Un análisis provocador y sugerente consciente de las coordinadas históricas que nos tocan vivir. Más aún, un testimonio de fe y del amor a Cristo en el culmen de una vida
Entre los organizadores del EncuentroMadrid existía un gran deseo de escuchar el análisis, y más aún el testimonio de Fernando Sebastián. Su trayectoria es la de uno de los principales protagonistas del camino de la Iglesia en España en los últimos treinta años. Claretiano, Rector de la Pontificia de Salamanca y joven obispo de León, fue uno de los artífices de la primera aplicación del Concilio y uno de los pilotos de la nave en la difícil singladura de la Transición.
Un eficaz pedagogo de la fe
Como Secretario General de la CEE, le tocó lidiar con el primer gobierno de Felipe González, y la más grata tarea de organizar la primera visita de Juan Pablo II a España. Tras su rápido paso por las sedes andaluzas de Granada y Málaga, el Papa le nombró Arzobispo de Pamplona, sede en la que ha desplegado su ministerio más fecundo. Su reflexión sobre los orígenes y consecuencias del terrorismo ha permitido a los obispos españoles clarificar definitivamente la naturaleza de esta lacra, y afrontar con mayor inteligencia y decisión el desafío que supone para la misión de la Iglesia. Pero sobre todo, Sebastián ha sido un eficaz pedagogo de la fe, un hombre dispuesto a fajarse en los debates más urgentes de la sociedad, un cristiano libre que no se ha dejado atrapar por falsas dialécticas ni ha buscado complacer a las plateas de uno u otro signo.
Las coordenadas históricas
El coloquio que le habíamos planteado a monseñor Sebastián pretendía profundizar sobre la tarea de los católicos en el actual momento de España, con el telón de fondo de las recientes elecciones generales del 9-M, pero también de las últimas intervenciones del Papa. En su primera respuesta, dejó claro que los católicos españoles no deben conceder espacio al desasosiego tras el 9-M. «Nosotros no somos la oposición, somos la Iglesia de Jesús, y nuestra tarea consiste en testimoniar la salvación de Cristo y acercar a los hombres su mensaje». Eso no significa dejar de ser conscientes de las coordenadas históricas que nos tocan vivir. Por ejemplo, advirtió que el PSOE está llevando a cabo una auténtica revolución cultural, y subrayó la necesidad de que los católicos se constituyan como interlocutores culturales serios de esa corriente. «Tenemos más cultura, más tradición, y el mejor mensaje», y con ese bagaje tenemos que ser capaces de dialogar críticamente con todos, pero para eso hace falta que seamos serios, que hagamos un verdadero trabajo de reflexión y el esfuerzo de proponerlo al aire libre.
Una egolatría que devora
Al ser preguntado sobre el lema del EM08, “La verdad es el alimento de la vida”, monseñor Sebastián afirmó que «la verdad es la realidad en su significado», y explicó la dificultad que experimenta el hombre contemporáneo para acercarse a todo lo que le rodea. Este tipo humano se acerca a la realidad con puro pragmatismo, no con curiosidad y amor. Al no reconocer en las cosas un don que procede de Dios, no puede admirarse, no puede adherirse a ellas y reconocer la verdad a la que remiten. Lo más grave de nuestra cultura, afirmó, es que «al rechazar la grandeza de Dios, el hombre ha caído en una egolatría que devora su propia grandeza, que reduce la vida y el mundo a pura mecánica».
Salir al encuentro
En cuanto a la disposición de ánimo de los católicos para la misión, sostuvo la necesidad de no dar por supuesta la fe, como si fuera un dato sociológico e histórico inamovible. Con un juicio provocador y paradójico, sostuvo que «España ha sido en su historia más católica que los españoles». Hoy lo normal, continuó, es que la gente viva alejada de Dios y de su Iglesia, y no deberíamos asombrarnos ni enfadarnos por este hecho, sino salir a su encuentro con el anuncio salvador de Cristo, sin regañinas, mostrándoles la belleza y la verdad del cristianismo vivido en nuestras comunidades. Don Fernando reconoció que ésta no es, frecuentemente, la sensibilidad que guía a nuestras comunidades, demasiado encerradas sobre sí mismas.
Personalizar la fe
Por eso es imprescindible personalizar la fe, recorrer un verdadero itinerario educativo que parta de la necesidad del hombre y que lleve a reconocer a Cristo como la respuesta: «Yo creo que lo de Jesús no es una mera religión, es un renacimiento una recreación de la persona entera, una manera nueva de ver la realidad y de situarte en ella». De la fe así vivida, surgirá también una propuesta moral, una nueva forma de actuar en la sociedad que es más humana y que hace a los hombres más felices.
Tras visitar la exposición y los diversos stand del EM08, monseñor Sebastián nos dejó este mensaje: «No os canséis de trabajar así, hay que abrir espacios de comunión, de comunicación, de verdad y de gracia; haced un esfuerzo para abrir vuestras actividades a gente nueva, gente herida, gente necesitada».
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