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Huellas N.1, Enero 2008

CL

Huellas en clase

a cargo de los estudiantes de CL

La caridad te cambia
¡Estamos presentes!

Participar en la Campaña de Navidad del Banco de Alimentos, de AVSI y de CESAL ha sido algo más que un paréntesis en la monotonía del curso escolar, algo distinto que una actividad paralela a la vida diaria. Adherirnos a esta propuesta nos ha concedido una experiencia nueva que afecta a la vida entera. Estar ante un supermercado y pedir a la gente que donara algo de sus compras para los pobres, recaudar fondos para las múltiples obras de AVSI y CESAL en todo el mundo, proponer mesas en los institutos para dar a conocer a estas ONGs, ha cambiado la mirada que tenemos sobre nosotros mismos, los profesores, los compañeros de clase y los bedeles, las asignaturas y el estudio. Poder experimentar qué es la caridad ha llenado de positividad todo lo que somos y hacemos. Cuando una experiencia como esta aviva tu humanidad e inteligencia se hace de repente más sencillo estar en clase con gusto, estudiar muchas horas o defender para todos la libertad de educar.

ABBIATEGRASSO (Milán)
RUPTURA DE ESQUEMAS
Aprendiendo la sencillez

Tres chicos de mi instituto fueron expulsados durante tres días. A raíz de este hecho algunos representantes de los estudiantes suscribieron un panfleto que luego colgamos en las puertas de las clases y entregamos a los profesores. Algunos pasaron olímpicamente, otros hablaron en clase de lo que decíamos, pero lo más sorprendente fue lo que planteó la profesora de Matemáticas: «Chicos, estoy conmovida por lo que habéis escrito: “La expulsión no puede ser una coartada para evitar los problemas, un medio mezquino para evadirse de la propia responsabilidad. Creemos, en cambio, que debe ser un hecho que nos interrogue a todos sobre el sentido de la educación, de las relaciones y del estudio”. Es lo más bonito que me ha sucedido desde el comienzo del curso. Me ha obligado a pensar en la lucha cotidiana necesaria para educar de verdad, librándome continuamente de ciertos prejuicios sobre vosotros. ¡Gracias! Lo que habéis escrito es la expresión más verdadera de lo que sois y necesitáis, de lo que pedís a los profesores. No trabajaría en la enseñanza si ser profesora no coincidiera con ser yo misma, con ser persona; antes que reglas son necesarias relaciones». Hoy he aprendido que basta con ser sencillos de corazón, con no aferrarse a ciertos esquemas, decir “sí” al Misterio que actúa respetando nuestra libertad en cada caso, incluso en la expulsión de tres estudiantes.
(Yayo)

TURÍN
LA MUERTE DE UN ESTUDIANTE
¿De qué sirve la vida?

Andrea, un estudiante de Liceo, de 18 años, se ha quitado la vida. Era un chico inteligente, aparentemente sin problemas, abierto a los demás y querido por los compañeros y los profesores. Ha dejado una nota para su madre: «No me siento adecuado a lo que la vida me pide». Toda la escuela se ha quedado sin palabras. En la congoja uno se pregunta por qué y por qué un chico así. ¿De qué sirve la vida? Este trágico evento obliga a mirar lo que es necesario para vivir: tener un significado, sentirse queridos y aprender a querer, saberse relación con un Misterio bueno. Entonces, por primera vez en muchos años, hemos organizado con algunos estudiantes una recogida de alimentos para la Campaña de Navidad del Banco de Alimentos. Les hemos invitado después a reflexionar sobre la alegría que experimentamos en un gesto tan simple. La muerte de Andrea nos lleva a profundizar en lo que vivimos y a preguntarnos por su significado. Hacer es bueno cuando nos ayuda a reconocer que cada uno es relación personal con el Misterio.
(Enrica, Paola, Raffaella)

PARLA (Madrid)
SENTIRSE ACOMPAÑADOS
En la salida del Curso de Monitores

El primer fin de semana de diciembre me fui de salida con el Curso de Monitor de tiempo libre para poner en práctica lo que habíamos estudiado el mes anterior. Entre todos la preparamos con muchísima ilusión y yo iba súper contenta para poder estar de fiesta con todos mis compañeros. Mi sorpresa vino cuando estábamos juntos esperando al tren para ir a Navacerrada y me puse a pensar en mi experiencia. Necesitaba ver que el Señor estaba presente, tenía una sensación de vacío increíble; nunca me había pasado, tenía la necesidad de gritar la presencia del Señor. Mi corazón exigía algo más que irme con mis compañeros del curso a pasármelo bien. Esto hizo que mi mirada cambiara de rumbo y que buscara lo que realmente mi corazón necesitaba. No sabría explicar muy bien por qué iban surgiendo en mí todas estas sensaciones en tan pocos minutos, sólo sé que necesitaba a Cristo. Creo que las salidas que nos proponéis en el movimiento no son sólo para ver allí la realidad y sentir que tu corazón está feliz, sino que son un medio para poder hacerlo durante todo el camino: que tu mirada vea la belleza en todas las cosas tanto en las grandes como en las de la vida diaria. Esto hizo que en el tren sacara el cuaderno de Escuela (no me lo había llevado adrede, sino que coincide con el que tomo los apuntes del curso) y leyera los apuntes de la Escuela de comunidad. Me sentí tan acompañada y, sin embargo, estaba sola, ya que mis compis iban durmiendo. Fue justo la percepción opuesta de la que tuve al principio cuando me sentía sola aun estando con todo el mundo, pero notaba que todos iban a la salida a pasárselo bien y que no tenían la necesidad de escuchar lo que su corazón pedía.
(Raquel)

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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