Va al contenido

Huellas N.8, Septiembre 2015

PRIMER PLANO / Meeting de Rímini

El mundo como horizonte

Luca Fiore

Muchos y de alto nivel han sido los encuentros sobre temas internacionales: Europa, la ONU, el islam, la democracia… Para conocer sin caer en fáciles simplificaciones

Cuando se el mundo como horizonte, el destino de la convivencia, o de la amistad entre los pueblos, la aventura del conocimiento se hace apasionante y vertiginosa. Y ese vértigo, durante el Meeting de este año, se ha hecho palpable en varias ocasiones ante los grandes problemas políticos, sociales y económicos para los que no existen soluciones simples. El gran enemigo del conocimiento es la simplificación. El alemán Bernhard Scholz, presidente de la CdO, utilizó una expresión francesa: terribles simplifications.
Aquella que banaliza los problemas y ofrece recetas prêt-à-porter, buenas para los nuevos populismos y nacionalismos de 140 caracteres.
Por tanto, hablando de la eurozona, de islam y democracia, de desarrollo económico y fundamentalismo, del papel de los organismos internacionales, el Meeting nunca ha querido evitar la complejidad ni la diferencia de opiniones y análisis. Como en el caso de la situación de la moneda única europea, con un panel compuesto por un francés, un alemán y un italiano. Edmond Alphandéry, ministro de Economía en el París de los años ochenta, Hans-Werner Sinn, uno de los analistas europeos más agudos de Alemania, y Domenico Lombardi, analista de Oxford y consultor económico del G-20 y del Financial Times. Cada uno con sus propias, buenas, razones contrapuestas. Una fotografía de la dramática situación de nuestro continente.
Una de las sorpresas de la semana riminesa (este año el nivel ha sido particularmente alto), siempre enarbolando la imposibilidad de simplificar, fue Rula Ghani, primera dama cristiana del Afganistán musulmán. Contó su historia, que comienza en Líbano y le ha llevado al caos de la Kabul contemporánea. Habló de educación, de acogida de los refugiados, de diálogo respetuoso, y dijo una palabra difícil de pronunciar en su país: esperanza.
El Meeting ha querido mirar de frente uno de los interrogantes propios del momento presente: ¿qué origina el fundamentalismo? Sin duda hay razones culturales profundas. ¿Pero qué tiene que ver con la falta de desarrollo económico? Sobre esto hablaron Lucio Battistotti, Brian Grim, Fouad Makhzoumi, Antonio Tajani y Michele Valensise. La discusión hizo salir a la luz, por una parte, la estrecha conexión entre desempleo en los países árabes y reclutamiento de militantes del Isis, y por otra, la responsabilidad de Europa en la promoción del desarrollo económico de los países al otro lado del Mediterráneo.
Otro de los grandes nudos que se ha querido abordar es la crisis política e ideal de las instituciones internacionales. Monseñor Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede en la ONU de Ginebra, explicó la importancia histórica de un lugar donde sea posible resolver pacíficamente los conflictos internacionales y, al mismo tiempo, un debilitamiento cultural respecto a sus orígenes: «La contracultura de los años sesenta, simbolizada por Woodstock, introdujo una interpretación distinta de las palabras utilizadas en los documentos oficiales, palabras que se redefinen en el contexto de un individualismo a ultranza». Paolo Carozza, de la Universidad de Notre Dame (que este año ha preparado un programa de colaboración con el Meeting), usó una imagen muy eficaz: «¿Qué necesitan los organismos internacionales para mejorar su capacidad de servir a la humanidad? Igual que Pinocho, necesitan un corazón, entendido como capacidad de comprender el bien y la voluntad de perseguirlo».

Enorme, diverso y fijo. Otro tema abordado fue el de las llamadas “primaveras árabes”. ¿Qué ha sido de aquel momento en que salió a la luz la aspiración de pueblos enteros a la libertad y a la dignidad? Sobre ello discutieron Rafaa Ben Achour, Ibrahim Kaboglu, Adel Omar Sherif y Tania Groppi. Fue la ocasión de entender la diferencia también histórica de lo que ha sucedido desde 2011 en los diversos países del norte de África. Historias diversas con desarrollos diversos. Pero no todo ha ido por el mal camino. Es el caso de Túnez, donde, aun con tensión por la amenaza terrorista, el proceso democrático ha dado significativos pasos hacia adelante y la vida política ha mostrado cómo se puede emprender un camino que se abre al diálogo. También lo mostró la intervención del ministro tunecino de Exteriores, Taieb Baccouche, que insistió en que el Mediterráneo no divide sino que une los destinos de los países costeros del norte y del sur.
Es un momento importante de nuestra historia. Imposible de simplificar. Lo señaló muy bien el ministro italiano de Exteriores, Paolo Gentiloni, que para decir qué es este mare nostrum tuvo que recurrir a la fuerza expresiva de la poesía Mediterráneo de Eugenio Montale, que recuerda del Mediterráneo su «arriesgada ley: ser enorme y diverso y fijo al mismo tiempo».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

Vuelve al inicio de página