El mensaje del Santo Padre con motivo de la XXXVI edición del Meeting por la Amistad entre los Pueblos
La sugerente y poética expresión elegida como lema de este año –“¿De qué es ausencia esta ausencia, corazón, que de repente te llena?” (Mario Luzi)– pone el acento sobre el “corazón” que reside en cada uno de nosotros, que san Agustín describió como “corazón inquieto”, que nunca se contenta y que busca algo a la altura de su espera. Es una búsqueda que se expresa mediante preguntas sobre el significado de la vida y de la muerte, sobre el amor, el trabajo, la justicia, la felicidad.
Pero para ser dignos de encontrar una respuesta, hay que tomar seriamente en consideración la propia humanidad, cultivando siempre esta sana inquietud. Con tal compromiso –nos dice el Papa Francisco– «es posible acudir simplemente a alguna experiencia humana frecuente, como la alegría de un reencuentro, las desilusiones, el miedo a la soledad, la compasión por el dolor ajeno, la inseguridad ante el futuro, la preocupación por un ser querido» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 155).
Aquí vemos salir a la luz una de las grandes cuestiones del mundo actual: ante tantas respuestas parciales, que solo ofrecen «falsos infinitos» (Benedicto XVI) y que producen una extraña anestesia, ¿cómo dar voz a los interrogantes que todos llevamos dentro? Ante el sopor de la vida, ¿cómo despertar la conciencia? Para la Iglesia se abre un camino fascinante, como al inicio del cristianismo, cuando los hombres se afanaban en la vida sin el coraje, la fuerza o la seriedad necesarios para expresar las preguntas decisivas. Como le sucedió a san Pablo en el Areópago, hablar de Dios a quienes han reducido, censurado u olvidado sus porqués genera una extrañeza que nos parece lejana de la vida real (…).
Por eso ninguno de nosotros podrá comenzar un diálogo sobre Dios si no alimenta la llama humeante que arde en su corazón, sin acusar a nadie por sus límites –que son también los nuestros– y sin pretender, pero sí acogiendo y escuchando a todos. La tarea de los cristianos –como le gusta repetir al Papa Francisco– consiste en abrir procesos más que en ocupar espacios (cf. ibid., 222). Y el primer paso es precisamente volver a despertar el sentido de esa ausencia de la que el corazón está lleno, y que tan frecuentemente yace bajo el peso de fatigas y esperanzas desilusionadas. Pero “el corazón” está, y siempre está buscando. El drama de nuestros días consiste en el peligro que se refiere a la negación de la identidad y de la dignidad de la persona humana. Una preocupante colonización ideológica reduce la percepción de las verdaderas necesidades del corazón para ofrecer respuestas limitadas que no toman en consideración la amplitud de la búsqueda de amor, verdad, belleza, justicia que reside en cada hombre. (…).
Pero el corazón no se contenta porque, como decía el Papa Benedicto XVI dirigiéndose a los jóvenes de San Marino, «es una ventana abierta al infinito» (19 de junio de 2011). ¿Por qué debemos sufrir y al final morir? ¿Por qué existe el mal y la contradicción? ¿Vale la pena vivir? ¿Todavía se puede esperar en medio de una “tercera guerra mundial por partes” y con tantos hermanos perseguidos y asesinados por motivo de su fe? ¿Aún tiene sentido amar, trabajar, hacer sacrificios y comprometerse? ¿Dónde acabará mi vida y la de las personas que no querríamos perder nunca? ¿Para qué estamos en el mundo?... Son preguntas que todos se plantean, jóvenes y adultos, creyentes y no creyentes. Antes o después, al menos una vez en la vida (…) cada uno tiene que hacer cuentas con una o varias de estas preguntas. Ni siquiera el negador más empedernido consigue extirparlas totalmente de su propia existencia.
La vida no es un deseo absurdo, la ausencia no es el signo de que hemos nacido “tarados”, sino al contrario, es la campana que nos anuncia que nuestra naturaleza está hecha para cosas grandes. Como escribió el siervo de Dios monseñor Giussani, «las exigencias humanas constituyen una referencia, una afirmación implícita de la realidad de una respuesta última que está más allá de las modalidades existenciales que se pueden experimentar. Si se elimina la hipótesis de un “más allá”, esas exigencias se ven sofocadas de forma antinatural» (El sentido religioso). (…)
Por eso Dios, el Misterio infinito, se ha inclinado sobre nuestra nada sedienta de Él ofreciendo así la respuesta que todos esperan sin ni siquiera darse cuenta, mientras la buscan en el éxito, el dinero, el poder, las drogas de cualquier tipo, en la afirmación de los propios deseos momentáneos. Solo la iniciativa de Dios creador podía colmar la medida del corazón; Él nos ha salido al encuentro para dejarse encontrar por nosotros como se encuentra a un amigo. De tal modo que podemos descansar hasta en un mar en tempestad, porque estamos seguros de su presencia. (…)
Con el lema de este año, el Meeting puede cooperar en una tarea esencial de la Iglesia, a saber, «no consentir que alguien se conforme con poco, sino que pueda decir plenamente: “Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí” (Gal 2,20)» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 160) (…) Jesús «vino a mostrarnos, a hacer visible el amor que Dios tiene por nosotros. (…) Un amor activo, real. (…) Un amor que sana, perdona, levanta, cura. Un amor que se acerca y devuelve dignidad. Una dignidad que la podemos perder de muchas maneras y formas. Pero Jesús es un empecinado de esto: dio su vida por esto, para devolvernos la identidad perdida» (Papa Francisco, discurso en un Centro de rehabilitación en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 10 de julio de 2015). Aquí está la contribución que la fe cristiana ofrece a todos, y que el Meeting puede testimoniar sobre todo con la vida de las personas que lo realizan. (...)
Pietro Card. Parolin, Secretario de Estado
HAN DICHO
PIETRO MODIANO
presidente SEA
«Yo vengo desde fuera y me quedo afuera. Aunque debo decir hoy, contradiciéndome de alguna manera, que me encuentro en el umbral. El mismo hecho de que exista un lugar –a mayor razón colectivo– en el que se puedan plantear cuestiones como las que se plantean aquí dice el motivo de mi asombro. Viniendo de lejos, ya no me siento lejano. Y estando en el umbral, me siento legitimado para seguir mirándoos. Con la perspectiva del conocimiento amoroso»
MATTEO RENZI
presidente del Consejo de ministros italiano
«Es preciso reclamarnos a la responsabilidad que tenemos cada uno personalmente. Lo que salvará al país será tomar conciencia de cuál es nuestra fuerza. Italia no acabará nunca por falta de maravillas, sino si perdemos la maravilla, la capacidad de asombrarnos, de ponernos en juego. Italia tiene un alcance enorme, a condición de que reconozcamos que lo que nos hace grandes sigue todavía allí, intacto, y necesita nuestro empeño personal»
NOAM CHOMSKY
catedrático emérito de Lingüística en el MIT de Boston
«Hay que admitir nuestra incapacidad para penetrar en lo que Hume reconoció como los secretos últimos, que residen en una oscuridad en la que seguirán para siempre. La idea de que deban existir unos límites a la comprensión humana se ve a menudo hoy como un retorno al misticismo o una herejía liquidada como misterianismo. El verdadero misticismo está en creer que nuestra capacidad sea infinita»
SABINO CASSESE
juez emérito del Tribunal Constitucional
«Del Meeting me llaman la atención la participación unida por un mismo sentido de solidaridad y la perfecta organización y eficiencia. Dos cosas muy distintas, pero que juntas constituyen un unicum. Es muy raro encontrar un público tan atento interesándose por argumentos tan elevados. Es algo extremadamente positivo. Quienes hablan tratan de acercarse a quienes escuchan, pero también hay una necesidad evidente de atender por parte de quienes escuchan»
BAN KI-MOON
secretario general de la ONU
«Nuestro mundo está marcado por conflictos, incomprensiones y desigualdades crecientes; pero allí donde voy veo personas que favorecen la comprensión, la reconciliación, la esperanza. Es lo que os lleva Rímini. Yo creo en la fuerza de las personas, de los ideales y del corazón humano. Os agradezco que os reunáis con el fin de imaginar un mundo mejor y para construirlo juntos»
RULA GHANI
primera dama de la República islámica de Afganistán
«Creo que tengo el deber de explicar a los jóvenes que en realidad el viaje de la vida empieza en sí mismos, empieza en el yo. El joven debe dar un paso al frente, porque nada llega en bandeja de plata. Lo que puede ayudar de verdad es participar en el servicio a la comunidad. Hay muchísimas oportunidades en el mundo. “¿Qué dará sentido a mi vida?”, se preguntan los jóvenes. Yo les animo a no hacer demasiada introspección sino al contrario, salir de sí mismos»
CARDENAL JEAN-LOUIS TAURAN
presidente del Consejo Pontificio para el diálogo interreligioso
«En nuestras sociedades plurales, las religiones y sus miembros deben ser benévolos y solidarios con todos, conscientes de su llamada a recoger un triple desafío: el deber de la identidad, el coraje de la alteridad y la sinceridad de las intenciones. Entonces descubriremos que el futuro no es otra cosa que el presente puesto en orden para permitir que el designio de Dios se realice, el de hacer feliz a cada persona»
GERMÁN GARCÍA VELUTINI
presidente del Banco Venezolano de Crédito
«Me preguntaba: “¿Por qué mi familia y yo estamos sufriendo?”. Me contestó un pasaje del Evangelio: “Maestro, ¿quién pecó, él o sus padres, para que él naciera ciego?». Contestó Jesús: “Ni él ni sus padres, sino para que se manifieste la obra de Dios”. Pues, si me pregunto “por qué” en un sentido causal, miro al pasado. Si me pregunto “por qué” en un sentido final, miro al futuro y voy a la búsqueda del sentido»
CARDENAL GEORGE PELL
prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede
«Jesús enseña que el primer mandamiento es amar al único Dios verdadero, mientras que el segundo nos pide amar al prójimo con nuestras obras. De esto se deriva que en cualquier actividad humana, como la justicia social, no se puede obviar la necesidad de rezar. La justicia y el trabajo caritativo son siempre cristocéntricos. Desde una perspectiva cristiana, trabajar bien es insuficiente cuando nos olvidamos de Dios»
PUPI AVATI
director de cine
«La carencia es el misterio del ser humano que tiene nostalgia de significado. ¿A qué nos invita esa nostalgia? A atesorar ese destello, el instante en que brilla la felicidad, guardarlo dentro de nosotros. Hay un rincón de tu alma en que, probablemente, puedes esconderlo, para luego volver a encontrarlo, recordarlo, rememorarlo. Creo que tenemos nostalgia de ese misterio, del momento en que hemos experimentado la felicidad»
ROBERTO VITTORI
astronauta de la Agencia Espacial Europea
«Estamos literalmente cautivados –los ojos y el corazón– por la belleza mirando el planeta Tierra; la vista del planeta desde el espacio nos transmite una potente energía. El efecto tridimensional no es reproducible, lo veis en internet, en televisión, es absolutamente único, increíblemente fuerte tanto para los ojos como para el corazón. Y se te queda dentro como una imagen fuerte de energía, de esperanza»
CARLO SINI
profesor emérito de Filosofía teorética
«Decir que sí a la vida quiere decir reconocer que tengo una deuda infinita. Aceptar la vida, con todos los límites que tiene y con todos mis límites, significa que soy libre para aceptarla como una tarea. Es una gran ocasión de libertad. No en el sentido de que puedo hacer lo que se me antoja; puedo hacer lo que se me pide a la luz de un dato fundamental: no como yo quiero, sino como quieres tú»
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón