Una semana de actividades en la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas sirvió de provocación para todos los que, pasando por la gran carpa, pudieron ver una exposición sobre la libertad o participar en encuentros públicos con políticos, humoristas, empresarios, dirigentes estudiantiles y educadores. Una propuesta contundente, porque coincide con personas cuya vida muestra en acto lo que las palabras afirman
“Las fuerzas que mueven la historia son las mismas fuerzas que mueven el corazón del hombre”. Ya toparse con este título era una provocación en medio de la UCAB, lo que más tarde se confirmaba en el encuentro con pregoneros que paseaban por toda la universidad o se paraban en una silla de la feria de comidas invitando a participar en los encuentros públicos, o al visualizar la imponente carpa que ocupaba la plaza del estudiante en el centro del campus universitario.
Una libertad inusual
Y es que el Happening 2008 organizado por Comunión y Liberación del 21 al 25 de abril brindó la oportunidad de conocer a personas que se mueven con una libertad inusual en el mundo. Desde que se llegaba al Happening, luego de encontrarse con el título, lo primero que saltaba a la vista era la exposición titulada: “Libertad, ¿para qué?” que proponía un recorrido desde la experiencia más sencilla de libertad, cuando uno de nuestros deseos encuentra satisfacción, hasta el reconocimiento de que la libertad del hombre es la relación con Cristo donde se experimenta una satisfacción plena y total. La muestra fue visitada por grupos de estudiantes y profesores que se quedaban sorprendidos ante la novedad de la propuesta, al punto que en todos los que escuchaban la guía surgía alguna reacción. Al finalizar la visita, unos jóvenes nos dijeron: «Nosotros no somos cristianos, pero esto es espectacular»; y otros: «¿Quiénes son ustedes?, ¿Cómo puedo participar en esto?».
La expo
La exposición fue una propuesta clara: la experiencia de lo que es Cristo supone la libertad verdadera para el hombre. Los estudiantes y profesores de CL que organizaron el Happening asumieron la tarea de hacer de guías para la muestra.
La riqueza de los encuentros durante esa semana fue algo desproporcionado a lo que se había pensado, tanto con la gente que pasaba a ver la exposición como en los actos públicos que se organizaron diariamente. De esa manera se dio cabida a distintas realidades que hacen vida en la universidad, como el Club de Poesía y el de Origami (Papiroflexia), los testimonios de trabajo social de los estudiantes que conforman el grupo de voluntariado de la UCAB, entre otros. También se realizó un cine-forum sobre la película “Good Will Hunting” con la intención de profundizar en el tema central del Happening. Al final, se pudo evidenciar la riqueza de iniciativas que existen en la universidad y a la vez la necesidad de un espacio donde todo confluya a partir de una propuesta clara.
Persona, sociedad y Estado
También se realizaron encuentros con distintas personalidades del país. Ya el lunes se comenzaba de manera importante con Leopoldo López, alcalde del Municipio Chacao, sobre el valor de la persona y la dinámica de las obras, la sociedad y el Estado. Al finalizar el acto, el mismo alcalde resumía diciendo que para el desarrollo de Venezuela es fundamental «tanto Estado como sea necesario y tanta sociedad como sea posible». Luego, el martes el evento fue con el voluntariado de la UCAB donde también participaron los jóvenes y profesores del programa Manos Unidas que lleva adelante la Asociación ICARO, en el cual se profundizó sobre el valor de la caridad.
Continuando la semana, el miércoles se encontraron el dirigente estudiantil Freddy Guevara, protagonista del movimiento que impidió la aprobación de la reforma constitucional en el año 2007, y el empresario Salvador di Ludovico, quien fue dirigente estudiantil de la UCAB en los años 90. En esta ocasión se protagonizó un foro sobre el papel del movimiento estudiantil y la importancia de comenzar a construir desde la universidad, para dar una respuesta real a las necesidades de los estudiantes y también de la sociedad.
El humor y la libertad fue el tema del evento del jueves con el humorista, politólogo y periodista Laureano Márquez. Fue interesante y sorprendente ver a una figura pública como él, tomándose en serio y ensimismándose con el Happening, transmitiendo su experiencia personal. Desde la proyección de la escena final de la película El dictador de Charles Chaplin, hasta la afirmación de que la verdad es objetiva y coincide con Dios, contando de esta manera lo que significa para él la experiencia de verdad y libertad, Laureano configuró un testimonio fascinante para todos los presentes.
¿Quién puede mover el corazón del hombre?
Para finalizar la semana, el viernes se realizó el encuentro central sobre el tema educativo a partir de la propuesta de don Luigi Giussani plasmada en el libro Educar es un riesgo. Para tratar este tema tan importante, se contó con la participación de Luis Ugalde s.j. rector de la UCAB y el profesor Giampiero Aquila, vicepresidente de la Confederación de Escuelas Privadas de México y director de la escuela de primaria Alecrim. En las dos intervenciones quedaba clara la pertinencia de la propuesta de don Giussani y la correspondencia con la experiencia de ambos participantes a partir de la educación como introducción a la realidad total. En este encuentro salía a relucir la emergencia educativa en la cual nos encontramos y el gran desafío que tiene Venezuela: educarnos y educar a partir de una experiencia a la altura del corazón del hombre. Porque, como se evidenció en quienes organizaron el Happening y los que lo encontraban de manera sencilla, quien puede mover el corazón del hombre, dando respuesta a sus grandes exigencias y constituyendo una propuesta atractiva y fascinante para así convertirlo en protagonista de la historia, no es un proyecto ni una idea, sino la presencia de Dios en una realidad humana.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón