Músico de renombre, conoció CL en 1984, y cuando don Giussani fue a EEUU...
«Después de veinte años en el movimiento sigo necesitando que me corrijan en lo mismo. La tentación de actuar contando sólo conmigo es realmente testaruda, pero el método que he aprendido, por suerte, me vuelve a hacer consciente de ella una y otra vez. Y al sentirme amado y por tanto corregido, puedo aceptar algo más grande que mi idea. ¡Para mí es la única forma de no perderme lo mejor!». El que así habla es Chris, pianista de fama internacional y director de la revista Talking music.
Chris llega a Nueva York desde Nueva Orleáns para asistir al conservatorio. Trabaja en una residencia en la que conoce a Luigi, que está en EEUU por motivos de trabajo. Nos hallamos en 1984, el Papa ha reclamado al movimiento a la misión y comienzan a desembarcar italianos en EEUU. Luigi le invita varias veces a la Escuela de comunidad con un grupo de amigos. A Chris esto le parece una cosa “rara” y siempre rechaza la invitación. Pero sale a menudo con ellos, a cenar o al cine. Después de nueve meses cede. Decide ir a las vacaciones de CL: «Allí encontré todo lo que buscaba. Yo era un católico practicante, sin embargo, estaba solo, y pensaba que alcanzar a Cristo era fruto de mi esfuerzo. Descubrí que podía encontrar verdaderamente al Señor a través de esas personas». Algunos años después, Giussani viaja a EEUU. Chris le conoce, un rápido apretón de manos. Es suficiente. «Luigi y los demás me habían hablado de él durante años. En ese momento pude reconocer en él a una persona abierta e interesada por todo. En él vi el método y el origen de la relación que veía entre mis amigos».
Después de algún tiempo, llega la segunda propuesta de ir a Italia a estudiar música. La primera ni siquiera la había contemplado, pues le parecía un viaje inútil. Pero esta vez un amigo vence su determinación: «No puedes saber con antelación qué te sucederá si aceptas. Y no sabes lo que Dios tiene guardado para ti». Chris parte para Italia y allí descubre su vocación: entra en los Memores Domini. Y vuelve a tocar el piano. La belleza de la música siempre le había conmovido profundamente. Mostrarla era la finalidad principal de tocar el piano: sin embargo, entre él y el piano las cosas se tuercen. Le piden que explique a los chavales de GS una sonata. «Allí comprendí que para explicar lo que quiere comunicar el compositor hace falta comprender el sentido de su experiencia humana. Es lo que he aprendido en el movimiento, en donde he encontrado un significado que descubrir cada vez. Todo se ha vuelto interesante en mi vida. Ahora mi trabajo consiste en enseñar la música».
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón