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Huellas N.8, Septiembre 2011

IGLESIA / JMJ 2011

«Cuando el misterio inefable nos conmueve»

Carmen Giussani

En el precioso marco del Templo de Debod, la compañía de Luis Ortega interpretó el misterio de la Anunciación, Pasión y muerte, y Resurrección de Cristo 

Las luces, el baile, la voz de las guitarras –voz del alma–, la voz desgarrada y temblante del cante se moldearon para representar los Misterios centrales de la fe, y “resucitar” unidas la razón y el afecto de los seis mil espectadores que pudimos disfrutar del evento. El flamenco, como toda cultura étnica nace del pueblo, y crece y evoluciona por y para el pueblo. No entiende de fronteras ni de límites humanos, ni de lenguas ni de razas. Por eso y por su versatilidad para fusionar con otras culturas su lenguaje es capaz de mostrar la experiencia común a todos los hombres, esa naturaleza humana que Jesús de Nazaret vino a salvar.
Fruto de un largo trabajo creativo, el proyecto nació por iniciativa del Padre Emilio Pérez Núñez, en respuesta a la invitación que Benedicto XVI dirigió a los artistas en 2009. En su discurso el Papa expresaba el deseo de «hacer llegar a todos los artistas [su] invitación a la amistad, al diálogo y a la colaboración», y hacía suyas las palabras de Pablo VI, diciendo: «Os necesitamos. Nuestro ministerio necesita vuestra colaboración. Porque, como sabéis, nuestro ministerio es predicar y hacer accesible y comprensible, más aún, conmovedor, el mundo del espíritu, de lo invisible, de lo inefable, de Dios. Y en esta operación... vosotros sois maestros. Es vuestro oficio, vuestra misión; y vuestro arte consiste en descubrir los tesoros del cielo del espíritu y revestirlos de palabra, de colores, de formas, de accesibilidad». El Papa observaba que «este mundo en que vivimos tiene necesidad de la belleza para no caer en la desesperanza… La belleza, como la verdad, es lo que pone la alegría en el corazón de los hombres; es el fruto precioso que resiste a la usura del tiempo, que une las generaciones y las hace comunicarse en la admiración. Y todo ello por vuestras manos... Recordad que sois los guardianes de la belleza en el mundo».
El Padre Emilio empezó a visitar a numerosos artistas y el que aceptó el reto fue Luis Ortega, que se lo fue comunicando a diferentes amigos que se sumaron al proyecto. El resultado de este trabajo conjunto fue un espectáculo basado en tres escenas evangélicas: Anunciación, Pasión y muerte y Resurrección.
Ciertamente la interpretación de la Anunciación, con una nana que relata la conmoción de María tras el anuncio del Ángel; el “Hágase tu voluntad”, que a través de una bulería nos acerca a la Oración del Huerto, y la representación de la Piedad, han tocado nuestra alma con una delicadeza extraordinaria. A través del instrumento musical del cajón pudimos percibir el inicio de los latidos del corazón de Jesús que comienza a despertar de la muerte y vuelve a su cuerpo resucitado. Es cierto que pocas expresiones como el flamenco atestiguan la realidad misteriosa de la Resurrección, puesto que la pasión, la energía vital, el arraigo de los sentimientos, el empuje de nuestra naturaleza, sólo pueden hundir sus raíces en una fuerza que franquea lo inteligible, una fuerza que es más honda que la muerte.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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