La ciudad de santa Faustina y san Juan Pablo II espera al Papa y a dos millones de jóvenes. SOR GAUDIA SKASS, religiosa de la generación Wojtyla, ofrece algunos consejos a los que vayan a visitar “la capital de la Misericordia”
Próxima parada: Cracovia. El largo tren de la Jornada Mundial de la Juventud atraviesa los años y las generaciones, y este verano se detendrá en la ciudad de san Juan Pablo II y santa Faustina Kowalska. Dos millones de jóvenes de todo el mundo se encontrarán con el Papa Francisco para el Jubileo en la que a los polacos les gusta llamar la “capital de la Misericordia”. El destino de esta ciudad está ligado indisolublemente a esta palabra. La mística primero y después su devoto convertido en santo dieron la vida para anunciar, precisamente, que el nombre que daban a Dios era “Misericordia”.
Sor Gaudia Skass es una joven religiosa que vive en el convento donde vivió Faustina y que será una de las etapas obligadas de los peregrinos de la JMJ. También ella, cuando era una joven que soñaba con encontrar un buen marido, fue a la Jornada mundial del Jubileo en el año 2000, en Roma. Cinco años después, pocos meses después de la muerte de Juan Pablo II, entró en el convento de Cracovia. Hoy se dedica a “promocionar” el mensaje de la Divina Misericordia. Escribe artículos, da conferencias, se encarga de las redes sociales del Santuario. Y se prepara para acoger, dentro de pocos días, a los jóvenes que acudan al encuentro con el Papa.
En su opinión, ¿por qué los jóvenes de hoy necesitan descubrir la Misericordia?
Una constante en nuestras vidas es que todos nos afanamos mucho, pero hemos perdido la razón por la que hacemos las cosas. A menudo nos encontramos deprimidos, buscamos una ayuda “externa”. Muchas veces, esto degenera en dependencias: comida, alcohol, sexo, juegos de azar, internet, droga. Para intentar ser libres, acabamos convertidos en esclavos. Pero lo extraordinario es que el Dios misericordioso también nos puede alcanzar dentro de estas dificultades. Dios nos ama, porque ama a los pecadores. Y quiere hacernos santos. Así será si le dejamos que nos ayude. Resumiendo: hay esperanza también para mí.
Muchos de los jóvenes que vendrán a Cracovia no conocen a santa Faustina y eran muy pequeños cuando murió san Juan Pablo II…
Sí, y es importante que hayan sido elegidos como patronos de la JMJ. Son dos figuras en las que cualquiera puede reconocerse. Santa Faustina muestra al mundo que todos pueden hacer cosas extraordinarias. Ella no tenía ninguna instrucción ni ningún talento, pero Dios la eligió para una misión que tenía como horizonte el mundo entero. Recibió cientos de revelaciones directamente de Jesús, que anotaba en cuadernos que guardaba bajo su almohada. No se publicaron hasta los años ochenta (murió en 1938, ndr.) y hoy son el libro polaco más traducido y leído en el mundo. Es una de las principales místicas del siglo XX pero, a diferencia de otros grandes místicos que escribieron cosas extraordinarias pero más difíciles de leer, su prosa es sencilla y directa, y cualquiera puede entenderla.
¿Por ejemplo?
Cuando sufre, ella dice: «Estoy en la cruz con Jesús». Una metáfora sencilla, que todos pueden entender. Pero, al mismo tiempo, muestra el significado más profundo del sufrimiento humano y la manera de afrontarlo: no como algo que destruye, sino que construye nuestra relación con Cristo.
Karol Wojtyla, en cambio, fue también un gran teólogo…
Sí, también el que estudia y tiene muchos talentos es amado por Dios (a veces lo olvidamos). Pero lo más interesante de estas dos figuras es otra cosa.
¿Cuál?
Su relación con la Misericordia no era externa. Ambos vivían la Misericordia. Ambos daban la impresión de estar llenos de amor. La gente que les rodeaba se sentía especial, como se siente uno en presencia de Dios.
¿Qué efecto causa escuchar el magisterio del Papa Francisco en el convento de la Divina Misericordia?
Ha sido una gran sorpresa observar su insistencia en la Misericordia: las homilías, las audiencias, los discursos… Hasta convocar el Jubileo extraordinario. No podíamos creer que el corazón de nuestra espiritualidad se hubiera convertido, de pronto, en el camino propuesto para toda la Iglesia.
¿Qué le llama la atención del enfoque del Papa sobre este tema?
Él subraya dos aspectos. El primero es la Misericordia en acción: ayudar a las personas que tienen necesidad. Nos pide darnos cuenta de la necesidad del otro, nos muestra cuánto nos necesitan los que nos rodean, nuestro tiempo, nuestro amor, nuestra ayuda material. El otro aspecto es la relación entre Misericordia y pecado. Francisco habla de Dios como de un «amor que perdona». Aunque nosotros nos cansemos de pedir su perdón, Él nunca se cansa. Es un gran mensaje de esperanza. Es una ayuda para mirar la realidad sin hacernos falsas ilusiones: somos pecadores. Francisco lo dice de sí mismo: «Soy un pecador». Verdaderamente, necesitamos su Misericordia.
La de Cracovia se ha presentado como la “JMJ de las redes sociales”. ¿Qué significa para usted trabajar con estas herramientas?
Es un desafío realmente interesante. Hemos llegado a gestionar tres páginas de Facebook, en polaco, español e inglés, y un canal de YouTube. Hemos tenido que renunciar a Snapchat por falta de fuerzas. Lo que está claro es que los jóvenes siempre están conectados a su smartphone. Nosotros queremos que sientan cerca a Dios. El Dios misericordioso es un Dios cercano, que pasa las jornadas con nosotros. Por eso intentamos usar estas herramientas para recordar a los jóvenes –allí donde están– que así es: Dios está con ellos dentro de las fatigas y alegrías de cada día, les sostiene y les ayuda. Está ahí, al borde del camino, animándoles.
¿Funciona?
Muchas personas entran en contacto con nosotros precisamente a través de estos canales. Algunos vienen a visitarnos, y ese es nuestro verdadero objetivo: llevar a la gente del espacio virtual al real. Empieza a ser así. Para muchos, este lugar se ha convertido en un lugar cercano a su corazón, gracias también a las redes sociales.
¿Qué consejo daría a los jóvenes que vengan a Polonia para la JMJ?
Antes de llegar, mirad bien el programa. Informaos sobre los lugares a los que iréis y leed algo antes sobre lo que vais a ver. Es una manera de aprovechar al máximo el poco tiempo que tendréis. El peligro es marcharse sin que haya sucedido nada. Y sobre todo, rezad. Rezad por la apertura de vuestros corazones. Dios será capaz de sorprenderos.
LAS ETAPAS
El Papa Francisco estará en Cracovia para la Jornada Mundial de la Juventud del 27 al 31 de julio. En esos días, visitará el Santuario de la Virgen de Czestochowa, Auschwitz-Birkenau, el Santuario de la Divina Misericordia y el hospital pediátrico universitario.
Consulta el programa completo en: www.krakow2016.com
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