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Huellas N.10, Noviembre 2008

CL

Cartas desde la frontera

Massimo Camisasca

TAIWÁN
Un regalo para mí


La presencia de la Fraternidad San Carlos en Taiwán empezó en 2001. Hoy tenemos dos parroquias a nuestro cargo: la de San Francisco Javier y la de San Pablo. Allí viven los padres Paolo Costa, Paolo Cumin y Emmanuele Silanos. Los dos primeros son también profesores en el Departamento de Italiano en la Universidad Católica Fu Jen.
Hace unos días recibí una carta de Paolo Costa. Os propongo leerla aquí, en esta página, para volver a encontrar, a través de la sonrisa nacida de la sencillez de los niños, la pureza y la fuerza del comienzo.
«Querido don Massimo: Como sabes, en la parroquia de San Pablo hay una guardería católica que pertenece a la diócesis. Acuden unos cien niños de los que uno es católico (el típico 1%). Las maestras son seis y sólo una es católica. La directora, una señora muy distinguida, es católica y enseguida me encontré a gusto con ella. Aunque yo no sea el responsable directo de la guardería, me ha atraído desde el principio que haya tantos niños. Me ofrecí para colaborar y hacer actividades para Navidad, Pascua, y el incio y final de curso. Le dije a la directora que quería ver a los padres por lo menos dos veces al año para explicarles cuál es nuestra idea de persona, y por tanto, de educación. La directora me aseguró que pondría en el programa estos encuentros con los padres.
Me quedo en el patio de la parroquia cuando los padres vienen a recoger a sus hijos para llevarlos a casa y charlo con ellos y con las profesoras. Dos madres me han preguntado por mi fe y sobre por qué soy cura. La directora de la guardería me propuso que diera clase un viernes cada dos semanas y contara a los niños historias de la Biblia. Acepté enseguida. Empecé hablando de Dios, que crea a Adán y Eva. Imagínate, yo con cien niños de 3 a 6 años... Las profesoras estaban ocupadas montando un ordenador para la clase siguiente y no me ayudaron mucho. Yo hacía de Dios y llamé a un niño para que interpretara a Adán. Se tumbó en la tierra y yo le daba forma como si fuera de arcilla, después soplé el espíritu. Luego, creé todos los animales. Bueno, todos no. Me quedé en el gato, el perro y el elefante. Enseñé los animales a Adán, que no estaba satisfecho. Al final, he creado a Eva y a Adán le pareció muy bien. Final de la historia. Doy el micrófono a la profesora que dice: «¡Gracias al padre Costa que nos ha contado la historia de Jesús y María!».
Salí un poco desanimado, pero contento con los niños.
La siguiente historia fue muy bien. Pregunté a los niños qué les había contado la última vez y me respondieron: la historia de Adán y Eva. ¡La respuesta avivó mi esperanza! Así, avanzando un poco, llegué a Noé. También esta vez hice que los niños lo interpretaran: uno hizo de Noé, otros de su mujer, sus tres hijos y las tres nueras. Después, construimos el arca. Otros niños formaron las parejas de los animales. Pero también esta vez nos quedamos en: perro, gato, elefante, jirafa y cebra.
El resto de los niños, tomados de la mano, hacían un gran círculo que representaba el arca. Interpretamos la entrada en el arca de Noé y los animales. Después, golpeando el suelo con los pies, reproducimos el ruido de la lluvia y, moviéndonos, simulamos las olas del mar.
El final de la historia lo he contado de manera sencilla: el cuervo, la paloma y el olivo, el arco iris. Todo fue mucho mejor que la primera vez. Los niños me conocen, me saludan siempre y a sus padres les cuentan en casa muchas cosas.
Estoy contento por esta nueva oportunidad que Dios me da para predicar. Como nos dijiste el año pasado en nuestras vacaciones: volveos niños para hablar con ellos.
Para mí esta es una oportunidad maravillosa para aprender a hablar a los niños y volver a vivir con ellos la historia de la Salvación. La próxima vez lo intentaré con Abrahán e Isaac. Creo que usaré a los niños para hacer las estrellas del cielo y los granitos de arena, y después las ovejas de Abrahán y los camellos. Luego, interpretaremos el sacrificio y al ángel que detiene la mano de Abrahán. Será un regalo para mí poder representarlo».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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