Cien años después de su nacimiento, también en Rímini se celebra al escritor que todos conocen como “papá” de Pepón y Don Camilo. Guareschi fue uno de los más grandes autores italianos del siglo XX
El 1 de mayo de 1908 nacía en Fontanelle di Roccabianca Giovannino Oliviero Giuseppe Guareschi. Cien años después de su nacimiento, el Meeting de Rímini lo recuerda con una exposición sobre el que fue uno de los grandes escritores cristianos de la Italia del siglo XX. «Un verdadero “protagonista”», precisa Alessandro Gnocchi, periodista, uno de los organizadores del evento. «Ya desde muy joven, cuando tenía unos veinte años, era conocido en los círculos intelectuales de la ciudad de Parma. Se dio a conocer también en Milán, hasta el punto de que Rizzoli quiso que contribuyera, con solo treinta años, en el semanario Bertoldo».
También fue protagonista durante la guerra. Hecho prisionero por los alemanes en septiembre de 1943, fue trasladado a Alemania. Algunos de sus compañeros de prisión recuerdan su gran esperanza: «Nos salvamos gracias a él». De este periodo es Diario clandestino, en el que Guareschi narra los dieciocho meses de campo de concentración en Polonia, con su lema: «No me muero aunque me maten». «Un libro sobre la esperanza», precisa Gnocchi. Porque la esperanza es uno de los grandes temas de Giovannino, como en Don Camilo: un mundo pequeño: «Las aventuras de don Camilo y Pepón... Pero el verdadero protagonista en Brescello es Jesús, ese Jesús colgado de la Cruz del que el sacerdote es solo un intermediario, un mediador entre Dios y el hombre. Un Jesús que observa la vida de ese pequeño mundo y que representa la verdadera luz bajo la que el “pequeño mundo” vive sus vicisitudes humanas. No es una “bonita fábula”: Guareschi narra un mundo real, hecho también de tragedias, de muerte, de dolor... Su “pequeño mundo” no rechaza la Gracia. Es más, se deja invadir por ella, y la realidad se muestra aún más hermosa. La esperanza se vuelve posible. El mismo Guareschi es así. Él se ha encontrado con Cristo y, aunque es pecador, no rechaza la Gracia».
La exposición recorre toda la vida del escritor, a través de paneles con citas que marcan las distintas secciones del recorrido. En primer lugar la infancia, con recuerdos de una época fundamental para él. También la guerra y el campo de concentración, un verdadero cambio de rumbo, casi una conversión, como escribe en Diario clandestino: «Soy otro yo mismo». Después el periodo de las elecciones del 48, la Democracia Cristiana y los manifiestos y escritos a favor del partido. «Una amplia sección estará dedicada a la “familia” de Guareschi, otro tema fundamental siempre presente en sus obras, en el que vuelve a proponer en clave de humor las relaciones familiares, sobre todo con el padre». Última sección, el ocaso del escritor, un declive también profesional: Guareschi muere en Cervia el 22 de julio de 1968.
Cierra la exposición un último panel: ¿por qué motivo proponer de nuevo a Guareschi en la actualidad? «En primer lugar porque es un escritor cristiano –cuenta el organizador–. Olvidado cuando estaba todavía vivo –a su funeral no asistieron más que unos pocos amigos–, nunca amado por una cierta crítica, tal vez porque era demasiado popular, demasiado católico, Guareschi es redescubierto hoy. Sobre todo por parte de los jóvenes, a través de sus escritos más que a través de las películas. Y no son pocos los casos en los que algunos chavales cuentan, después de haber leído algunos de sus relatos, que han redescubierto a su padre y la relación con él...».
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón