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Huellas N.9, Octubre 2008

EDITORIAL

Construir sobre roca

«Quien construye la casa de su propia vida sólo sobre la base de las cosas materiales visibles, como el éxito, la carrera y el dinero, construye sobre arena. Aparentemente estas son las realidades verdaderas. Pero todo esto un día pasará. Vemos con el colapso de los grandes bancos que el dinero sencillamente desaparece, y que todas las cosas que nos parecen tan importantes, en realidad son secundarias». Son palabras de Benedicto XVI, al introducir los trabajos del Sínodo en Roma. Con pocas palabras el Papa ha expresado un concepto que se impone con sencillez al sentido común, y a la vez, transforma sus criterios.

Tanto la prosperidad como las adversidades son situaciones contingentes. Van cambiando, y en ellas lo que permanece es la relación con la realidad y con el Misterio que la sostiene. Todos los hombres sienten la caducidad de la vida y, por ello, el juicio del Papa expresa algo que todos pueden constatar. Pero Benedicto XVI ha dicho también que hay algo que permanece, que la precariedad no remite a la nada sino a la relación con el Misterio, que es como una roca que permite construir siempre. Esto nos libera de la servidumbre de las circunstancias y de los altibajos de la historia. Así lo mostraron Gaudí y los padres fundadores de Europa con sus obras. Así lo muestra la capacidad de prestar atención a los hechos que manifestaba John Waters en su visita a España. Así lo muestra hoy, en una situación de crisis económica, toda la riqueza de la caridad de la que este número ofrece algunos testimonios.

Las consecuencias humanas del desempleo son muy graves y ponen al descubierto una necesidad radical. Por lo tanto, acompañar en la búsqueda de un trabajo es un modo concreto de acompañar en la búsqueda del significado. El cristianismo es el Acontecimiento de una presencia humana que sale al encuentro de nuestra necesidad. Citando a don Giussani, Julián Carrón explicaba en la Apertura de curso en Milán por qué podemos construir sobre roca: «El encuentro con Cristo coincide con la experiencia de una humanidad diferente, no sólo al principio sino en todo momento: un año o veinte años después del primer encuentro. El fenómeno inicial está destinado a ser el fenómeno original de todos los momentos del desarrollo. Porque no hay desarrollo si el impacto inicial no se repite, si el Acontecimiento no permanece contemporáneo».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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