LIBRO RECOMENDADO
Philippe Claudel
La nieta del Señor Linh
(Traducción de Amaya Lacasa Sancha)
Editorial Salamandra, Barcelona 2006
pp. 128 – 12,00 €
La nieta del Señor Linh es la historia conmovedora de un anciano que pierde a toda su familia a causa de la guerra, y, por su única nieta recién nacida, decide abandonar su tierra y afrontar un mundo completamente desconocido huyendo con ella a otro país. En el nuevo continente todo va muy de prisa y la muchedumbre de los hombres corre de un lado a otro «como si les fuera la vida en ello». Todo es nuevo, y al anciano le cuesta mucho acostumbrarse. Se queda encerrado en sí mismo hasta que un encuentro le cambia la vida. Un hombre gordo, que huele a humo de cigarrillo, con una historia llena de heridas y preguntas, muy parecida a la del señor Linh: es el señor Bark. Entre los dos nace una preciosa amistad que los dos cuidan, al igual que cuidan de la pequeña nieta del anciano. La historia sorprende con un final completamente inesperado y conmovedor.
La novela de Claudel, habla del amor, de la amistad, de la añoranza de la propia tierra, lejana e inalcanzable, y de la maravilla del corazón humano que puede entenderse con otros a pesar de hablar lenguas distintas. El autor, con sutil maestría, teje la historia entrelazando las palabras y añadiendo a cada una un sentido, una identidad propia, una vida. Es capaz de transformarlas en imágenes, sonidos, olores, recuerdos gracias a los cuales el lector puede sentarse en el banco con el señor Bark; ver el mar y las nubes grises en el cielo triste de la nueva ciudad donde vive ahora el señor Linh; escuchar con ternura los pensamientos del anciano; ver la preciosidad de su nieta, Sang Diú, cuyo nombre significa dulce mañana. El lenguaje del libro, no es el de las palabras, sino el de las imágenes y de los sentimientos. Claudel nos enseña como se pueda comunicar también sin palabras porque «los gestos simples, aunque sin palabras, llenan el corazón».
En la amistad entre los dos hombres podríamos hacer una comparación con el El Principito, el cuento del francés Saint-Exupéry: como la amistad entre el zorro y el niño, la relación entre los personajes de Claudel se domestica día tras día, en las citas diarias de los dos hombres en el banco frente del parque de la nueva ciudad sin nombre. Es el comienzo de algo grande que leemos en los pensamientos del señor Linh: «gracias al señor Bark, el nuevo país tiene un rostro». Una amistad que permite a cada uno de los dos protagonistas volver a encontrarse a sí mismo.
Los dos hombres sufren por la perdida de sus seres queridos. Ambos anhelan el pasado, y ambos tienen la misma dificultad para mirar al presente como un don, como algo que es un bien simplemente porque existe. La novela tiene un lenguaje sencillo, que se refleja en los hechos contados por el autor: entonces, hasta el dolor adquiere una forma casi primigenia. El libro nos lleva a los orígenes escondidos, casi primitivos, pero nunca olvidados, de los dos personajes. La narración está hecha al presente, lo cual nos acerca a la historia del señor Linh hasta el punto de que nos parece vivir con él, caminar con él, sufrir y gozar con él.
Claudel nos enseña que, aunque todo cambie, hay algo que permanece: no cambia el amor, por lejos que nos encontremos, ni el recuerdo y ni el dolor por la tierra abandonada. Por eso, hay siempre un punto, por pequeño que sea, por donde podemos volver a empezar, una nueva esperanza, una dulce mañana que nunca nos abandona ni tampoco nos traiciona. Lo que describe el autor francés es un camino paciente, hecho de pequeños pasos, así cono cualquier hombre avanza en la vida.
Una historia de valor y de virtud para pasar de una vida que conocemos, a un mundo completamente nuevo y diferente. Es también un cuento de belleza y de casa, de respeto por las tradiciones, de naturaleza, de simplicidad y de una búsqueda de identidad. La historia de un hombre que camina hacia su destino porque nunca está solo.
(Olimpia Pizzol)
Borís Pasternak
El doctor Zhivago
(Traducción de Marta Rebón)
Galaxia Gutenberg, Barcelona 2010
pp. 760 – 24,00 €
Dentro de la profusa literatura rusa del s. XX llamada del Gulag, que relata las experiencias del pueblo ruso durante la férrea dictadura comunista, el Doctor Zhivago marca un hito difícil de superar, pues se trata de un romance, una novela de amor contada sin dejar de relatar todo el ambiente, paisaje y personajes decadentes de la Rusia postrevolucionaria. Dos notas biográficas del autor indican la importancia del libro. Le concedieron sólo por esa obra el Premio Nobel, lo que indica la insuperable calidad literaria y narrativa del libro. No fue a recogerlo porque las autoridades rusas le amenazaron con echarlo del país, cosa que hubiera sido una bendición para unos cuantos millones de rusos pero no para Pasternak, señalando de esta manera el infinito amor que tenía por su patria. Estas dos notas definen el libro en todas y cada una de sus páginas y es verdaderamente difícil encontrarse con un libro así. Dicho en palabras del propio Pasternak, puestas en la novela en boca de un escritor: «En los esbozos del día anterior había querido expresar con medios que por su simplicidad llegaban al balbuceo y rayaban con la intimidad de una nana, un estado de ánimo, que era una amalgama de amor y miedo, de melancolía y coraje, de tal modo que se manifestase por sí mismo, casi independientemente de las palabras». En este aspecto, la genialidad narrativa, coincide con otras grandes de la literatura del s. XX. Saul Bellow, también premio Nobel, describe en su libro El legado de Humboldt, la ciudad de Chicago: «El viejo Chicago respiraba otra vez a través de filtros de hojas y mosquiteras. Oí los camiones de bomberos y el alarido de las ambulancias, histérico y profundo, que se mete en las entrañas. Esa noche Chicago jadeaba, un clima para enloquecer». Tal vez sea una frivolidad compararlo con la literatura americana del s. XX con un telón de fondo muy diferente al ruso como es la desinhibida sociedad americana. Sin embargo, la intensidad y la belleza de la vida se cuelan por todos lados.
(Jesús de Alba)
Hans Urs von Balthasar
Una primera mirada a Adrienne von Speyr
Edición San Juan, Madrid 2012
pp. 448 – 30,00 €
Este libro es una «obra doble». En la primera parte, Hans Urs von Balthasar nos presenta la vida y la misión de Adrienne von Speyr en tres momentos: él habla sobre ella, ella nos dice algo sobre sí misma y, en tercer lugar, unas oraciones nos abren el diálogo de ella con Dios. La segunda parte está compuesta por diversos textos de la autora que continúan la «primera mirada» permitiéndonos permanecer un poco más en algunas realidades católicas centrales. Así, esta obra representa un homenaje sincero – también en la nobleza de su formato, materiales y precio – a la misión doble de ambos autores. Así escribe von Balthasar: «Este libro es la presentación de un testimonio: exponer lo que yo viví durante los 27 años de estrecha colaboración con Adrienne von Speyr… estoy convencido de que cuando esta obra esté disponible, aquellos en los que encuentre adecuada consonancia y cuyo juicio importa aprobarán mi valoración y agradecerán conmigo a Dios por haber regalado tales gracias también a la Iglesia de nuestro tiempo… Si en la vida en la obra de Adrienne existe algo significativo, entonces es precisamente esa revitalización medular de la revelación cristiana»: la obediencia de amor del Hijo, la vida trinitaria, el mundo de la oración, el sí inmaculado de María».
Dominique Barthélemy
Dios y su imagen. Esbozo de una teología bíblica
Fundación Maior, Madrid 2011
pp. 166 – 15,00 €
Con muchísimo acierto, la Fundación Maior ha publicado esta traducción española de una obra que apareció en francés en 1963. ¿Por qué? ¿Qué interés puede tener para nosotros un libro que casi ha cumplido 50 años?
La respuesta va ligada tanto al autor como al tema de la obra. Dominique Barthélemy, dominico francés de la École biblique et archéologique de Jerusalén, fallecido en 2002, es uno de los grandes nombres de la crítica textual de la Biblia, especialista en manuscritos del Antiguo Testamento. Antes de escribir esta obra, fruto de sus primeras lecciones en la Universidad de Friburgo (Suiza), había hecho ya grandes contribuciones a la historia de la tradición manuscrita de la Biblia estudiando los textos descubiertos en el Mar Muerto a partir de 1947. Precisamente por ello podríamos esperarnos un texto frío, lleno de tecnicismos, dedicado a diseccionar la Biblia en diferentes fuentes inconexas. No es así. Estas páginas rezuman sabiduría, una sabiduría aquilatada por el profundo conocimiento de la Biblia y modelada por el afecto a la obra de la salvación que ha culminado en Cristo.
Por otro lado, el contenido de la obra es, paradójicamente, de gran actualidad. Benedicto XVI, en su reciente Exhortación apostólica Verbum Domini, y ya antes en su obra Jesús de Nazaret, ha hecho un llamamiento a superar el hiato, que tanto mal hace a la fe, entre exégesis científica y teología creyente. La obra que ahora presentamos es una lograda síntesis entre erudición científica y mirada sobre los textos que nace de la fe. El conocimiento de los textos, de su lengua y de los géneros literarios, fundamenta sus conclusiones. La fe, vivida en el seno de la Iglesia, se convierte en inteligencia de la Escritura.
Cuando se atraviesan las páginas de esta obra sorprende pensar que fue escrita antes de la promulgación de la Constitución Dei Verbum, del Concilio Vaticano II (1965). Y es que ya desde la introducción, Barthélemy combina perfectamente los dos niveles metodológicos que el concilio consagraría a la hora de hacer exégesis: el histórico-crítico y el teológico. Por ello afirma que toda “teología bíblica” debe tener en cuenta dos exigencias, que él mismo respeta a lo largo de la obra: no aislar un libro o Testamento del resto de la Biblia y centrar la mirada sobre lo que Dios nos dice de Sí.
La obra está compuesta de diez capítulos que se conciben como lecciones independientes sobre temas bíblicos del Antiguo Testamento, aunque en una línea “ascendente” siguiendo la historia de la Revelación que tiende a su plenitud en Cristo. Se nos habla así de Job, como el hombre viejo que desconoce a Dios, del drama del Edén, de la elección de un Pueblo y de su dependencia de Dios, de la idolatría, de los grandes pastores Moisés y David, para terminar con los grandes misterios que prefiguran al futuro liberador: la testarudez del pueblo que rechaza a Dios, la decisión de crear algo nuevo, la sangre que limpiará los pecados, y el aliento que hará nuevas todas las cosas.
(Ignacio Carbajosa)
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