El 4 de marzo Italia vuelve a las urnas, en medio de una realidad política confusa y cada vez más líquida. Allí como en nuestra Cataluña el agrio enfrentamiento político desemboca en una actitud de desconfianza, cuando no agresividad, del electorado. En otras partes del mundo, donde también se celebrarán elecciones en este 2018, la situación por distintos motivos es aún más grave: Egipto, Rusia, Iraq, Colombia, México, Venezuela…
Aunque con tonos y matices diversos, todos estos escenarios comparten un mismo fondo: divisiones radicales, hondos rencores, deslegitimación recíproca y ceguera ideológica. No es casual que uno de los libros que han suscitado un encendido debate en estos meses por su capacidad de leer el momento presente se titule La edad de la ira. Su autor es el ensayista angloindio Pankaj Mishra, que Huellas ha encontrado en Londres y cuya entrevista encontráis en estas páginas.
Llevamos tiempo ofreciendo nuestra pequeña aportación a lo que más urgente nos parece también en el ámbito político, más que equilibrios de poder o soluciones mágicas: recuperar la conciencia de que el otro es un bien, redescubrir las razones profundas y nada obvias del bien que supone la convivencia. Son preocupaciones que comparte el mismo Papa Francisco, del que publicamos el precioso discurso del pasado 1 de octubre en Cesena sobre la necesidad de la «buena política».
El reportaje en Primer Plano en este número trata de comprender de qué manera recuperar la razón de ser de esta buena política. Lo hace mediante un diálogo con un agudo observador de la realidad italiana, Sabino Cassese, y mediante hechos e historias de gente que día tras día trata de tejer, o zurcir, un tejido común, trabajando adrede en plazas menores ya que lo decisivo es comprobar la validez de un método de presencia en el ámbito público. Y Dios quiera que algún día esto pueda expresarse también en la llamada “gran política”. Desde Colombia nos llega el relato del encuentro entre una candidata y la comunidad local de CL, un pequeño ejemplo de cómo la perspectiva puede cambiar según lo que se le pide a los políticos. Desde Brasil llega la descripción de cómo una trama de relaciones tejidas desde abajo, las APAC, está cambiando todo el sistema carcelario del país. Un ejemplo de que la subsidiariedad es algo real y sirve al bien común a todos los niveles, pequeños y grandes, locales y globales.
Es una apuesta que don Giussani nos repropone continuamente. En febrero se cumplen trece años de su partida al cielo, pero su discurso a la Democracia Cristiana de Lombardía (Assago, 1987) es absolutamente vigente y sigue provocando hoy a miles de personas a tomarse en serio los problemas, los interrogantes, la realidad social, el otro que piensa distinto… Y a asumir libremente la propia responsabilidad ante la vida.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón