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Huellas N.9, Octubre 2008

CL

Huellas en clase

a cargo de los estudiantes de CL

¡Estamos aquí!

El 15 de septiembre la mayoría de los estudiantes italianos volvieron a la aventura escolar. Mientras generalmente, el sentimiento que acompaña la vuelta al cole es la tristeza o la nostalgia de los días libres de las preocupaciones cotidianas, este año hemos empezado con una nueva curiosidad. Queremos vivir los hechos de la vida diaria con la misma intensidad que experimentamos durante el verano, en las vacaciones de GS, las de los adultos, el Meeting, los laudes cada mañana, los rostros de los amigos, la Escuela de comunidad cada semana...¡No queremos nada más que esto desde el principio de curso! Estamos ciertos porque sabemos que se puede vivir así y, sobre todo, que no depende de nosotros. Ya a partir del primer día nos enteramos de esto encontrando a Leonardo Lucchi y Daniele Mingucci, que realizaron el vídeo sobre Rose y el Meeting Point de Kampala. Ver a gente que se mueve nos despierta la conciencia: si hay gente que consigue vivir felizmente con SIDA, en los nueve meses que nos esperan no tendremos excusas para vivir por menos.
(Chiara y Teresa, Pesaro)


ABBIATEGRASSO
PROTAGONISTAS EN CLASE
¿El reto?
Tomarse en serio


La semana pasada volví al cole y me encontré con todos mis compañeros de clase. En un momento dado, Mattia, un amigo mío absolutamente ateo y anticlerical que hasta el año pasado no quería saber nada de la religión, se me acercó y me dijo: «Este año no sé que ha pasado, pero he cambiado. ¿Sabes?, a mí me encanta pescar en el Ticino, y allí veo muchísimas cosas: los colores del alba, la lluvia y el viento que se mezclan con el agua, el sol, los campos de arroz y la naturaleza, unas puestas del sol maravillosas que cambian cada día. Me dio pena pensar que estuvieran allí por casualidad y no para mí. Me hizo sentir incómodo. Un buen día, en julio, miré alrededor mientras pescaba. Estaba completamente solo. En aquel momento entendí que lo que tenía delante estaba ahí para mí, sólo para mí. Fue un momento maravilloso. Me planteé: “¿Quién me está dando todo esto? ¿Por qué?”. Ya no soy ateo, o mejor dicho, soy un ateo en busca de un sentido». Este compañero mío es el protagonista. El protagonista es el mendigo de respuestas que correspondan al deseo del corazón, el que toma en serio su naturaleza de hombre según la dimensión de su deseo. A menudo, la vuelta al cole supone una aridez humana, pero el desafío se juega en clase: podemos sobrevivir sometidos día a día a la instintividad del momento o vivir a partir del deseo de crecer siguiendo quien puede valorar y madurar nuestra humanidad. Es un desafío, y yo lo acepto, siguiendo quien es más hombre que yo.
(Yaio)


UN PANFLETO DE JUICIO
VACACIONES Y LIBERTAD
Constructores de una catedral


Una noche de julio, quedamos para tomar una pizza en un pueblo de Val Vigezzo Giovanni, Maria Luisa, Elena, Anna y yo. Empezamos a leer juntos los artículos de Huellas de julio sobre las vacaciones: proponían cuatro testimonios sobre cómo se puede vivir el verano y la temporada de vacaciones no como una distracción sino como una ocasión para profundizar lo que habíamos vivido durante el año. El último artículo hablaba de unos trabajadores que habían invitado a la gente de St. Moritz a pasar una tarde juntos, y enseguida exclamamos: «¡Tenemos que hacerlo nosotros también!». A partir de aquella exclamación tan espontánea, decidimos preparar un panfleto de juicio sobre la historia de Eluana Englaro, una joven que se encuentra en estado vegetativo desde hace 16 años y que algunos querrían dejar morir interrumpiéndole la alimentación. Al día siguiente, nos encontramos con Annina y Stefania para preparar el texto del panfleto. Los puntos principales eran tres preguntas nacidas en una discusión con un amigo: no entendía por qué nos interesábamos tanto por una mujer que no conocíamos. Pero las preguntas que queríamos poner en el panfleto no eran sólo relativas a la historia de Eluana, sino también sobre el sentido de la vida de cada uno de nosotros. Nos planteamos: ¿Es justo que los jueces autoricen la interrupción de la alimentación? ¿Es verdad que una vida como la de Eluana no merece la pena ser vivida? ¿El valor de nuestra existencia está determinado por lo que podemos o no podemos hacer? Luego propusimos la que consideramos la respuesta a estas preguntas, explicando que la vida es un don y un camino hacia la felicidad, que puede ser vivido también en el sufrimiento y en el dolor. Emanuele y Betta, otros amigos que estaban de vacaciones en Val Vigezzo, nos provocaron para que nuestras afirmaciones no fueran sólo un conjunto de “buenas teorías”, sino una propuesta real de hechos concretos, y nos sugirieron invitar a la gente a un encuentro público. Parecía imposible, pero aceptamos el desafío. Gracias al apoyo de don Adriano, el cura de la parroquia del pueblo, empezamos a distribuir los panfletos después de las misas, y la noche siguiente encontramos a unas cien personas. Empezamos contando a la gente cómo había nacido nuestra iniciativa, leímos y comentamos unos testimonios sobre las vidas de algunos enfermos y de sus familiares, que habíamos elegido junto a los adultos que estaban de vacaciones con nosotros y que contestaban a las preguntas que habíamos puesto en el panfleto. Al final, dejamos espacio para las preguntas de los presentes, que llegaron a contar cosas de su vida privada. Concluimos invitando a todos a hacer juntos Escuela de Comunidad, porque les comentamos que era este el lugar donde habíamos aprendido a juzgar la realidad. Así tuvimos la ocasión de crear una relación entre nosotros, con nuestros padres –que participaron en todo lo que nació durante estas vacaciones– y con la gente que habíamos encontrado. Fue el principio de una amistad que en muchos casos siguió durante todo el verano. La noche después del encuentro, fuimos al bar para comentar lo que nos había pasado, y nos enteramos de dos cosas: primero, la felicidad que resplandecía en los ojos de cada uno de nosotros, y segundo, el estupor frente a una cosa tan grande y maravillosa que había surgido desde nuestra pequeñez. A través de nuestro «sí» reafirmado día a día, nos habíamos convertido en instrumentos de Alguien más grande que nosotros, los obreros de la catedral de Otro.
(Maria Teresa, Milán)


BUSTO ARSIZIO
PRIMER DÍA DE CLASE
La directora: «Contad a los de primero cómo habéis cambiado»


Después del Meeting de Rimini, el desafío de ser protagonistas también en el cole, despertó en nosotros el deseo de vivir todo con la misma intensidad con la que vivimos los encuentros, las exposiciones y el trabajo voluntario en la Feria. Desde el primer día nos provocamos para no censurar este deseo, y cuando la directora pidió a tres amigos nuestros que contaran lo que habían vivido durante los años del colegio a los de primero, nos organizamos enseguida. En las tres intervenciones destacó el mismo aspecto: si dejas abiertos los ojos y el corazón, algo puede cambiar. A partir de una simple curisosidad hacia las matemáticas, Sofía quiso profundizar en esta intuición hasta llegar a una auténtica pasión; Stefano empezó a estudiar siguiendo la satisfacción de sus amigos (que para él antes era algo imposible); Maddalena cambió su manera de enfrentarse al estudio gracias a la relación con unos amigos que le comunicaban una pasión increíble hacia lo que hacían. Frente a estos testimonios, volvimos a sentir en nosotros una pregunta: «¿Quién lo hizo?». En sus intervenciones era evidente que su vida había sido rellenada por Alguien que les había alcanzado a través de unas amistades. No estaban hablando de un recuerdo bonito, sino estaban afirmando aquella Presencia que les había cambiado, y que al mismo tiempo nos cambiaba a nosotros.
(Nicola y Maddalena)

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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