Para las familias, resulta difícil cuidar en su casa a un enfermo mental. Desde 2004, una asociación trata de ayudarles. Así es como lo hacen
Mientras la Organización Mundial de la Salud revela que las enfermedades mentales no paran de crecer, en los países desarrollados entre el 44% y el 70% de los enfermos no reciben tratamiento. Las razones son diversas, pero impresiona la afirmación del último informe CENSIS sobre la población italiana: «Se registra un fuerte menosprecio, al límite de la remoción, de las minusvalías intelectivas, que sobresale en particular cuando ésta afecta la edad evolutiva, una franja de la población donde, por el contrario, predominan estos tipos de minusvalías».
Esta premisa bastaría para entender la importancia de la Asociación Diversamente, que desde 2004 trabaja apoyando a las familias de personas con problemas o enfermedades psíquicas. La capacidad de acoger a personas con dificultad y valorar los recursos, la capacidad de iniciativa, la capacidad para establecer y desarrollar relaciones entre personas con dificultades, cuidadores, trabajadores, voluntarios, amigos, familiares, asociaciones e instituciones, supone un claro ejemplo de subsidiariedad. Los familiares se ven obligados a enfrentarse a problemas cotidianos con criterios muy difíciles de identificar: «¿Le despierto para que se levante o no?», «¿Le hablo o no?», «¿Le invito a salir o no?», «¿Salimos o no?»… Problemas a los que todas las familias se enfrentan cientos de veces y que exigen respuestas no prefijadas a priori, aunque las situaciones sean parecidas, pues cada persona vive en unas condiciones particulares que se han de tener en cuenta.
La actividad de Diversamente, además de la acogida y la escucha, también consiste en momentos de convivencia y apoyo a los padres de los enfermos mentales para afrontar el cuidado y la relación con los profesionales: se habla de una “alianza terapéutica” que implica también a los familiares. Se realizan intervenciones integrales con las estructuras asistenciales, se ofrece información y cursos formativos sobre cuestiones relacionadas con la salud mental, y se organizan talleres de expresión para los familiares.
El objetivo de Diversamente es sobre todo el de ayudar a los familiares a considerar sus dificultades y fatigas –pues la mayoría de las veces se dedican demasiado al enfermo que es familiar suyo–, para alcanzar un mayor equilibrio y una mayor serenidad a la hora de actuar. Otro objetivo es ayudarles a madurar en su capacidad de asumir los problemas cotidianos, que normalmente perciben como muy complicados, pesados, e identificar a cuáles deben dar prioridad.
Se trata de un trabajo que, en estos años, ha conseguido resultados importantes para muchas familias. Como dice Teresa de Grada, responsable de Diversamente, «aumenta la serenidad, la confianza y la objetividad de los familiares; mejora su capacidad para contribuir con su propia experiencia y observación, distinguiendo el papel distinto de cada persona implicada en la asistencia y en la terapia; participan con más energía e inteligencia en los cursos de ayuda».
En resumen, el resultado es que crece en los familiares tanto la capacidad de entrega amorosa como la capacidad de orientarla de tal modo que puedan valorar la parte sana de su familiar.
Por último, aunque su importancia no es secundaria, está la formación de grupos de autoayuda: algunos familiares, después de conocer Diversamente, se han implicado en la puesta en marcha de iniciativas sociales, otros se han formado y ahora son profesionales y trabajadores.
Participación, responsabilidad, identificación de tareas, junto a la disponibilidad para establecer relaciones con todos los sujetos implicados son los puntos clave de esta obra y el corazón de la subsidiariedad.
*Presidente de la Fundación para la Subsidiariedad
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