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Huellas N.3, Marzo 2008

CARTAS

Oaxaca, Montevideo, Valencia...

a cargo de María Rosa de Cárdenas

Firme es su misericordia con nosotros
El 13 de febrero conversé con mi padre por primera vez desde hace más de diez años. El lugar, el Hospital de la Princesa, como comprenderéis no era el más apropiado para retomar una relación, pero bienvenido sea. Llegaba allí después de haberle seguido la pista durante algo más de tres semanas. Al principio pensaba por algunas informaciones erróneas que estaba recibiendo tratamiento de quimioterapia. Quizá ese dato fue el que encendió la chispa para ponerme en serio a buscarle. La intención de mi búsqueda no era otra que decirle algo que llevaba ya tiempo queriendo comunicarle y que con el paso de los años ha ido tomando forma gracias a la experiencia cristiana: quería que escuchase de mis labios que todo el mal que hizo durante mi infancia no se lo tenía en cuenta, que le perdonaba. ¿Por qué podía hacerlo? Creo que sólo quien ha experimentado la Misericordia y se ha dejado abrazar por ella puede dar ese paso; por eso comprendo que otros ni puedan ni quieran darlo. Hace dos semanas fui al hospital y comprobé que el miércoles 13 de febrero a las 12.15 tenía la cita. Subí a la segunda planta tranquilo. Pero cuando eché un primer vistazo a los asientos en donde esperaban los pacientes, me di la vuelta. Lo había visto después de tanto años... profundamente desmejorado, mucho más delgado, con la cabeza agachada, sin un buen color de piel. Enseguida retorné: era la oportunidad de hacer lo que lleva tiempo queriendo hacer. Me senté a su lado. «Hola papá». Respuesta sin levantar la mirada: «¿Qué tal?». Me dice que acude ese día a revisión. Tienen que transfundirle sangre. Está viviendo en un Centro de Acogida para personas sin Hogar de la Comunidad de Madrid en Vicálvaro. Está esperando los últimos trámites para obtener la invalidez permanente y poder cobrar una pensión. «Acompáñame un momento ahí afuera –le digo–. Hace tiempo que te busco. Necesito decirte algo. Quiero que sepas que no tengo en cuenta el pasado, que lo que has hecho, para mí no cuenta: te perdono». «No, no. Las cosas han sido así y ya está...» (imaginad, si hasta nosotros –al menos yo– nos rebelamos cuando somos abrazados a pesar del mal cometido, qué duro sería para él dejarse abrazar...). «Papá, hay una herida abierta...». No contesta, pero asiente con la cabeza. Justo después de ese momento, de una manera discreta, pero evidente, percibo un cambio en él. Hasta ese instante se había mostrado con una absoluta frialdad y distancia. Entonces empieza a preguntarme por mis hijos, me muestra los papeles de la última vez que estuvo en urgencias. Me sugiere que vaya al hematólogo (yo también sangro bastante por la nariz, como él) porque se trata de un síndrome hereditario. Tengo que volver al trabajo. Me da el teléfono del centro en el que está. Se acerca y nos despedimos. Sé que es un comienzo –ya me he acercado a verlo en otra ocasión más–, pero he dado el paso más importante. Estoy agradecido. No podría haber hecho esto si no conociese el cristianismo y la Iglesia, que me ha abrazado, que me perdona continuamente y que me hace experimentar el bien más conmovedor: la Misericordia.
Roberto

El valor de un gesto gratuito
Querido Julián: Hoy en Oaxaca hicimos la recolecta AVSI para las obras en México. Quería alcanzar a la mayoría de la gente, así que me puse en un punto estratégico del estacionamiento de la plaza comercial, donde se tenían que parar los carros a causa de un tope, y a todos les decía que damos de comer a más de 200 niños en la Colonia Monte Albán. ¡Me sorprendí conmovida mientras lo decía! Trabajo como voluntaria AVSI justamente en DIJO, una obra en Oaxaca, y mientras comentaba a gente desconocida mi trabajo de manera muy sencilla, me asombraba descubriendo la grandeza de lo que hacemos ¡mucho más que cuando lo hago! Lo estaba descubriendo precisamente haciendo un gesto gratuito en un sábado por la tarde. Mientras tendía las manos con mi bote hacia la gente, descubrí muchas cosas: primero, la importancia de la caritativa para educarnos al verdadero trabajo que es el don de sí mismo; luego, cómo me corresponde verdaderamente el donarme al otro, jugando la cara, ¡por un pesos! Me descubrí contenta y mirando el asombro de la gente, que al verme tan contenta me daba una moneda. Me descubrí mirando a la cara a las personas, fijándome en las familias, en la tristeza que muchos llevan en sus miradas, en el asombro de los niños a los que le dábamos unos regalitos… a mi inmensa responsabilidad de vivir plenamente la vida con Cristo, el único que nos hace estar contentos. Esta ternura, y al mismo tiempo certeza, es Su presencia en mi, es Él mismo que actúa. Poco antes tenía unas preocupaciones irresueltas que me daban dolor, pero Su presencia acontece en mí llenando mi corazón de contento cuando me doy, cuando no me quedo dándole vueltas a la vida sino que me entrego totalmente. Esta recolecta me ha hecho descubrir cuál es el verdadero trabajo de la vida: el don de mí misma. Así que la realidad me pertenece totalmente, sin temer perder nada ni a nadie.
Manuela, Oaxaca (México)

Carisma y encuentros
Los días miércoles 20 y jueves 21 de febrero fui invitado en calidad de Director de Relaciones Públicas de la Facultad de Teología del Uruguay, junto con el profesor de la cátedra de Filosofía Licenciado Néstor Martínez, a la Radio Oriental (Radio Católica) a hablar sobre nuestra Facultad e invitar a los cursos que comienzan en marzo. El programa “Mar Adentro” lo conducen el Presbítero Néstor Falco, Vicario Episcopal para las Comunicaciones y el amigo Federico Ferreira, perteneciente al movimiento de Schöenstat. El programa comenzó con una reflexión sobre la fe y la teología: «¿Sirve para algo la teología en nuestra sociedad?», «¿En qué sentido es razonable la fe?». Mi respuesta comenzó así: «Como dice mi padre espiritual don Luigi Giussani...» y a partir de allí comencé un itinerario sobre El Sentido Religioso. Además, llamó mucha gente al programa y salió algo muy lindo. Al día siguiente, viernes 22, fui invitado nuevamente a uno de los programas más escuchados de la radio para hablar sobre la vida de don Gius y Comunión y Liberación, y para invitar a la Misa que celebrabamos en su memoria. Días atrás, junto con mi esposa Gabriela, dimos una charla en nuestra parroquia en un retiro para novios, como hacemos desde hace muchos años. A instancias del formidable artículo de nuestro querido P. Julián Carrón, “Un hecho extraño” –publicado en el diario El Mundo y reproducido en Huellas de enero 2008–, nos pareció adecuado centrar la reflexión en el mencionado escrito. Realmente fue una gran experiencia por las cosas muy interesantes que salieron a relucir desde la brillante claridad del artículo. Por supuesto todos salieron con la fotocopia del artículo una vez terminado el retiro. El P. Néstor Falco, mencionado anteriormente, también me contó que, acompañando a un amigo suyo a cierto lugar, tuvo que esperarlo un rato sentado en el auto; al ver en su valija la revista Huellas la tomó y la abrió justo en el artículo de Julián con el cual quedó fascinado, tan es así que lo comentó con su amigo cuando éste volvió y juntos acudieron a una reunión festiva donde se continuó la reflexión junto con los presentes. En fin, cosas lindas que es bueno comentar porque a través de la Providencia uno va encontrando “amigos” para continuar esta Compañía que nos define como hermanos en Cristo y testigos fieles del carisma que el Espíritu Santo nos regaló en la persona de don Giussani.
Santiago, Montevideo (Uruguay)

Un grandísimo don
Mi mujer y yo tenemos dos hijas adoptadas y estábamos en lista de espera para una tercera adopción. Recientemente nos llamaron para proponernos la adopción de un bebé de dos meses. A pesar de que sabíamos que antes o después nos iban a llamar, cuando llegó el momento de la verdad la decisión no dejó de producirnos vértigo. En este caso además, dado que era un bebé, si aceptábamos debíamos ir a por él en apenas cuatro días, sin los periodos de adaptación típicos. Aceptamos, y aquellos cuatro días de espera se convirtieron en nuestro particular embarazo. Inmediatamente se lo contamos a nuestros amigos. A nuestras hijas las habíamos adoptado ya mayores así que no teníamos ninguna experiencia con bebés. Todos se volcaron. El que no te dejaba un carrito te pasaba ropa, etc. Pero lo que realmente me conmovía era ver en ellos el mismo vértigo, la misma expectación que sentíamos nosotros. Todos participaban de alguna manera en la adopción. No podía evitar acordarme de la descripción de los primeros cristianos que se hace en la carta a Diogneto y que leíamos en Escuela de comunidad por aquellas fechas. En cuanto a mí, creo que en pocas ocasiones me he sentido tan libre frente a algo importante. Me sentía tan desbordado y a la vez tan seguro de que estábamos participando en el plan de Dios que resultaba fácil abandonarse a Su iniciativa. Algunos amigos nos dicen que este niño es un grandísimo don, no sólo para nosotros sino también para toda la comunidad. Aunque esto último no me lo había planteado, tienen razón. Dios se hace cercano, nos muestra su predilección misteriosa y nos desvela la promesa del ciento por uno aquí, y eso ha sido evidente para todos con la llegada de Nacho.
Alejandro, Valencia (España)

Mi encuentro en La Muela
Mi verdadero “encuentro” ha sido con Almudena y Jesús, con Paco, con Manolo, con Paolo, con Jesús Sanz. Encuentro con personas concretas que me han abierto su casa. Puede que haya otros movimientos de Iglesia más numerosos en Zaragoza, pero han sido estos y no otros los que me han recibido en su casa. Como dice el evangelio de Lucas, «Permaneced en la misma casa, comed y bebed lo que tengan. No vayáis de casa en casa». En mi búsqueda espiritual Dios me ha llevado a este encuentro. No estaría bien despreciar lo que me ofrece aplicando los criterios tan poco cristianos del número de miembros o la espectacularidad de sus acciones. A mí me han recibido en esta casita, en esta ciudad de CL que es la casa de Jesús y Almudena en La Muela (¡ni siquiera está en Zaragoza ciudad!) pero, como continúa Lucas, «En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan» y ahí sí que no tengo quejas, no os imagináis qué cenas tan buenas nos pone Almudena. Pero con “lo que os pongan” no se refiere Lucas tan sólo a las cenas: hay un alimento espiritual concreto que en CL es la Escuela de comunidad, y en la Casa de La Muela esta cena espiritual se concreta más aún por el modo de presentarla que tiene Jesús y la forma de vivirla y gustarla y compartirla que tienen mis nuevos compañeros. Esos con los que la voluntad de Dios me ha unido en un “encuentro” singular y que yo valoro por encima de cualquier otra consideración al hacer el balance de estos meses.
Santiago, Zaragoza (España)

Volvió la mesa en los hogares
Durante la Asamblea de Responsables de América Latina en Atibaia, ciudad cercana a San Paulo, conversando con Ramón Pons le comenté que integraba en el secretariado de Pastoral Social de la Arquidiócesis de La Plata y las actividades que en ella realizamos. Le dije que que lo que más me había impactado era una obra que nació por la iniciativa de algunos miembros de la pastoral y la cual hoy tenía vida propia. Su nombre es “Manos Unidas” y adaptó, a las necesidades y características locales, lo que se conoce como Banco de los Pobres: entregarles a familias muy humildes pequeñas sumas de dinero, para realizar algún tipo de emprendimiento, cuya factibilidad haya sido aprobada. La beneficiaria se compromete a devolverla en cuotas semanales este préstamo, el cual está dedicado, casi exclusivamente a mujeres que desde su hogar puedan emprender alguna actividad. Le enfatizaba a Ramón que lo más significativo de esto fue el cambio experimentado por los beneficiarios, al descubrir, en su quehacer cotidiano, la dignidad que el trabajo otorga y el verse tratados como personas ; «Sabes, Ramón, lo que más me impactó fue la aparición de las mesas en los hogares. Luego de la crisis del 2001, muchas familias pasaron a la extrema pobreza, hasta tal punto que debieron recurrir a comedores, organizados por instituciones de bien público, unos, y por el Estado, otros. Mientras los niños lo hacían en el comedor escolar, los padres recurrían a otro en su barrio, esto llevó que en muchos hogares fuera desapareciendo la mesa. Fue así como comprendí el significado religioso y cultural que tiene para nosotros, une la familia, en ella comparten el pan, también agradecen y junto a ella se comparten las venturas y desventuras diarias. Cuando el emprendimiento encarado comenzó a dar sus pequeños frutos, la familia apoyo a la señora en su trabajo y consecuentemente apareció la mesa como signo de unión familiar, alrededor de ella se retomó la tradicional ceremonia, agregándosele ahora, la función de mesa de trabajo».
Jorge, La Plata (Argentina)

Métodos de estudio y de vida
El seminario de la Arquidiócesis de Santa Fe nos invitó en el período de formación estival, del 4 al 8 de febrero del 2008, para que impartiéramos un curso sobre “Método de estudio” a los seminaristas de los primeros años de formación. El lugar fue una casa de vacaciones perteneciente al seminario en un lugar muy hermoso y agreste ubicado en un Valle de Santa Rosa de Calamuchita, ciudad de Córdoba. Fuimos seis docentes que pertenecemos a Universitas Argentina. Empezaron el trabajo los profesores Oscar, Patricia y Gracia, muy sorprendidos por la seriedad y el diálogo que se iba suscitando. El curso se impartía por la mañana de 9 a 12:20 h. y a lo largo del día compartíamos con los seminaristas y los formadores la vida en común: las oraciones, la misa, las comidas. Alejandra, con su hijo de dos años, Ignacio, Mirian y yo, llegamos el tercer día. Comenzamos nuestro encuentro con una invitación a que eligieran un lugar del predio de 400 hectáreas y apuntaran sus preguntas sobre lo que observaban. En la clase siguiente, retomamos el trabajo realizado por los alumnos y, contando la obra de Rosario Mazzeo, “Enseñar un método de estudio” que sigue los pasos de El riesgo educativo de don Giussani, le hicimos escuchar el Concierto para violín y orquesta de Beethoven. Nos sorprendió que las preguntas que hicieron eran similares a las de otras personas de distintos lugares y edades. Esto nos dio la oportunidad de señalar las páginas de El sentido religioso donde se habla del “corazón” y la “experiencia elemental”. Uno de los seminaristas nos llenó de asombro con sus comentarios. Mirian y yo mostramos en el desarrollo de nuestras clases, a través de autores argentinos y libros de literatura clásica, cómo se evidencia el deseo de felicidad que nos constituye y el intento del hombre por responderlo. Otro tema abordado fue “la motivación” y el valor del estudio. Con el objeto de ayudarles le relatamos el episodio que cuenta don Giussani: «Cuando estaba en primero de bachillerato, en octubre del primer año, lloraba todas las noches antes de dormirme, porque no sería jamás como Beethoven, no sería jamás como Miguel Ángel ni como Dostoievski, y meaplaqué cuando una vez, mientras estudiaba en la última hora antes de la cena, de repente me vino a la mente que hacer bien mi deber en aquella hora de estudio, era más grande que la más bella página de Dostoievski, la escultura de Miguel Ángel o las melodías de Beethoven». Varios alumnos mostraron una gran sorpresa acerca de una concepción d el estudio y el conocimiento como relación con el Misterio. Uno de los chicos nos preguntó si la noción de “voluntad” en Santo Tomás corresponde a lo que decimos cuando hablamos de conocimiento afectivo. Le propusimos comentarlo juntos en el recreo y nos reunimos unos diez profesores y alumnos. En el marco del cierre del curso tomamos fragmentos del discurso de Benedicto XVI en La Sapienza para mostrar cómo argumenta el Papa y cómo estructura su forma de comunicar en un diálogo, a través de preguntas a la realidad. Luego le pasamos un video de fragmentos de películas titulado “Razón y misterio en el cine contemporáneo”. Al final de la proyección abrimos el diálogo expresando nuestra gratitud por el don de estar ahí. Uno de los formadores, padre Diego, comentó que él pensaba que iba a ser un curso sobre técnicas de estudio y terminó siendo para la vida. Por las noches (y esto ya no estaba programado en el curso, fue sucediendo en la relación) proyectamos algunos videos que nos habían facilitado nuestros amigos españoles: “En búsqueda del Padre”, “¿Dónde está el amigo que busco?. Fue otra ocasión de encuentro con ellos. Naturalmente, no podías faltar los frizzi que surgieron espontáneos en la fiesta final.
Alicia, Santa Fe (Argentina)

Su presencia es lo que llamamos felicidad
Publicamos la correspondencia entre Nacho, un amigo de Sevilla, y Rafa Almarcha, cantante y compositor del grupo de flamenco Siempre Así, a propósito de una misa cantada en la catedral de Sevilla.

Hola Rafa: Te reitero la felicitación que te di el domingo a la salida, supongo que una más entre una multitud. Creo que la inteligencia se quedaría a medio camino si, tras esta experiencia tan especial para vosotros, no reconociera la Presencia de Cristo, no se asombrara, no llegara a preguntarse: ¿quién eres tú Señor que me haces vivir estos instantes tan maravillosos? Sin reconocer que son don, regalo suyo para enriquecer vuestra vida, sin decir: «Eres tú, Jesús que me sales al encuentro de un modo que no tenía previsto», creo que os perdéis lo mejor. El cardenal repitió varias veces el comienzo de un himno de la Iglesia: Cristo alegría del mundo. Quien ha probado la plenitud de vida que Él da, sabe de lo que hablo. Es una experiencia de otro orden, excepcional, no es fruto de nuestro talento. Por otro lado, yo, que llevo toda mi vida relacionado con las corrientes que buscan nuevos mensajes –eché ahí los dientes– y hace 14 años me propuse verificar por mí mismo si la pretensión de la Iglesia era verdadera, he experimentado que la misión de ésta no es darnos mensajes, sino una vida, la de Cristo que continúa presente en la historia. El encuentro con Él sigue llenándonos de una alegría que no es de este mundo: pero, ¡vaya que si la experimentamos aquí! Es la promesa del ciento por uno cumplida, como dijo Ratzinger en su primera homilía como Papa: «Cristo lo da todo, no quita nada». Es la pecadora Iglesia la que permite que Cristo sea familiar, tangible y no un fantasma. En estos años he sido testigo de tanta belleza, de tanta belleza nueva como Él realiza en los que, como dice la regla de los benedictinos, no anteponen nada a su amor. Un abrazo,
Nacho

Querido Nacho: Muchas gracias por tu felicitación... Fue un día que jamás olvidaré y se agolparon tantos sentimientos de una vez que es difícil asimilarlos todavía. Yo, no se si lo sabes, viví con mi abuela Isabel desde los 5 años hasta que murió un par de años antes de casarme. Mi abuela era la persona con más fe que he conocido, y hasta el fin de sus días se dejó la vida intentando que nos llenáramos de Jesús, mi madre y mis tíos primero, y después me tocó a mí. Misa diaria, rosario diario, oración y más oración... Ella pertenecía a los neocatecumenales en la parroquia de Los Remedios, y siempre me “invitaba” a acompañarla a la Comunidad. Y yo, que por aquel tiempo era un adolescente cuyo salto de generación con mi abuela era abismal, con lo cual, aunque la adoraba como podía adorar a mi madre y la respetaba profundamente, digamos que me tenía un poco saturado de todas sus movidas religiosas. Te cuento esto porque “La Misa de la Alegría” si hay algo que me ha hecho ver con claridad, es lo que tú planteas en tu carta... Todas las cosas en la vida tienen un por qué y forman parte de un puzzle en el que las piezas van encajando como por arte de magia. Y en este caso, como bien dices, es de tonto no reconocer que la magia no es otra que la presencia de Jesús en todo lo que nos está ocurriendo. Intentaré resumirte algunos detalles:
1. Yo siempre había tenido la ilusión por hacer una misa cantada que hablara en clave de la época que me ha tocado vivir, piensa que yo empecé en un coro rociero. Pero ¿Cómo iba yo a plantearle a una compañía, en los tiempos que corren, grabar una misa?
Pues bien, en plena crisis discográfica, en la que artistas de primera fila están con la carta de liberad en sus manos, me llegó la Warner (El Real Madrid de las discográficas) a proponerme algo tan impensable y peculiar como hacer una Misa. Y para ello tenía el presupuesto más alto que he tenido en mis manos nunca.
2. Manos a la obra, me pongo a componer papel en blanco delante. Yo me llevo años con canciones inacabadas... Vuelve la magia, empiezo por el credo.... En unas horas está acabado... Y así todas las demás. En apenas dos semanas había compuesto el disco.
3. Pensamos en Senegal para grabar las voces y los instrumentos africanos. Pero en Senegal no conocemos a nadie, sólo a Sidy Samb, músico senegalés afincado en Sevilla pero que no sabe nada de coros en Senegal. Justo al lado del estudio de Madrid había un restaurante de comida senegalesa. Le preguntamos, medio en broma, a la dueña si tenía algún contacto en Dakar que nos pudiera ayudar. Kumba, así se llamaba la muchacha, nos dijo que era hija de Falou Wade, el director de la Orquesta filarmónica de Dakar.
Como puedes imaginar Falou fue clave en la grabación de este disco.
4. Otra bonita anécdota fue cuando me encontré con un buen amigo que me preguntó sobre lo que estaba haciendo en esos momentos... Le contesté: Estoy grabando un nuevo disco que se llamará La misa de la alegría. La semana que viene me voy a Senegal. Él estaba con un compañero de trabajo que, de inmediato, me preguntó: ¿A Senegal? Llama a mi tía que está allí de misionera. Yo, como puedes imaginar le dije que sí, que la llamaría pero la verdad es que no tomé ni su número de teléfono. Cuando llegué a casa tenía un correo del chaval diciéndome que ya había hablado con ella y que estaba loca de contenta de saber que iba para allá el de Siempre Así... (a Senegal no es que vayan muchos cantantes españoles que digamos). Así que la llamé y le dije: Esperanza, –así se llamaba la monja–, soy Rafa Almarcha. ¿Cuándo vas a venir? Me preguntó ella. Pues mira, le dije, el jueves y viernes no puedo porque tengo todos los músicos y coros en el estudio y el domingo me vuelvo a España. El único día que puedo es el sábado. Entonces, me dijo: El sábado, Rafa, es el día más importante de mi vida. Llevo 27 años en Senegal y es precisamente ese día cuando pronunciaran sus votos las dos primeras monjas nativas de mi congregación. Te podría contar un montón de testimonios parecidos a estos que, algún día, me tengo que poner a escribirlos para que no se pierdan en la memoria, porque en el corazón si que están bien guardados. Hoy, tengo claro que Jesús está en todo y en todos. También comparto contigo que la alegría de la vida es el Amor de Jesús, el amor sin condiciones. Que su presencia es lo que llamamos felicidad.
Rafa

Rvdo. Padre Julián Carrón
Estimado amigo: en su persona abrazo el recuerdo invicto, siempre vivo de nuestro Padre Giussani. En su persona abrazo también a todos los miembros de la Fraternidad de Comunión y Liberación, a cada amigo del Movimiento, a cada uno de los que desde el ángulo de la vida que nos toque ocupar intentamos ser prolongación de la historia que Cristo nos llama a vivir. Ojalá llegue oportunamente mi mensaje a vuestra Asamblea en la que procuro ser aliento para vuestros gestos. Mi familia ora por ustedes allá reunidos, ora por este pueblo que somos y el pueblo que amamos.
Llegue a vosotros mi saludo, llegue a ustedes este abrazo de febrero más nuestro que nunca, más significativo que nunca. Que vuestro trabajo sea siempre marcado por vuestra unidad y por la humildad de afirmar lo que se siente urgente en el corazón del hombre. Unidad y humildad para afirmar la grandeza de lo que hemos encontrado y heredado a través de nuestro Padre Giussani.
Los abrazo una vez más como queriendo que la juventud de mis canas se torne canto con ustedes, alegría e impulso para ser capaces de vivir, hasta el último aliento y más allá aun, la revolución que Cristo ha provocado en cada uno de nosotros. Padre Carrón, con humildad y unido a ustedes, suyo como el más pequeño de todos, lo abrazo y en mi abrazo el de mi señora esposa y el afecto de toda mi familia.
Juvenal Ñique Ríos

El padre Dario Maggi, ha sido recientemente nombrado obispo de Guayaquil (Ecuador). Le felicitamos de corazón y pedimos por su ministerio.
El 19 de febrero, Benedicto XVI ha nombrado obispo auxiliar, para la arquidiócesis de Guayaquil, al padre Valter Dario Maggi.
El padre Maggi, nació en Brignano Gera d’Adda, diócesis de Cremona (Italia), el 12 de agosto de 1956. Recibió la ordenación sacerdotal el 15 de junio de 1985. En 1989 obtuvo la licenciatura en Teología del Matrimonio y de la Familia. En 1992 llegó a la arquidiócesis de Portoviejo como sacerdote fidei donum (don de la fe), a cuyo servicio permanece hasta ahora como párroco de la Parroquia Espíritu Santo y Vicario de Educación. Es, además, secretario ejecutivo de la Comisión de Educación de la Conferencia Episcopal de Ecuador.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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