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Huellas N.4, Abril 2008

PRIMER PLANO - El Papa en la ONU

«Construir carreteras es fácil; lo difícil es hacer compañía»

Riccardo Piol

Alberto Piatti, AVSI

Dice que «construir una carretera en África o en América Latina es fácil; lo difícil es hacer compañía a las personas». Sería difícil creer en estas palabras, cuando se sabe que no sólo se trata de carreteras, sino de escuelas y hasta de barrios enteros. Y por otra parte, decir que «es más fácil levantar paredes que sostener el corazón del hombre» parece más un slogan para causar efecto que una frase adecuada para una reunión con una agencia de la ONU o una mesa de trabajo con un gobierno africano. Y sin embargo Alberto Piatti, Secretario general de AVSI, para responder a la pregunta sobre la contribución que las organizaciones no gubernamentales (ONG) de inspiración católica pueden dar en los organismos internacionales, no parte de los proyectos realizados en el mundo –que son muchos– o de los reconocimientos obtenidos por las agencias mundiales como el Alto comisariato para los refugiados de la ONU, UNICEF o muchas otras. Parte, sin embargo, del encuentro celebrado por Benedicto XVI en diciembre, en ocasión del Forum de las ONG de inspiración católica. Porque «el Papa ha subrayado una vez más, que en la acción concreta, en los proyectos de cooperación internacional, como en la presencia dentro de los organismos mundiales –la así llamada actividad de advocacy– no se puede llevar a cabo a partir de consecuencias éticas aunque estén lejanamente inspiradas en el cristianismo».

El Papa ha puesto en guardia a las ONG contra una actuación basada en una «lógica relativista»…
Nos ha dicho: «Os aliento a oponer al relativismo la gran creatividad de la verdad acerca de la innata dignidad del hombre y de los derechos que de ella se derivan». Fundamentalmente, en la acción sobre el terreno, existe siempre el riesgo de creer que para responder a las necesidades de la gente es suficiente con crear buenas estructuras y una buena profesionalidad, lo que, a fin de cuentas, no es más que levantar edificios.

Pero entonces, ¿de qué se trata?
Por el contrario, como dice la Deus caritas est: la adecuada profesionalidad de por sí no es suficiente. Hay un fundamento de la acción profesional que está en el reconocimiento de lo que te une a la persona que tienes delante, de lo que responde a su necesidad igual que a la tuya.

¿Quiere decir que sin este reconocimiento no es posible esta «gran creatividad de la verdad» de la que habla el Papa?
Si fuera sólo un problema de profesionalidad, al final, tarde o temprano, reducirías todo a tu capacidad de respuesta. El Papa lo dice en la Spe Salvi cuando habla de «progreso acumulativo»: si fueran suficientes los conocimientos técnicos y las estructuras para responder a las necesidades bastaría con confiarse a los conocimientos acumulados…

…pero esto no basta porque las estructuras y la técnica no agotarán nunca la necesidad del hombre.
En el n. 24 de la Spe Salvi escribe el Papa: «Estas estructuras no sólo son importantes, sino necesarias; sin embargo, éstas no pueden y no deben dejar fuera la libertad del hombre». Este es el punto decisivo. Lo que lleva a alguien a construir por el bien del hombre, lo que hace posible una respuesta inteligente a las necesidades y mejora la técnica, tiene su origen siempre en el inicio siempre nuevo de la libertad de la persona. El Papa dice que «el tesoro moral de la humanidad no está presente como están presentes los instrumentos que se usan; éste existe como invitación a la libertad y como posibilidad para ésta».

Y esta “invitación a la libertad”, ¿cómo puede llegar a los organismos internacionales o a los proyectos de cooperación?
Afirmar la libertad del hombre significa una manera diferente de tratar las cosas. Es un método distinto que no deja indiferente a nadie: llega incluso al sistema con el que la ONU distribuye el dinero. Porque si en África los servicios sanitarios de base están garantizados en el 51% de los casos por dinero de los organismos sociales –las llaman Faith based organization– y no del Estado, no tiene sentido que la ONU tenga como único interlocutor a los gobiernos: es un estatalismo planetario. Y sin embargo la subsidiariedad, el crédito a la libertad del hombre, es una modalidad que tiene dignidad civil e internacional. Tanto es así que el director general de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan, está intentando justamente tener como interlocutoras a las Faith based organizations.

¿Quiere esto decir que sostener ciertos planteamientos, incluso dentro de los organismos internacionales, no es una lucha contra molinos de viento?
Ciertamente no es fácil, la mentalidad común va en otra dirección. Pero sólo si se tiene una identidad y un método claros se puede llegar a dialogar de verdad con los organismos internacionales. Y personas dispuestas a escucharse y a trabajar juntas existen. Yo espero que quien escuche al Papa en la ONU perciba la exaltación que él hace del ser humano, de su libertad y de su destino porque sólo así todas las expresiones que nacen de la dinámica del deseo del corazón del hombre pueden ser respetadas y sostenidas.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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