En regalo a los suscriptores, con el próximo número de la revista, una selección de piezas grabadas en directo durante los encuentros de las comunidades de CL, para redescubrir la centralidad del canto en la experiencia del movimiento. En el encuentro entre culturas, lenguas y tradiciones distintas, la expresión de cada pueblo se convierte en un patrimonio para todos
Sábado, 7 de marzo de 2015. La Plaza de San Pedro está abarrotada. En el silencio general, resuena un canto. Es una Ave María en chino, compuesta en 1945 por un músico taiwanés encarcelado durante la guerra contra China. ¿Por qué un canto en chino durante la audiencia del papa Francisco con Comunión y Liberación? Hace años, los sacerdotes de la Fraternidad San Carlos de misión a Taiwán conocieron a una joven china que vive en EEUU y que se ha acercado a Comunión y Liberación. Fue ella quien dio a conocer este canto de la tradición católica china y la que lo cantó delante del Papa. Es una de las piezas que los suscriptores podrán escuchar en el CD adjunto a este número de Huellas. Una selección de veinte tres piezas grabadas en directo durante momentos de la vida de CL. Don Giussani hace coincidir el comienzo del movimiento con el canto: «No hay diferencia. Nace el movimiento y se canta», dijo en 1994 conversando con un grupo de músicos. Hoy sigue siendo así, porque no hay reunión o asamblea sin un canto introductorio, porque «el canto consigue remover el terreno pedregoso de nuestra alma», como dijo en otra ocasión Giussani. El canto logra expresar mucho mejor que las palabras los sentimientos humanos más hondos. Y, por ello, dispone el corazón a esperar y a escuchar lo que Dios quiere decirnos a través de ese encuentro. Desde siempre hemos tratado de seguir a San Pablo cuando invita a los cristianos a «valorarlo todo y a quedarse con lo bueno». Por eso, en el movimiento se cantan desde las Laudas de San Felipe Neri (O cor soave fue la que Giussani les enseñó a los chavales en la primera misa de GS, en la iglesia milanesa de San Gottardo al Palazzo) a Mina, desde los Salmos a Gaber, desde las Cantigas, pasando por los espirituales negros y el blus, hasta los cantos rusos. No hay limitación, porque «cada vez que un cristiano encuentra una realidad nueva, la aborda positivamente, porque en ella se reverbera, de alguno modo, el misterio de Cristo», nos decía don Giussani. Por eso puede pasar que Julián Carrón introduzca y haga cantar durante los Ejercicios espirituales de los universitarios en Rímini, I Still Haven’t Found What I’m Looking For, de U2, hablando del deseo y de la búsqueda de aquello a lo que aspira el corazón. O que se proponga un canto de amor para entender mejor la naturaleza de la familiaridad con Cristo, puesto que se trata de una analogía muy lejana, pero real. «Aconteció cuando nadie se lo esperaba.» (Aconteceu). «Si yo miro el fondo de tus ojos tiernos, se me borra el mundo con todo su infierno. Se me borra el mundo y descubro el cielo. Si el sol que me alumbra se acabara un día y una noche oscura ganara mi vida, tus ojos de cielo me iluminarían, tus ojos de cielo, mi camino y guía» (Ojos de cielo).
Cada canto se elige en función del momento y se arregla para que destaque lo más valioso. «Esto no significa traicionar el original, sino ahondar en el significado», explica Carlo Carabelli, responsable del coro de Cl. «Por eso, a veces, se sacrifica un cierto aspecto filológico en aras de un acento personal o de una interpretación particular». También el canto popular pertenece a nuestro repertorio desde el origen, particularmente eficaz porque «despierta el corazón humano con una sencillez extrema, porque convierte en poesía los aspectos más sencillos y cotidianos, comunes a todos los hombres».
¿Por qué este CD? «Nuestra idea no ha sido la de recoger ordenadamente una colección de cantos de los distintos países, sino de grabarlos durante los gestos del movimiento, es decir, captándolos en vivo», explica Carabelli. En directo, a veces con ejecuciones imperfectas e intérpretes que no cantan en su lengua materna. Además del Ave María en chino, es interesante ver como gracias a Sub Tuum Praesidium que Sobhy Makul cantó en un retiro estival de responsables (y allí se grabó), recuperándolo de la tradición árabe maronita, «podemos dialogar con la religiosidad de un país, Líbano, muy distinto del nuestro. El hecho de que Cl esté en el mundo entero, nos permite abrirnos y enriquecernos mutuamente». Tomemos Judongo ceke: «Es una canción muy conocida en África, que se canta en la Misa durante el ofertorio. Es el único del que pedimos la grabación: cantan los estudiantes de la "Luigi Giussani Higt School" de Kampala. Cuando los responsables de CL ugandeses viajan a Italia para la Asamblea Internacional, se pasarían el día cantando los cantos alpinos, porque cantar hace sencillo compartir el corazón, experimentar la unidad y saborear el anticipo del cielo». Cantemos pues, porque el canto captura el corazón del hombre y lo despierta. Lo hace nacer, y renacer.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón