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Huellas N.4, Abril 2011

ENCUENTROMADRID 2011

Hechos que abren la razón

Ignacio Santa María

Un respetable notario deja su despacho durante tres días para ponerse a aserrar paneles de madera y pulir los cantos. Un catedrático recoge las mesas del comedor mientras acarrea una gran bolsa de basura. Una mujer musulmana con su hiyab bien ceñido en la cabeza llega para quedarse “un rato”, pero se pasa allí el día entero y le da pena marcharse. Esto es el EncuentroMadrid: un hecho que rompe los esquemas, vence las extrañezas y abre la razón

Antes incluso de que comiencen las mesas redondas, las presentaciones de libros o de vídeos, antes de que se abran al público las exposiciones, cuando todavía unos cincuenta voluntarios se afanan en las labores de montaje, ya empiezan a cumplirse las expectativas de Rafael Gerez, presidente de este insólito evento que tiene lugar en la Casa de Campo de Madrid: «Queremos dialogar con creyentes y no creyentes, sometiendo a crítica la razonabilidad de la fe. La inteligencia de la fe se verifica como inteligencia de la realidad a  través de la presencia de personas que documentan una humanidad distinta en todos los campos de la vida social: escuela y universidad, trabajo y empresa,  política y compromiso en las instituciones».
Profesores, padres de familia, cooperantes, economistas, profesionales sanitarios, universitarios, empresarios, periodistas, científicos, teólogos y filósofos han paseado durante tres días esta humanidad cambiada ante la mirada de miles de participantes y de las decenas personalidades invitadas. Y lo han hecho de diversos modos: interviniendo en una mesa redonda, guiando una exposición o trabajando como voluntarios en los bares o en las cocinas; subiendo a un escenario para cantar o tocar un instrumento o enseñando a los niños cómo hacer un experimento. En todos los casos, dando testimonio de una novedad de vida. «La sencillez del testigo que no oculta nada fulmina los prejuicios ideológicos», diría el padre Julián de la Morena, durante el acto principal del domingo.
Todos ellos han hecho carne el lema de este año, Inteligencia de la fe, inteligencia de la realidad, extraído de unas palabras de Benedicto XVI que, según Gerez, «explican qué tipo de cristianismo puede hacer una contribución relevante al mundo moderno». Un lema que se entiende mejor al contemplar las exposiciones. Una de ellas, sobre la formidable expansión de la ciencia y el saber en la Europa medieval, solo explicable por un uso de la razón que era alimentado por la fe cristiana y, por tanto, no se encerraba en sí misma sino que se abría de par en par a la realidad. La otra muestra, sobre la figura del beato John Henry Newman, un hombre que prefirió abrazar la verdad a quedarse instalado en los fuertes prejuicios de la mentalidad en la que nació y creció. Una honestidad admirable que le acarreó no pocas incomodidades y sufrimientos durante toda su vida.

Abrir la mente. Durante la inauguración de la muestra “Cor ad cor loquitur”, dedicada al cardenal británico, el director del College’s Center for Faith and Culture, de Oxford, Stratford Caldecott subrayaba: «Tenemos que abrir la mente a la realidad en toda su profundidad. La modernidad europea se enorgullece de la libertad, pero solo la verdad nos hace libres». Caldecott parecía entrar en diálogo con una frase de Julián Carrón recogida en la exposición: «Si el hombre no encuentra lo que responde a esta aspiración, a esta exigencia (de verdad), todo es relativo, opinable y nada será capaz de atraer todo su yo, como documenta el misterioso letargo y el aburrimiento invencible de nuestro tiempo».
Como se puede ver en la exposición, Newman buscaba y amaba la verdad y sabía que la verdad se hallaba en el misterio que había detrás de cada cosa. Un simple paseo por un camino “aburrido” era capaz de despertar en él esa conciencia: «y, sin embargo, era nuevo para nosotros, y nos parecía en esa ocasión realmente hermoso. Y caía sobre nosotros una suave melancolía ¿por qué? Porque los objetos eran nuevos y estaban llenos de misterio».
Es precisamente esa relación del yo con la realidad lo que ha naufragado en nuestra época, como expresaba, Javier Prades, decano de la Facultad de Teología de San Dámaso de Madrid: «Lo que está en crisis es ese misterioso nexo que une nuestro ser con lo real. Nuestra sociedad científico-técnica ha perdido la capacidad de acoger la realidad tal como aparece y, si se debilita la relación con lo real, se debilita inevitablemente la conciencia que tenemos de nosotros mismos». Y citaba al poeta Juan Ramón Jiménez: «Todos los días yo soy yo, pero ¡qué pocos días yo soy yo!».

Gratuidad. Noche del viernes. En la cocina de uno de los tres restaurantes de EncuentroMadrid, un cocinero y dos voluntarios manejan la sartén y el horno a toda velocidad. «Ocho huevos con gulas», grita una voz tras la cortina naranja que los separa de la barra del bar «Decididamente, es el plato estrella», comenta uno de los dos voluntarios mientras coloca con la espátula dos huevos fritos encima de una base de patatas panadera. «Gulas, cebolla, sal y… ¡al horno con los demás!». Cuando este voluntario salió de trabajar fue directamente al recinto ferial de la casa de campo, estuvo un par de horas pintando los carteles con los menús y luego, a la cocina, hasta casi la medianoche. Está molido pero irradia felicidad.
Tras las paredes de la minúscula cocina llegan los acordes de las canciones más famosas de U2. Un grupo las está tocando en directo sobre el escenario. El parecido sonoro con el grupo liderado por Bono es asombroso. Pero no vienen de la verde Irlanda, sino de un taller de coches ubicado en Parla, un municipio cercano a Madrid. Allí es donde han ensayado durante seis meses para lograr este resultado.
Músicos, cocineros, camareros, azafatas, personal de orden, de limpieza, de infraestructuras, etc… son los 500 voluntarios que sostienen EncuentroMadrid. Una nueva generación se abre paso y ya no es extraño ver a padres e hijos haciendo codo con codo estas labores. Con su modo de trabajar, los voluntarios ofrecen el testimonio más expresivo de todos. El testimonio de la gratuidad. «Sin gratuidad no es posible recuperar el sentido del trabajo, superar la desconfianza, reavivar el deseo de construir y de ir más allá», dice el comunicado final de la edición 2011. Y este juicio es especialmente pertinente en el contexto actual, el europeo y, más en concreto, el español.
Un contexto, el de la crisis económica, tras el que se oculta una crisis mucho más profunda, antropológica, que se manifiesta en relaciones marcadas, no por la gratuidad sino por la defensa egoísta del propio interés y por la mutua desconfianza. Philip Blond, filósofo y asesor de David Cameron en el desarrollo de la “Big Society”, lo describió así durante el acto inaugural, celebrado en la Fundación Rafael del Pino, el jueves 31 de marzo: «Un ambiente de desconfianza en el que todo tiende a criminalizarse. Donde hay sospecha, se da inevitablemente un exceso de reglas. Donde crece la confianza en los otros, aumenta la productividad y se evita la burocracia y la mediación de miles de gestores ineficaces». Lo dice delante de la consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar, quien ve la necesidad de que el Estado sostenga un mayor protagonismo de la sociedad y describe su apuesta y defensa por la libertad de las personas y de la sociedad: «el Estado no debe asumir las acciones que la sociedad civil realiza mejor».
En cambio, la gratuidad está asociada al deseo de construir. Lo advierte el empresario Tomás García, consejero delegado del grupo empresarial español Villar Mir, cuyo diagnóstico es que «hemos perdido el sentido del trabajo». Por eso, el presidente de la Compañía de las Obras, Ettore Pezzuto, plantea que «la única alternativa frente al individualismo voluntarista y el estatalismo radical es que el deseo de construir y de ser felices vuelva a despertarse».

Sentido religioso y fe. ¿Pero cómo vuelve a despertarse el deseo? El catedrático de Filosofía de la Universidad de Perugia, Massimo Borghesi, y Javier Prades se mostraron de acuerdo en esto: «Solo un hecho totalmente gratuito puede volver a despertar las grandes preguntas del hombre». Este hecho es el encuentro con una presencia que abraza hasta el fondo a la persona tal y como es, conquistando así su corazón (razón y afecto). Se da una relación recíproca: el sentido religioso es despertado y exaltado por el encuentro con Cristo, pero la fe necesita del sentido religioso para no morir: «se convertiría –señala Borghesi– en una costumbre, en una obediencia pasiva incapaz de afrontar el laicismo burgués o el ateísmo marxista».
«Pensaba que el sentido religioso era solo la vía que te llevaba hasta la fe, pero que una vez que tenía fe, podía dejarlo de lado. Pero llega un momento en que las cuentas no salen», afirmaba la profesora de Derecho Constitucional de la Universidad Bicocca, en Milán, Marta Cartabia. Y, a su lado, Julián de la Morena exclamaba: «Cristo no es un punto de llegada, sino el punto de partida. A partir del encuentro con Él, la vida se hace mucho más interesante. Toda nuestra humanidad se ve exaltada. El deseo de afecto y de paternidad en mi vocación de sacerdote se han visto cumplidos».

El dinamismo del deseo. Aunque campan a sus anchas por todo el recinto, los niños tienen sus propios espacios en EncuentroMadrid. Además de la carpa infantil, donde pueden participar en talleres y juegos, cuentan con su propia exposición. Este año, dedicada a los inventos y experimentos. Tras las cortinas, vislumbramos su pequeño gran mundo: árboles, ardillas, un gran molino de viento…Un grupo de profesores del Colegio Internacional Kolbe, de Villanueva de la Cañada, les explican que, aunque todos los animales han desarrollado técnicas para sobrevivir y adaptarse a la naturaleza, solo el hombre ha sido capaz de perfeccionar esas técnicas sin cesar y crear, de este modo, un sinfín de inventos. Aquí también aparece el dinamismo del deseo. No será la última vez que nos topemos con ella.
Clara Fontana es directora pedagógica de ESO y Bachillerato del Kolbe. Durante la mesa redonda “Tiempo de educar, tiempo de construir”, señalaba que «el valor de los chicos reside en su deseo inextirpable de bien, de belleza y de justicia. Ninguna circunstancia, por horrible que sea, les puede arrancar esto». En esta misma línea Juan Ramón de la Serna, director del Colegio J. H. Newman, afirmaba rotundamente: «el fracaso escolar es el fracaso existencial: es la pérdida del interés por la vida». Antonio Blanco, responsable de educación de los Salesianos, apunta a la importancia de la labor del educador, pues «sólo hay verdadera educación cuando se establece una relación con los jóvenes cargada de afecto».
Junto a ellos, Angelo Candiani, director de ASLAM, asociación italiana que trabaja con jóvenes con dificultad de aprendizaje, explica que el fracaso escolar se origina porque «nadie les muestra a los muchachos el valor que tienen. Educar no es meter nada dentro de los chavales sino sacar todo lo que llevan dentro y que así lleguen a conocer el valor infinito que tienen».

¿Quién eres tú verdaderamente? En la mesa sobre Cooperación al Desarrollo encontramos otra muestra de “inteligencia de la realidad”. Nos lo ofrece el profesor de Economía de la Universidad de Trento, Giuseppe Folloni: «Millones de euros destinados al desarrollo no han tenido el resultado esperado. Ha sido un error de método. El desarrollo económico no es posible sin un desarrollo social y cultural previo. No se puede reducir el desarrollo a la posesión de bienes, es necesario que se desarrolle la persona».
Pablo Llano, director de CESAL lo confirma con su experiencia: «El gran fruto no son las cosas que hemos hecho sino sobre todo el cambio de las personas, la aparición en ellas de un gusto y un interés nuevos por su propia vida». Al igual que José María Vera, director de Planificación de Cooperación de la Secretaría General Iberoamericana: «lo fundamental en el desarrollo es la centralidad de la persona y su movilización, y eso sólo es posible en un encuentro personal».
Es el mismo método que sale a relucir en la mesa redonda dedicada a distintas experiencias de acogida de inmigrantes. Lo expresa Raúl Jiménez, director del Centro de Integración y Participación Hispano-dominicano en Tetuán, que gestiona CESAL: «partimos de cada persona que se nos pone delante; de sus necesidades, capacidades, deseos y preocupaciones». A su juicio, éste es el único modo de reconstruir la vida de quienes escapan de las bandas violentas o acuden a este lugar asfixiados por las enormes dificultades.
Maria Thèrèse Mitsindo, refugiada ruandesa e iniciadora de la Cooperativa Karibú, que acoge en Roma mujeres que han sido víctimas de la violencia o de las redes de prostitución, lo expresa de este modo: «Cuando una de estas mujeres llama a nuestra puerta, le preguntamos “¿quién eres tú verdaderamente?”. Así comienza una relación que las ayuda a recuperar una estima por su propia vida y su historia».
En la plaza de las Obras Sociales de la CdO, hay un stand ocupado por la Asociación San Ricardo Pampuri, de Fuenlabrada. En él, María Luisa y Malika sirven té al estilo marroquí. El sacerdote Antonio Anastasio nos explica la insólita amistad que han trabado con más de una treintena de mujeres musulmanas en este municipio al sur de Madrid. «No somos totalmente iguales ni totalmente diferentes. Somos iguales en el punto más determinante de nuestra humanidad: todos deseamos ser felices. La búsqueda de la verdadera belleza une a todos los hombres». Qué tangible se hace esta afirmación cuando uno escucha al Coro CeT interpretar cantos alpinos o a José Jiménez Lozano leer sus relatos.

Del tabú al protagonismo. El sábado a la hora del café, se proyecta en el Auditorio el DVD ¿Podría yo vivir así? Protagonistas en la enfermedad. Hablan en él pacientes de enfermedades muy graves, la mayoría terminales, y también sus familiares. Una madre cuenta cómo ha visto morir a su hijo en brazos tras una larga enfermedad. Qué fácil es hacer lo que hacen todos: censurar como un tabú el dolor, el sufrimiento y la muerte.
Sin embargo, los organizadores de este encuentro, sanitarios integrantes de la Asociación Medicina y Persona, han querido mirarlos de frente y mostrar a través de este DVD esa cadena de testimonios que certifican que la enfermedad es un drama, pero no una tragedia y que, aun en las situaciones de mayor gravedad, el paciente puede ser protagonista de su vida. Frente a la mentalidad que les recomienda “no implicarse” y “no mojarse”, hay sanitarios que han abrazado hasta el fondo a sus pacientes, mirando su Destino. Los han llevado de la mano a lo largo de la enfermedad, a ellos y a sus familiares, hasta el último segundo de su aliento.
Si estuviéramos en los últimos meses o semanas de nuestra vida ¿quién no quisiera ser cuidado así? Puede parecer el fin, pero cuando alguien nos mira así, aparece otra posibilidad en el horizonte: que la muerte no sea el final, sino el inicio de una nueva vida, como testimoniaba el cardiólogo Felice Achilli hablando en primera persona de la pérdida de su hijo. La inteligencia de la fe nace realmente de la Resurrección que la Iglesia celebra en estos días.

FRASES DESTACADAS

«Dar más protagonismo a la sociedad nos ha permitido resistir mejor esta crisis tan complicada que estamos atravesando»
Lucía Figar

«La realidad es que no somos individuos aislados, sino en relación, y eliminar esa relación sería una abstracción, con resultados absolutamente letales»
Phillip Blond

«Newman mostró que el catolicismo es el gran defensor de la razón y de la libertad. La modernidad europea se enorgullece de la libertad, pero solo la verdad nos hace libres»
Stratford Caldecott

«La Sagrada Familia de Gaudí, como expresión genuinamente católica, muestra su universalidad, corresponde a las exigencias de justicia, verdad y belleza de cada hombre. Obras así echan por tierra el supuesto dogma de la incomunicabilidad entre cristianos y no cristianos»
Javier Prades

«En un tiempo marcado por la indiferencia el encuentro entre personas despierta lo humano en el desierto. Sólo un hecho totalmente gratuito puede volver a despertar las grandes preguntas del hombre»
Massimo Borghesi

«El sistema educativo español tendría que cambiar de los pies a la cabeza, proponiendo otros modelos de éxito que los asentados gracias a las últimas reformas educativas»
Tomás García Madrid

«La ciencia no puede dar cuenta ni de la totalidad del mundo ni de la existencia individual: una y otra son datos últimos inexplicables que nos conducen continuamente a preguntarnos su porqué»
Juan José García Norro

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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