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Huellas N.2, Febrero 2016

EDITORIAL

Es hoy. Para ti

¿Qué contribución pueden aportar hoy los cristianos en un mundo tan dolorido? La confusión y el sufrimiento están a la vista de todos. Y en la vida de todos, de muchas maneras. Cobra forma en los grandes escenarios internacionales: el terrorismo, la «guerra mundial combatida a trozos», las heridas en puntos tan sensibles y vitales para la sociedad como, por ejemplo, la familia. Y también en el peso que a menudo sentimos en nuestros quehaceres diarios. Casa, trabajo, estudio, a menudo nos resultan sofocantes.
Muchas veces pensamos que la realidad –sobre todo cuando es dura– no esté hecha para nosotros, no tenga dentro nada bueno para nosotros. Nuestro deseo de felicidad no se apaga, queda abierta la herida, hay un vacío que nos impulsa a buscar siempre algo distinto, porque el hombre –escribía Pavese– «busca algo infinito en cualquier placer finito». Pero no encontramos nada que llene verdaderamente ese vacío, hasta el fondo. Así acabamos sucumbiendo a la tentación de pensar que nuestro corazón esté destinado a la nada. A lo mejor, existe un punto de llegada, que diría Kafka, pero no un camino.

¿Cómo responde el cristianismo a esta nada? ¿De qué manera me ayuda? Porque lo que me ayuda a mí, puede ayudar a todo el mundo. Nada podemos ofrecer a nuestros hermanos los hombres, más que lo que responde al problema de nuestro “yo”. ¿Con un análisis más agudo? ¿Con algunas iniciativas más?
Este número de Huellas pretende ayudarnos a responder. Siguiendo el camino marcado por don Giussani, el fundador de CL, del que celebramos el aniversario de la muerte. En la revista encontraréis algún elemento para conocerlo más y conocer la realidad que de él nació. Por ejemplo, en el corazón de la Gran Manzana. En el DVD que regalamos con este número hay mucho más. Se titula Reconocer a Cristo y es una lección de 1994 durante una tanda de Ejercicios espirituales a los universitarios, en Rímini. Se trata de uno de los momentos más intensos de una vida completamente entregada para dar a conocer a miles de jóvenes que existe un camino y se puede recorrer: es el mismo Jesucristo, presente aquí y ahora, igual que hace dos mil años. «No fue ayer. Es hoy. Para ti, tengas la postura que tengas», dice en esa lección. No es una suma de ideas o un conjunto de preceptos. Es un rostro humano. Una presencia amable que suscita «una simpatía vertiginosa y carnal como la del niño pequeño con su madre». Está presente, se encuentra dentro de la realidad. Y actúa cambiando la vida de las personas que le siguen.

Cuando fijamos nuestra mirada en ese rostro humano, brota una vida nueva. Una vida que interpela, que provoca, que atrae. Que conmueve. Una vida que permite afrontar con paz cualquier circunstancia por dolorosa o dura que sea.
Lo atestiguan en estas páginas un capitán de la Marina Americana, una chica de Kampala, una amiga de Madrid. Lo atestigua en este vídeo la humanidad de un hombre que repite con san Pedro: «Señor, tú lo sabes todos, tú sabes que te quiero».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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