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Huellas N.2, Febrero 2008

CL

Huellas en clase

a cargo de los estudiantes de CL

Razón y fe
¡Estamos presentes!


Las palabras de Albert Einstein, que nos ha pasado una profesora, expresan magníficamente la “amistad entre razón y fe” a la que nos invita Benedicto XVI en la Spe salvi.
«Ahora bien, aun cuando en sí mismos los campos de la ciencia y la religión están claramente delimitados entre sí, existen sin embargo entre ellos fuertes relaciones y dependencias recíprocas. Aunque pueda corresponder a la religión determinar los objetivos, ésta ha aprendido, no obstante, de la ciencia, en su más amplio sentido, qué medios contribuirán mejor a alcanzar aquellas metas. Pero la ciencia sólo puede ser creada por quienes están profundamente imbuidos del anhelo de verdad y comprensión. La fuente de estos sentimientos proviene, sin embargo, de la esfera religiosa. A ella pertenece también la fe en la posibilidad de que las normas que rigen al mundo de lo existente sean racionales, esto es, asequibles por medio de la razón. No puedo concebir a un auténtico científico que carezca de esa profunda fe. Todo esto puede expresarse con una imagen: la ciencia sin la religión está coja, y la religión sin la ciencia, ciega».
(Albert Einstein, en: Cuestiones cuánticas, Editado por Ken Wilber en Ed. Kairós, p. 166; incluye textos de Heisenberg, Schrödinger, Einstein, Jeans, Planck, Pauli, Eddington)


GÉNOVA
Hechos para conocer
Profe, ¿usted cree que es sólo aburrimiento?


Durante la Conferencia regional de Liguria sobre educación, que trataba la nueva ley regional de educación, intervino Simone Frega, representante de los estudiantes de Génova. «En esta comisión sobre la educación obligatoria, me parece importante que se escuche la voz de los estudiantes –dijo Simone–: en la sesión de ayer se dijo que los estudiantes se aburren en clase. De hecho, yo también me aburro a veces. Pero es que los jóvenes no estamos hechos para la escuela, sino para conocer. A mí me gusta estudiar, y veo que el verdadero interés se despierta cuando aprendemos algo bueno y verdadero en las clases y en la relación con los profesores. La educación obligatoria es positiva si el estudiante puede optar por el curso de estudios más adecuado a él. Las matemáticas o el latín no tienen por qué interesar a todos indistintamente (además, es justo que los que estén interesados puedan estudiar lo mejor posible). Quien tenga intereses diferentes, tiene que poder aprender una profesión y realizar un recorrido distinto que le garantice las competencias básicas. Prolongar la educación obligatoria, sin establecer diferentes recorridos educativos, en nuestra opinión, no hará bien a nadie y nos sentiremos aparcados en una especie de limbo incapaz de estimular a los que tengan un verdadero interés por el estudio y a los que quieran realizarse a través de una formación técnico profesional seria. ¿Qué pensáis?». Al final de la jornada, durante las conclusiones, el vicepresidente del Consejo nacional de educación pública dijo al ministro de Educación, Giuseppe Fioroni: «No puedo dejar de aludir a la intervención de un estudiante esta mañana, que me ha impresionado mucho; decía (y cita leyendo el papel que Simone le había dado) que los jóvenes no están hechos para la escuela, sino para conocer, y que en la escuela no se aburren si nace un interés por algo bueno en la relación con los profesores y en las clases».
(Emanuele, Génova)


PELÍCULA
Soy leyenda
de Francis Lawrence, 2007


Año 2012, Robert Neville (Will Smith), un científico americano, es el único superviviente de la ciudad de Nueva York; una medicina contra el cáncer, descubierta cuatro años antes, se reveló como un virus altamente infeccioso que transforma a los hombres en feroces bestias asesinas. A pesar de la soledad, Robert, inmune al virus, sigue viviendo y experimentando para encontrar un remedio a la trágica enfermedad; impresiona cómo está pegado a la vida y a la esperanza de volver a la normalidad; con gran perseverancia se dedica sin descanso a la investigación. No deja de buscar una solución y no se resigna a un destino de soledad y muerte; no se puede aceptar el mal como situación definitiva; el hombre no puede dejar de tender al bien, al suyo y al de los demás. La llegada de Ana, al principio no cambia la posición de Robert, siempre obstinado en su desconfianza hacia Dios; pero las escenas finales muestran cómo Robert se abandona a un horizonte más grande que el suyo. La gran interpretación de Will Smith como científico evidencia la posición ideal que la ciencia tiene que asumir en la investigación: no un correr ciego hacia lo ignoto por el mero gusto de lo desconocido, sino el reconocimiento de la grandeza y providencia de Dios en cada pequeño paso del saber.
(Massimo, Milán)

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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