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Huellas N.2, Febrero 2008

CL - México

Una pequeña comunidad, dentro de una gran historia

Amedeo Orlandini

El desembarco de los primeros tres Memores respondía a la invitación a la misión que dirigió al movimiento Juan Pablo II. La historia de estos veinte años se inserta en un pasado fecundo obra de “nuestras manos, pero con Su fuerza”

Campeche es una pequeña y hermosa ciudad (“pequeña”, se entiende, respecto a las dimensiones de las ciudades mexicanas), capital del estado homónimo, ubicado en la península de Yucatán. Fue fundada el 4 de octubre de 1540 como la villa de San Francisco de Campeche por Francisco de Montejo el Mozo y, al año siguiente, los franciscanos construyeron en ella el convento y la Iglesia de San Francisco. Durante largo tiempo fue un puerto importante donde recalaban los navíos que venían de Europa, y fue objeto de varias incursiones de los piratas.
Pero los que llegaron de Italia el 11 de agosto de 1987 no fueron depredadores, sino tres jóvenes de CL, Giuseppe Zaffaroni, Giampiero Aquila y Daniele Tonti, miembros de la Asociación laical Memores Domini.

Id por todo el mundo
Habían pasado dos años desde aquel encuentro en la sala Pablo VI, en el Vaticano, en el que el papa Juan Pablo II nos había animado a la misión con estas palabras: «“Id por todo el mundo” (Mt 28, 19) es lo que Cristo les dijo a sus discípulos. Y yo os repito a vosotros: “Id por todo el mundo a llevar la verdad, la belleza y la paz, que se encuentran en Cristo Redentor”. Esta es la consigna que hoy os dejo». Fue el motivo de la llegada a Campeche de estos tres amigos.
Desde entonces han pasado veinte años, los primeros ya se marcharon a otros rincones del mundo, otros más –Samuel, Giovanni, Giuliano, Rocco, Rossana, Ana, Manuela, Laura– han llegado, han vivido un tiempo con nosotros y se han ido también, impulsados por la misma misión; gracias a todos ellos, en este tiempo se ha formado aquí una comunidad, una pequeña realidad de pueblo.

Con Su fuerza
Movidos por un profundo agradecimiento, los amigos de la comunidad local de CL han querido celebrar este aniversario convencidos de que «amar a la comunidad, amar el encuentro que la ha generado, significa amar la tradición de la que hemos nacido». Quisieron que los días de la celebración, el 5 y 6 de octubre de 2007, fueran la ocasión para revivir la belleza del encuentro con Cristo. Verónica, una amiga de Campeche, escribió a propósito: «Sin haber encontrado a Cristo estaría completamente inmersa en la nada, sin siquiera darme cuenta de ello».
La historia de estos veinte años se inserta en un pasado que viene desde muy lejos. Por ello, el corazón de este aniversario fue la muestra sobre los benedictinos que se expuso en el Meeting de Rímini de 2006 con el título “Con nuestras manos, pero con Su fuerza”. En ella se pone de manifiesto cómo vivieron esos hombres su vida cotidiana sin “anteponer nada a Cristo” y así construyeron para sus contemporáneos y para las generaciones futuras lugares de humanidad verdadera, en medio de un mundo lleno de violencia y destrucción y dieron lugar a una nueva civilización.

Los actos y la celebración
Las conferencias inaugurales de la muestra corrieron a cargo del padre Gianni Brembilla, de los Misioneros de la Fraternidad sacerdotal de San Carlos Borromeo, y del Lic. Rodrigo de la O, miembro de CL. El padre Brembilla presentó el nacimiento del monaquismo en Occidente y el Lic. De la O las primeras décadas de evangelización de la península de Yucatán que llevaron a cabo los franciscanos.
Mons. Ramón Castro y Castro, obispo de Campeche, que celebró la Eucaristía junto con el padre Julián de la Morena, responsable de CL en México, nos invitó a todos a vivir en la ciudad la misión que ya Juan Pablo II nos encomendara en 1984: hacer presente la verdad, la belleza y la paz que se encuentran en Cristo Redentor.
El acto culminó con el testimonio de Giampiero Aquila, unos de los primeros que vino a vivir con nosotros a Campeche, alguien que diciendo “sí” a Cristo día a día ha gozado de una riqueza de vida y de encuentros a lo largo de estos veinte años.
La celebración del 20 aniversario ha renovado la novedad del primer encuentro haciéndonos conscientes de que «estamos insertados en una larga tradición».



ALGUNOS TESTIMONIOS
Celebrar el aniversario de la presencia de CL en Campeche ha supuesto para mí un reencuentro de amigos y vivencias. El padre Franco comentaba hace unos días que: «Si uno no es capaz de amar su pasado, tampoco puede amar su presente». Por esta razón es fascinante para mí nuestra historia: me conmueve pensar en cómo todo ha empezado con un “sí” que dieron cada uno de los primeros Memores Domini que vinieron a Campeche. Esa disponibilidad dio lugar a los primeros encuentros y fuimos llegando nosotros, que muchas veces no entendíamos.
En mi experiencia estas primeras coincidencias en los encuentros de Escuela de comunidad sucedían sin ninguna excepcionalidad aparente. Sin embargo, algo pasaba. Recuerdo algunas conversaciones con ellos en esos primeros años, como fragmentos de frases, que quedaron guardadas y que con el tiempo han ido cobrando su significado. Hoy tienen un sentido para mi existencia. En este momento no puedo dejar de mencionar la enfermedad de Roberta y la vida dramática y a la vez alegre de Rossana, Ana, Manuela, Lesli y Laura que la acompañaron a su destino final. Estos acontecimientos me hacen comprender que, más allá de lo visible, en cuanto a diferencias personales y culturales, estamos unidos por algo que tenemos en común, nuestro origen y nuestro destino. Este reencuentro me conmueve por su humanidad, así como la compañía y el llamado de nuestro obispo a nuestra comunidad.
Alberto Cu

Este aniversario me confirma que todo lo que hemos realizado en Campeche es obra del Espíritu Santo. Yo, sin ninguna pretensión, invité a los que estaban a mi alrededor, a católicos y no católicos; lo que sucedió no fue el resultado de un esfuerzo mío. Para preparar la conferencia sobre la evangelización llevada a cabo en Yucatán por los franciscanos, pude vivir en concreto la relación entre fe y razón, precisamente como la apertura de la razón a horizontes infinitos, y por ello ensimismarme mucho más con su experiencia.
Rodrigo de la O

En lo personal, he vivido estos días de conmemoración de la llegada del Movimiento de Comunión y Liberación a Campeche con profundo agradecimiento, pues soy consciente de que si no hubiera tenido la gracia de encontrarlo, estaría completamente inmersa en la nada sin siquiera darme cuenta de ello.
Verónica Lara

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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