Se suceden las presentaciones de la biografía de don Giussani. Entre descubrimientos y redescubrimientos… En esta Vida hay una vida que continúa
«Conocí a don Giussani al principio de GS, luego mi vida tomó otros derroteros. Esta noche me he vuelto a encontrar con él», exclama un distinguido hombre de setenta años. «He venido para rendir homenaje a una figura controvertida, pero que ha influido mucho en nuestro país. Nunca le conocí, pero recientemente he podido ver sus frutos a través de un grupo de universitarios que han venido a verme: creen en algo, les interesa verdaderamente el bien común», dice el alcalde (del Partido Democrático, PD) de Reggio Emilia. Son algunos fragmentos de conversaciones de las personas que han participado en las presentaciones de Vida de don Giussani, la biografía escrita por Alberto Savorana. Hasta ahora, se han celebrado una treintena de encuentros en toda Italia, pero el calendario para los próximos meses está muy apretado (en la web clonline.org se pueden ver las fechas y los lugares actualizados). Cada vez que ha tenido lugar una presentación ha sido un acontecimiento, sin acento alguno de auto celebración; la ocasión de un encuentro personal con una vida en acto. Algo que ha movido y sacudido.
Se ha visto por la participación. Es el primer dato que salta a la vista: incluso en los lugares en donde la comunidad está formada por un puñado de personas, las salas estaban abarrotadas, como en Aosta o Luino, en la provincia de Varese. Síntoma de que el libro está desatando una oleada de simpatía y curiosidad por la figura de Giussani incluso en los que no le han conocido o, quizá, tenían una visión equivocada de él. Un interés por algo que se intuye que es pertinente para la propia vida, y entonces uno se acerca para “ver y tocar”.
Esto crea encuentros inesperados, que sorprenden. En Reggio Emilia, los amigos de la comunidad habían entregado el libro a una veintena de personalidades influyentes de la ciudad para poder iniciar un diálogo. Uno de ellos (que prefiere mantenerse en el anonimato), les llamaba dos semanas después: «Sólo he conseguido leer doscientas páginas, pero me han bastado. Hay que organizar la presentación. Quiero contribuir a los gastos».
Pero, ¿por qué personas importantes de la vida civil, académica y empresarial se muestran disponibles a leer este libro, a confrontarse con él y a hablar de él públicamente dejando a un lado prejuicios y objeciones? ¿De dónde nace su curiosidad? Savorana, que como autor se ha sentado junto a los ponentes, identifica dos razones: «La conciencia que tienen los que organizan las presentaciones del alcance de la vida de don Giussani para ellos, la conciencia que tienen de que, por tanto, es para todos». En segundo lugar, «el recorrido que Julián Carrón nos está invitando a hacer en estos años. Sin negar o eliminar ciertos errores, ha puesto delante de todos, de forma pública, la naturaleza original de CL. Esto hace posible una simpatía por don Giussani y por el movimiento ahora».
«Mujer, no llores». Sin embargo, el descubrimiento más impresionante procede de los ponentes, muchos de los cuales son “laicos”. Continúa Savorana: «Por sus palabras se ve ante todo que han leído las mil doscientas páginas. Y esto no hay que darlo por descontado. Tal vez porque se han visto atraídos por este hombre». Giussani, para esas personas, no es un hombre del pasado, sino que está presente ahora y les interroga. «La consecuencia es que muchos releen algunos momentos de su propia vida personal o profesional a la luz de momentos análogos de la vida de Giussani».
Algunos ejemplos para dar una idea de este parangón. El profesor Dino Amadori, famoso oncólogo de Forlí, se detenía especialmente en las últimas páginas, las que hablan de la enfermedad. «Me ha impresionado mucho cómo vivió Giussani el misterio del sufrimiento, con el que yo me topo cotidianamente». Giulio Sapelli, profesor de Historia económica en la Universidad de Milán, subrayaba que Giussani fue «un gran innovador dentro de la tradición». Explicaba cómo «a la tragedia del hombre de hoy respondió diciendo “Mujer, no llores”, con un gesto que sólo en apariencia parece no tener nada que ver con todos los problemas que nos afligen, pero que es en cambio la única posibilidad de un nuevo inicio, porque parte de la persona».
Gianni Riotta, editorialista de La Stampa, realizaba una hipérbole comparando el libro a las Florecillas de san Francisco, que con frecuencia son reducidas a fábulas o pensamientos edificantes, mientras que, como sucede en la biografía, lo que ponen de manifiesto es «un camino que tiene su núcleo fundamental en la radicalidad del anuncio cristiano, una invitación a reflexionar continuamente sobre el momento de partida». En Aosta, Giacomo Sado, periodista y ex director de la sede regional de la Rai, al que se había pedido que presentara el libro, al principio quería declinar la invitación. «Luego empecé a leer y el correo que rechazaba la invitación se quedó en el ordenador. Cada página, de forma sorprendente, está dedicada a nuestro hoy».
Para Luciano Violante, ex presidente de la Cámara que ha presentado el libro en Padua, dos palabras identifican la figura de Giussani: «Realismo y militancia». El cristianismo no es una teoría, una doctrina, sino un acontecimiento, ha subrayado. Y ha contado: «Yo soy comunista de formación, y la frase “la solución de los problemas no se produce afrontando los problemas, sino afrontando la naturaleza del sujeto que los afronta” es exactamente lo contrario de lo que indica la ideología comunista como método para afrontar la realidad. El sujeto no interesa». Militancia como testimonio vivo de Cristo. No un cristianismo cerrado, elitista, sino una vida. El último parangón ha sido con su historia: «Nosotros, comunistas, hemos sacrificado siempre a la persona en función de la organización; don Giussani sacrifica todo en función de la persona, porque la persona es el comienzo de todo».
Cristina Muti, mujer del maestro Riccardo, declaraba en Rávena: «Después de veinticinco páginas ya te pertenece, y entonces empiezas a escribir tus observaciones en un cuaderno. Te dan ganas de recorrer el mismo camino que hizo don Giussani; ninguna fustigación, sino una vida que se puede vivir, no es un camino difícil».
Y el profesor Giuseppe Bertagna, célebre pedagogo, subrayaba en Bérgamo que «quizá después de este libro será necesario reescribir algunas páginas de la historia. En don Giussani se ve que la fe realiza una experiencia nueva de la razón, y en esto es epistemológicamente innovador. En cuanto al sentido religioso, ha demostrado una gran consonancia con el arzobispo Montini».
Ejemplos, o más bien fragmentos. En esta Vida hay una vida que continúa.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón