En esta ciudad, donde todos los habitantes desde hace años sufren una continua incertidumbre social y económica que tiende a paralizar toda iniciativa, el protagonismo de tres jóvenes crea una presencia original en la ciudad. Demostrando que un movimiento social nace siempre de la persona
Desde el 2006 en la ciudad de Oaxaca se están viviendo días de una continua incertidumbre social y económica. Todos los habitantes han sido afectados en diferentes momentos y se agrega la inseguridad de no saber en qué condición encontrarán aún esta bella ciudad al despertarse.
Los habitantes de este mundo zapoteca-mixteco-mestizos-españoles son campesinos, comerciantes, empresarios, artesanos y empleados. Niños y jóvenes, así como las personas mayores, viven continuas movilizaciones, manifestaciones, paros, marchas, en un ambiente de inseguridad pública con amenazas de secuestro, y un panorama de la política que se ha convertido en un ataque de injurias y descalificaciones. Sigue presente el temor a que la violencia vuelva a apoderarse de la ciudad y la lleve al caos y a la barbarie una vez más. Los diferentes sectores se han visto gravemente dañados en su economía y seguridad, creando desempleo e incertidumbre en todos.
Una necesidad personal
Al mismo tiempo en el ámbito nacional se ha dado a conocer la Reforma Fiscal, legislación que está provocando una gran controversia, aunque predomina, a todos los niveles, el desconocimiento de la misma. En este panorama social tres jóvenes trabajadores de CL, Claudia, Rocío y Arturo, se han puesto en movimiento para ayudarse a ver la provocación buena que siempre ofrece la realidad, incluso en las condiciones más duras. El “movimiento” es la persona que vive su fe en las circunstancias concretas de su realidad.
Así que decidieron ayudarse a enjuiciar todos estos movimientos políticos organizando un ciclo de conferencias sobre esta reforma. Ellos, que no son especialistas en la materia, necesitaban plantearse estas preguntas en primera persona: «¿Qué tiene que ver nuestra fe con la reforma fiscal?», ¿«Puedo yo hacer algo por mi Oaxaca?», «¿Qué significa el deseo de ayudar a entenderla y darla a conocer a mis amigos y a todo el público?». Necesitaban responder a estos interrogantes que se avivan ante la realidad social y económica de su entorno.
Decir “yo”
No es nada fácil convocar en estos momentos; sin embargo con un “atrevimiento ingenuo” decidieron en su apenas comenzada amistad hacerse presentes con una iniciativa pública y decir cada uno, personalmente: “yo”. Un asombro novedoso los embargó al verse convertidos en «espectáculo para sí mismos y, Dios lo quiera, también para los demás». El deseo de «amar a Cristo y reconocerle presente» en este panorama que puede llegar a paralizar a la gente les hizo capaces de tomar una iniciativa que trata de responder a una necesidad de todos.
Claudia, recién egresada en la universidad en la licenciatura de Economía y profesora en la Universidad Vasconcelos, cuenta: «La idea de crear un ciclo de conferencias nació el año pasado, debido al entusiasmo que vi en Rocío y Leslie al organizar las conferencias sobre las elecciones municipales en Oaxaca. Me di cuenta que me urgía aprender a juzgar lo que estaba pasando, no sólo a nivel personal, sino en los aspectos más importantes de la realidad en la que me desenvuelvo. Tenía miedo de aventarme, pero tenía que probarme con la realidad. Así que hablé con mi madre y mi tía Dora Luz, responsable del Centro Cultural “La Aventura Humana”, y ellas coincidían en que merecía la pena adentrarnos en la realidad que vivimos».
Ramón y César
Claudia sigue explicando los pasos siguientes: «Vimos juntos que la Reforma Fiscal 2008 aprobada por el Congreso estaría vigente próximamente, pero casi nadie estaba enterado de las repercusiones que llevaría consigo. Acto seguido hablamos con los amigos más cercanos para invitarlos a colaborar en la preparación de un acto público». Muchos son los llamados y pocos los elegidos, así que al final respondieron tres personas. Muy bien, con estos se puede trabajar.
La idea original era armar un ciclo de conferencias para los amigos, pero las cosas se fueron dando de tal manera que se contactó con dos expertos en Derecho Fiscal, que aceptaron gustosamente la invitación: Román y César. El evento se celebró en el salón de un importante restaurante de la ciudad. Y lo más sorprendente es que todo se dio gratuitamente, en un doble sentido, monetario y personal.
Las conferencias superaron las expectativas en cuanto a ayuda: dos amigas, Mariana y Brisia, nos ayudaron a registrar a las personas; Adrián, nos prestó el salón para los actos y ofreció canapés y bebidas gratuitamente; Román, el ponente fiscalista pagó sus viáticos; César vino desde el D.F. expresamente para la plática sin cobrar por su ponencia. Todo fue asombroso: ¿cómo se pueden pagar los dones recibidos?
El trabajo juntos
Claudia acaba su relato con estas observaciones: «El trabajo juntos supuso reconocer mis límites, en especial frente a los amigos que organizamos las conferencias; darme cuenta que el límite no es la última palabra, porque si uno apunta a la verdad se sigue avanzando; como fue el caso de construir algo teniendo cero pesos de presupuesto; o darme cuenta de que sólo tú, Señor, haces que yo renazca; o dar gracias por las amistades que gratuitamente tengo y finalmente, pero no menos importante, darme cuenta que aún cuando uno tenga grandes expertos en el tema, es necesario implicarse y usar la propia razón para llegar a la verdad».
Arturo, licenciado en Ciencias Políticas catedrático de la Universidad Anáhuac en la materia de “Ser humano, seminario de valores, fe y mundo contemporáneo” nos comentó: «En principio mi participación en la conferencia sobre Reforma Fiscal estuvo motivada sólo por el deseo de tener un gesto de solidaridad con las chicas organizadoras. Me parecía ésta una actitud cristiana. Pero posteriormente, el desarrollo me fue mostrando un nivel más profundo del proyecto y de mi participación en el mismo. Creo que al final la conferencia ha sido una oportunidad para entender que los cristianos estamos llamados a actuar dentro de las múltiples dimensiones de la realidad. La fe tiene que ver con la vida, con la posibilidad de ver las distintas realidades humanas e incidir en ellas».
¿De dónde viene?
Rocío licenciada en Derecho y catedrática de la Universidad Benito Juárez, concluye: «Tomarse en serio las necesidades que nuestra sociedad reclama, me llevó a responder a las circunstancias que la realidad presenta, el cambio constante de las leyes fiscales provoca un hartazgo generalizado en quienes debemos pagar impuestos.
Haciendo el análisis político, jurídico y económico de la razón del pago de impuestos y de la creación de nuevas contribuciones me permitió reconocer que la realidad provoca mi protagonismo en la medida en que esté atenta a lo que ofrece; es decir, el conocer los motivos de dicha reforma y las implicaciones que tendrá en mi circunstancia suscitó un interés por aquello que parecía desagradable, con la esperanza de procurar un entorno mejor de nuestra propia sociedad. Reconocer que nos necesitamos para estar atentos a la realidad me dispone a dar de mí lo que no esperaba: mi tiempo, dinero y energías para poder compartir con los amigos un acercamiento a la transformación de las leyes y las implicaciones que tendrían en nuestra vida diaria; surge así una amistad operativa». De una situación adversa, ha surgido un protagonismo y una amistad que ya son patrimonio común. Entonces surge la pregunta; ¿de dónde viene?
EL ESTADO: Oaxaca es el quinto estado con mayor extensión territorial dentro de la República Mexicana; con una gran riqueza natural y aún así solamente representa el 1.5% del Producto Interno Bruto a nivel nacional. Tiene una población de 3.5 millones de habitantes, de los cuales el 52% es menor de 25 años. Los sectores económicos predominantes son comercio, turismo y servicios, que aportan el 70% al PIB estatal.
En materia educativa el rezago es importante dado que la tasa de alfabetismo estatal es de 78.4%; es decir, casi un cuarto de los oaxaqueños arriba de 15 años no saben ni leer ni escribir.
LA CIUDAD: Oaxaca, con su sugestivo nombre precolombino, es una bellísima ciudad de estilo colonial, ubicada en el homónimo estado del cual es capital, en el suroeste de México, no muy lejos de la costa del Pacífico, en el punto de encuentro de tres valles, Etla, Zaachila y Tlacolula, nombres que indican otros sitios monumentales de cultura Zapoteca y Mixteca. Asimismo, ricos son los testimonios de la primera colonización española, con las misiones dominicanas diseminadas en toda el área.
El centro histórico de Oaxaca es uno de los más bellos de todo México y es uno de los destinos turísticos más renombrados del país. Aún así, una belleza y un valor histórico conservados únicamente para el turismo serían poca cosa, si no existieran lugares capaces de transformar la tradición y la belleza en una conciencia cultural viviente.
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