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Huellas N.4, Abril 2008

CL

Huellas en clase

a cargo de los estudiantes de CL

ESPAÑA / Chueca
Ejercicios de Pascua
Al mirarlos, yo descubro...


Hay una estrofa de una canción que hemos cantado durante los Ejercicios de los bachilleres en la que me he sentido muy identificada: «Tú me miras, oh Señor, en los rostros que me aman, y al mirarlos yo descubro que es de Ti de quien me hablan». Es exactamente lo que me ha pasado, y resume lo que es un encuentro. En mi caso fue mi madre la que percibió en mí, a la vuelta, esta simpatía, ternura y abrazo de Cristo. Como bien dijo Pancho, somos espectadores de lo que Dios está haciendo, somos testigos del amor de Cristo. Soy incapaz de acallar lo que me ha sucedido porque es lo que me sacia el corazón. Soy un testigo de Cristo.
(Virginia)


EEUU / Boston
Vacaciones
Conocer a Agustín en Pensylvania


En el mes de febrero un centenar de jóvenes de toda la Costa Este nos reunimos unos días en Pensylvania. Entre los actos propuestos, el que más nos provocó fue la presentación de Luca Grillo y Carolina Brito sobre la historia personal de san Agustín que, ante todo, fue un joven como nosotros. Agustín deseaba amar y ser amado, buscaba una respuesta a sus exigencias: amor, amigos, estudio. Se convirtió al catolicismo a los treinta años, tras haber conocido a san Ambrosio. Agustín se da cuenta de que Ambrosio le propone algo que responde a sus deseos de verdad y amor. Aunque fuera maestro de retórica y un insigne profesor, intuía (como escribe en sus Confesiones) que todo su saber era vanidad. Le faltaba algo que diera sentido a su humanidad. Del mismo modo, sucede hoy: sentimos la urgencia de que algo nos corresponda. La grandeza de Agustín está en haber seguido la propuesta de Ambrosio. A partir de estas vacaciones sentimos la necesidad de seguir aquellos rostros que son un testimonio para nosotros; de este impulso, ha nacido la idea de leer juntos las Confesiones para poder comparar nuestra experiencia con la de Agustín.
(Esther, Sofia y Bobbie, New York; Andrea y John)


ITALIA / Udine
Rezar Laudes en el instituto
Vernos cada mañana


Este año, desde el primer día de curso, quedamos para rezar Laudes en el claustro de la iglesia que está al lado de nuestro instituto. Somos muchos más que el año pasado. Han comenzado a venir dos chicas a las que hemos conocido de un modo totalmente inesperado. Les llamó tanto la atención ver cómo estábamos juntos que se apuntaron al Triduo de Pascua en Rimini, fiándose totalmente de nuestra propuesta. Es increíble cómo un gesto tan sencillo, a veces descuidado, pueda atraer a tantas personas por ser una ayuda para afrontar el día. Después de algunas semanas de clase, otras dos compañeras de curso se enteraron por casualidad de nuestra cita por las mañanas. Aunque no sabían que eran los Laudes, se presentaron allí, en el claustro, a las ocho menos cuarto. Y a la mañana siguiente volvieron. Desde aquel día, si el autobús llega tarde, me escriben un mensaje y me dicen que han conseguido rezar un Ave María y que para ellas, se ha convertido en algo fundamental. Así cada día me sorprendo y doy gracias cuando veo a mis amigos llegar para rezar Laudes: ¡mientras rezo, ahora no puedo no estar atenta a las palabras que pronuncio! ¡Empezar el día así, juntas, unidas por Alguien al que todas invocamos, ha hecho nacer relaciones sorprendentes, de verdadera amistad!
(Ana)


PELÍCULA
No es país para viejos


La última película de los hermanos Coen nos sorprende desde el inicio por la crudeza con la que los directores presentan al personaje del asesino psicópata que infecta, con su presencia espectral, toda la película. Este hombre loco e inhumano y sin ningún tipo de sentimientos, asesina a todos los que pretenden obstaculizar sus planes. Llama la atención que el verdadero protagonista no sea tanto Llewelyn Moss, cowboy de Texas perseguido durante toda la película por el loco asesino, como el sheriff del pueblo, que observa desde su casa cómo se desarrolla la trama. Se perfila en este mundo un cuadro bastante realista y dramático de la situación de Texas durante los años 80, asediado por una oleada de violencia. Ante este drama, al sheriff se le ofrecen dos oportunidades: retirarse jubilado y resignarse o combatir por la paz y los valores tan queridos por él. Parece que los directores no dan una orientación clara al respecto; haciendo pasar los hechos con gran desenvoltura ante los ojos de los espectadores, nos dejan la oportunidad de elegir, incluso en la vida cotidiana (América –igual que Europa- corre el riesgo de salir malparada del choque con las nuevas oleadas de inmigrantes) si afrontar el problema o escondernos. El drama asume de este modo el peso existencial y universal de la permanente conflictividad entre la realidad y lo que nuestras exigencias nos sugieren, y la elección más fácil de la comodidad.
(Marco, Milán)

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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