantes de los círculos culturales dominantes en nuestro país. De alguna forma, no están lejos de algunas preocupaciones que animan nuestra fe, aun expresándolas en el compromiso pr-libre elección, pro-gay, propluralismo racial, como bien sabéis. Sin embargo, intuyen que hay algo que no marcha bien. Les he sugerido que el problema está en que han dejado fuera de su visión las raíces del “sentido religioso”.
Os presentamos el libro esta noche reafirmando nuestro deseo de ayudaros en vuestra solemne tarea de guiar la Iglesia de nuestro país generando una propuesta cultural para los Estados Unidos. Esto es lo que al final del Concilio Vaticano II el Papa Pablo VI llamó la “espiritualidad del buen samaritano” que, según él, debía guiar el diálogo de la Iglesia con el mundo moderno. Él pidió a los “humanistas modernos” una oportunidad para demostrar que «nosotros, más que ellos, honramos al hombre». Aquí está la clave del libro. Estamos en una época en la que se hace necesario dar testimonio de esto. Los Estados Unidos son el lugar privilegiado para dar este testimonio.

Carrascosa
Para Su Iglesia
Al concluir el encuentro, Jesús Carrascosa dijo que «nuestra única pasión es colaborar con el Papa y con los obispos en comunión con él en la misión de la Iglesia en el mundo contemporáneo, por la gloria humana de Cristo en la historia». Y añadió: «Con esta disposición nos preparamos para la fiesta del Gran Jubileo querido por Su Santidad Juan Pablo II, para hacer memoria de la Encarnación que ha hecho visible al Verbo de Dios en el mundo. Este acontecimiento permanece presente entre nosotros durante toda la historia humana en la compañía de aquellos que Le reconocen, es decir, en Su Iglesia».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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