Huellas N.9, Octubre 2008

CL - De Monza a Lisieux

Esta casa es un cielo

Fabrizio Rossi

Una vida (aparentemente) común. He aquí los padres de Teresa

Luis y Celia. Relojero él, encajera ella. Son los padres de Teresa, la «pequeña Teresa» o –como dijo san Pío X– «la santa más grande de los tiempos modernos». El 19 de octubre el cardenal José Saraiva-Martins los declarará beatos en la Basílica de Lisieux: es la segunda vez en la historia de la Iglesia que dos esposos son beatificados juntos (después del matrimonio Beltrame Quattrocchi en 2001).
Luis Martin nace en Burdeos en 1823. A los 22 años solicita unirse a los monjes del eremitorio del Gran San Bernardo, pero es rechazado «porque no conoce el latín». Entonces se traslada a Alençon, y allí abre una relojería. También Celia, nacida ocho años después en Gandelain, se siente atraída por la vida monástica, pero renuncia a ella por motivos de salud. Decide entonces dedicarse al Point d’Alençon, encaje muy célebre en aquella época. En 1858 conoce a Luis. Una voz le dice con claridad: «Esto es lo que he preparado para ti». Después de un breve noviazgo, contraen matrimonio. Tienen nueve hijos, pero cuatro de ellos mueren muy pequeños; los cinco restantes (entre los que está Teresa, la menor) son todo niñas. La jornada de la familia Martin comienza a las 5.30 con la misa; su casa siempre está abierta a los pobres, que pueden contar allí con ropa y un plato caliente. Con estos gestos cotidianos los Martin transmiten la fe a sus hijas; como escribirá Teresa, son «padres más dignos del cielo que de la tierra». Se lo repetirá a su padre desde el convento: «Cuando pienso en ti pienso en el buen Dios». En 1877 Celia muere de un tumor. La familia se traslada a Lisieux; aquí las cinco hijas entrarán en el Carmelo. En los últimos años de su vida Luis pierde lentamente las facultades mentales, y es ingresado en el sanatorio de Caen. En los momentos de lucidez ofrece a Dios la humillación de esta enfermedad. Muere el 29 de mayo de 1894.