Nuevo el tema, nuevo el método. Uno de los comisarios de la exposición de arte contemporáneo cuenta su experiencia
«Es una exposición que te descentra». Quizás este sea el comentario que más me ha hecho entender lo que ha supuesto para el Meeting “Mantener vivo el fuego. Sorpresas del arte contemporáneo”: un encuentro con algo completamente diferente de lo acostumbrado, pero que dice mucho de nosotros.
A los comisarios nos preocupaba no poder ofrecer la experiencia directa de las obras originales, esa que nos permitió descubrir su valor y profundidad. Aceptamos el riesgo, pensando al menos en suscitar el deseo de encontrarse personalmente con el arte de hoy, sin juzgarlo a partir de lo que se dice de él.
Para que eso pudiera suceder debíamos confiar en la iniciativa de los que vinieran. Así que, después del video introductorio, dejamos libre al visitante. Libre, pero no abandonado. En el centro de la plaza en la que se desembocaban las estancias dedicadas a las siete obras de arte de los siete artistas (Jenny Saville, Ai Weiwei, Alberto Garutti, Ron Mueck, Marina Abramovic, Damien Hirst y Anish Kapoor), un grupo de universitarios estaba preparado para recibir todo tipo de preguntas. Los comisarios nos pusimos también con ellos. Era un método muy arriesgado, pero necesario para un conocimiento auténtico. Los propios chavales, la víspera del Meeting, no estaban muy convencidos. «¿Cómo harán para entender sin explicaciones?». Nos fiamos de los ojos y del corazón de los visitantes. Y ha valido la pena.
Surgieron decenas de discusiones apasionantes. Tanto con quien entró escéptico y salió descubriendo un mundo nuevo, como con quien se quedó anclado en su opinión previa (mucho más numerosos los primeros que los segundos). Los chicos, al terminar su turno, se encontraban en el bar, en el hotel, por los pasillos del recinto ferial, respondiendo a preguntas sobre el arte contemporáneo.
Miles de miradas. ¿La artista más polémica? Marina Abramovic, con su performance en el Moma: pasó cien días inmóvil mirando a los ojos de miles de visitantes. Realmente conquistó a las personas más impensables. Como una monja para la que fue como la experiencia que ella vive ante el Santísimo Sacramento. O como Hilari, el obispo ortodoxo de Kiev, que confesó a sus amigos: esa mirada es la imagen más precisa para describir qué es el Meeting de Rímini.
¿El encuentro que más grabado ha quedado en mí? El que he tenido con Elisa, la hija con discapacidad de Ana y Fabricio. Su madre le preguntó qué pensaba de la exposición y empezó a enumerar las letras del abecedario. Con un gesto Elisa la detuvo en la “o”. Luego en la “b”. La “r”. «¿Obras?», le preguntó Anna. Luego otra vez: “v”, “e”, “r”. «¿Obras verdaderas? ¿Quieres ver obras verdaderas?». La mirada de Elisa se abrió en una sonrisa que será difícil de olvidar.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón