Personalidades españolas comentan la entrevista a Julián Carrón publicada el pasado mes de abril por el semanal Alfa y Omega, al cumplirse el año de la Audiencia especial concedida por el Papa Benedicto XVI a los miembros de CL y tras la incorporación a Comunión y Liberación de los 50.000 miembros del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra de Brasil
«En la situación actual no basta la reacción a las provocaciones de los otros; estamos impulsados a descubrir de nuevo la originalidad del cristianismo. Hace falta una presencia original, no reactiva», así expresaba Julián Carrón su juicio sobre la situación que atraviesa la sociedad española y la tarea que nos espera como cristianos. Mientras arranca el segundo Gobierno Zapatero, hemos pedido a personalidades de la vida española que comenten las afirmaciones de Carrón.
Una respuesta original
«La propuesta es lucidísima, también para nuestros curas y obispos. Lo primero e importante no es derribar gobiernos», así comenta José Andrés Gallego, historiador de referencia para una generación completa de historiadores en España, la entrevista en la que Julián apostaba por una presencia que recupere la originalidad del cristianismo.
«La respuesta original está en la forma de vivir nuestras convicciones cristianas no como reacción», subrayaba Nicolás Jouve, catedrático de Genética. César Nombela, catedrático de microbiología ex presidente del CSIC –el instituto de investigación más prestigioso de España– después de leer las frases en las que se apuesta por una presencia original y no reactiva comenta: «Creo que poco testimonio se puede derivar de una actitud exclusivamente reactiva. El mundo está necesitado de una presencia que sea acción convertida en testimonio, que sólo puede resultar de una vida de fe».
La alternativa
«Carrón apunta al corazón de nuestro tiempo. Nos enfrentamos a un contexto brutalmente nuevo, la primera civilización que ha extirpado cualquier sentimiento de lo sagrado», sostiene José Javier Esparza, el crítico de televisión más leído de España.
Julián sostenía que la situación problemática que vive España es «ante todo, una circunstancia para una verificación de lo que cada uno de nosotros amamos, y también para desenmascarar la ambigüedad que puede haber en cada circunstancia humana, por su naturaleza limitada». Esparza glosa: «Hasta no hace mucho, ser católico era algo que entraba en el paquete de la gente de orden. Por supuesto, se trataba de un catolicismo esencialmente formal, social, no siempre vivido como una experiencia interior de fe. El cristianismo ha ido quedando limitado a ser uno más de los rasgos –y no el más señero– de una cierta derecha social, de un sector de opinión que aún encuentra repulsiva la imagen del mundo nihilista. Pero incluso eso está abocado a la extinción. No estamos en la Roma del año uno ni en la Judea de los fariseos. Nos enfrentamos a un contexto brutalmente nuevo, probablemente la primera civilización materialista de todos los tiempos, la primera que ha extirpado de sí misma cualquier sentimiento de lo sagrado. Eso hace el clima más áspero, pero también, en otro sentido, simplifica las cosas: focaliza la alternativa en la fe».
Verificar nuestra adhesión
También se ha medido con las palabras de Alfa y Omega Fernando Vidal, militante del PSOE, miembro de la corriente Cristianos Socialistas y sociólogo. Vidal asegura: «Asumo la invitación de Carrón de ser apóstoles originales, no reactivos ni reaccionarios. Me uno a sus palabras cuando dice que las dificultades verifican nuestra adhesión a lo que realmente merece amor. En esa línea, creo que la interacción de CL con el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra es una gran vía de crecimiento espiritual y apostólico. Giussani nos advertía de la cautela en usar a Dios “convirtiéndolo en principio y apoyo para nuestros proyectos o para nuestros programas”. Giussani tiene razón: los partidos y otros grupos de poder –especialmente los simbólicamente más próximos al mundo cristiano– intentan atribuirse “el voto de Dios” como forma de capitalizarse. Una comunidad católica sólida no se deja manejar mientras que otra que lamentablemente sea insignificante o siga dividida en “las dos Españas” será manejable por uno y otro lado».
Renacer siempre
Siguen los comentarios, ahora sobre las palabras de Giussani tras el referéndum sobre el aborto de 1981: «Este es un momento en que sería hermoso ser sólo doce en todo el mundo. Es decir, es justamente un momento en el que empezar de nuevo desde el principio, porque nunca ha quedado tan demostrado que la mentalidad común ya no es cristiana». «Confieso que me han conmovido estas palabras y la cita que Carrón hace de la frase de Luigi Giussani. Porque, lejos de caer en el tremendismo pesimista de una derrota cualquiera, el cristianismo siempre ha sabido renacer de sus propias cenizas como el mejor ave fénix», asegura monseñor Jesús Sanz, obispo de Jaca y Huesca. Carmen Bobes, catedrática emérita de Literatura –referente en el mundo cultural durante décadas– ha comentado: «Es conveniente tomar conciencia de la necesidad inexcusable de volver a los principios, aunque sean pocos los que estén dispuestos a apoyarlos, aunque efectivamente no sean más de doce, como dice Giussani». Una propuesta que ya es original y no reactiva.
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