Huellas N.8, Septiembre 2008

PRIMER PLANO - Meeting de Rimini

GS Point

a cargo de Gioventú Studentesca

Reconocer el Misterio presente
¡Estamos aquí!
Nos veíamos en el GS Point porque no queríamos perder la belleza del Meeting y ayudarnos a reconocer lo que nos pasaba a nuestro alrededor. Comentábamos juntos lo que habíamos visto y escuchado, los encuentros y las exposiciones que habíamos visitado, las preguntas que teníamos, lo que más nos interesaba. El lema “O protagonistas o nada” nos obligaba a plantearnos una cuestión: vivir dignamente el Meeting o perder otra ocasión para crecer. Decidimos ser protagonistas con todo lo que somos. Empezando por preguntar.
La respuesta llegó de la mano de personas que acudieron al GS Point, como Rose y Vicky, el padre Aldo Trento, el arzobispo Paolo Pezzi, Magdi Cristiano Allam, Etsuro Sotoo. Nos contaron simplemente su historia y la de su conversión.
Personas sencillas, sin largos curriculums, que han tomado en serio su humanidad y por eso han llegado a ser protagonistas y testigos. El Señor se sirvió de ellos haciendo de sus límites un instrumento para Su gloria. Así lo hizo con la depresión del padre Aldo Trento, misionero en Paraguay, o la enfermedad de Vicky.
Gracias a todos estos encuentros, nuestra amistad ha crecido. Es casi inexplicable ver la unidad que ha surgido entre personas que no nos conocíamos de nada. Una unidad sólo posible gracias al reconocimiento de Cristo presente entre nosotros.
Saliendo de la feria el sábado por la tarde con el corazón colmado de gratitud y el móvil repleto de nuevos contactos, no podíamos más que decir: «Es verdad, se puede vivir así». Como protagonistas.


Encuentros
El estupor de Weiler
Los estudiantes y el profesor: «¿Quién lo ha hecho?»
Normalmente, en los encuentros que organizamos en el GS Point somos nosotros los que tratan de “absorber” todo lo que podemos de las personalidades que vienen a vernos. Esta vez no fue así. Joseph Weiler, profesor de Derecho internacional en Nueva York, salió a nuestro encuentro, quiso conocer lo que somos y lo que nos interesa. Nos cruzamos en la entrada de la feria; se sentó en el suelo con nosotros y nos pidió que cantáramos Povera voce. Nos miraba sorprendido de que estuviéramos allí simplemente cantando y charlando. Se le veía agradecido y nos preguntaba: «Pero, ¿quién lo ha hecho? ¿Quién quiso que nos encontráramos?». Nos miraba como un niño que quiere entender cada palabra que sale de la boca de los adultos. Era él quien quería aprender, y enseguida se estableció una unidad con este hombre judío, de luminosa simplicidad. Tenemos las mismas exigencias, los mismos deseos, la misma tensión hacia el Misterio.
Se creó un clima tan amistoso que Weiler nos contó cómo conoció el Meeting y dijo que cada año espera a que le inviten. Podríamos resumir el encuentro con él con una frase de la canción The things that I see, que cantamos juntos: «Las cosas que veo me hacen reír como un niño, las cosas que veo me hacen llorar como un hombre».
(Francesco, Marco, Dario, Francesca, Maria Giulia)