Huellas N.01, Enero 2019

EDITORIAL

La verdadera diferencia

Si algo no podemos permitirnos en una situación de malestar difundido como el actual es no percatarnos de los hechos que van en una dirección opuesta. Los tenemos delante de nuestros ojos, y a veces son enormes (¿cómo se puede definir una recogida de alimentos para los pobres que en un solo día mueve a 150.000 voluntarios y a 5 millones de donantes en toda Italia?), sin embargo, no es obvio que veamos su verdadero alcance. Este no consiste en los números sino en la propuesta y en el método. Si nos fijamos en estos hechos hasta llegar a su punto de origen, estos acontecimientos exceden la simple “buena acción” para indicarnos un camino. Ciertamente en sentido contrario al sentimiento difundido de desconfianza y rencor, pero concreta y abierta a todos. Algo muy urgente hoy.

Por tanto resulta decisivo volver sobre ellos y mirarlos detenidamente.
La Jornada de Recogida de alimentos al igual que otros gestos que pueblan lo cotidiano, aunque se quedan en lo escondido. En su entrañase encuentra algo más que el voluntariado o la solidaridad; se descubre la fuente de la que manan tantos riachuelos de bien, pequeños y grandes, hasta desembocar, a veces, en obras que desafían el tiempo (en “Primer Plano” narramos la experiencia del Cottolengo, un ejemplo muy significativo entre muchos). Hablamos de la caridad, el corazón del modo de vivir que Cristo ha traído al mundo. Haciéndose él mismo «don conmovido de sí», como recordaba don Giussani, Cristo ha hecho de la caridad una realidad posible y experimentable para nosotros los hombres.

Y la caridad es la impronta más fuerte que el cristianismo deja en la historia, la verdadera diferencia. Capaz de atravesar las distintas épocas y los momentos oscuros, y de generar una humanidad distinta que atrae a quienes ya no esperaban nada de una fe reducida a doctrina y moral (como el filósofo Salvatore Natoli cuya entrevista publicamos en la sección de Rutas). Todo ello con una sola condición: la de no perder el origen de la acción.

Por eso, antes de la Jornada nacional de recogida de alimentos y de la Jornada Mundial de los pobres que ha querido el papa Francisco, Julián Carrón invitaba a los miembros de CL a que participaran en estos gestos,y en otros similares, como una ocasión para profundizar en la relación personal con Cristo. Y para comprender mejor qué tiene que ofrecer al mundo herido de hoy esa relación. ¿Basta con alguna que otra buena acción o hace falta algo más sólido, quizás incluso decisivo? Este número de Huellas propone un pequeño viaje por la experiencia de la caridad. Un viaje que empieza contando hechos y testimonios hasta llegar a lo que la caridad supone para la sociedad y la política. Porque la caridad construye en cualquier situación.