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Huellas N.8, Septiembre 2010

XXV ANIVERSARIO / De la adhesión de Nueva Tierra a CL

La fuerza no es el número, sino la verdad de la propuesta

JOSÉ MIGUEL GARCÍA no estuvo presente en el encuentro de Ávila con don Giussani, en julio de 1985. En el mes de agosto, participó en las Vacaciones Internacionales en Misurina, junto con Carras y un grupo de universitarios. Luego, se quedó en Italia para una temporada de estudios y tuvo la oportunidad de conocer distintas realidades del movimiento. Desde Milán, envío una carta a Javier Calavia para contarle lo que había visto y abogar por la adhesión a CL 

Milán, 9. 9. 85

Querido Javier, aprovecho el viaje de Castañar a España para mandarte unas letras y compartir contigo algo de lo que estoy viviendo aquí. ¡Lástima que no hayas podido venir! La riqueza de estos días es inmensa. Me gustaría que los curas pudieran conocer la realidad del movimiento. Son extraordinarias las acciones que desarrollan, las actividades son muchísimas y algunas de ellas muy importantes. Pero lo que más me admira son las personas: los universitarios, las familias, los sacerdotes, los que han elegido una vida de virginidad… Cuando hablas con ellos percibes la frescura y la potencia de la fe. En algunos más que en otros, ciertamente; pero, ¡son tantos los que viven en una ilusionada compañía, en un seguimiento gozoso de Cristo! Esta experiencia me sitúa frente a la realidad de que la fuerza no es el número, sino la verdad de la propuesta. Aunque fuera sólo un grupo de cuatro gatos, cambiarían el mundo. Y no es que sean gente de talla intelectual grande, o de dotes o virtudes humanas esplendentes; son gente normal. Ciertamente, tengo que reconocer que son encantadores, aunque este encanto, esta fascinación es ante la nueva humanidad que ellos reciben como un don, porque lo es. Las cosas que podría contarte sobre distintas personas son muchas y bellísimas. En todos ellos aparece un denominador común: el encuentro con Cristo en la Iglesia concreta ha transformado su existencia. Iglesia concreta, que es la compañía que viven entre ellos. Es en esta compañía, en la fidelidad a esta amistad donde sigue operando el milagro del amor de Dios al hombre. Es algo fascinante porque es bello y verdadero. (…)
Un día estuve comiendo con don Giussani (…). Don Gius realzó mucho lo importante que era para la Iglesia española la necesidad de crear un movimiento eclesial fuerte. Hay que trabajar, sufrir y orar para que esta realidad venga. (…) Creo que hay que dejar de discutir sobre los nombres, las historias pasadas, los errores de uno y de otro, y comenzar a trabajar en común. Por eso, creo que si ves al Carras y habláis del curso próximo, conviene dejar muy claro el trabajo común en la Universidad y en las acciones culturales que programen los Centros culturales. También sería deseable una comunión en la formación, es decir, hacer Escuelas de comunidad conjuntas. Pero, en fin, de todo ello se te habrán ocurrido a ti más ideas de las que yo te puedo decir por carta. (…)
Yo no sé cómo quedaron las aguas después del encuentro con don Gius en Ávila. Tampoco sé de lo que se habló allí (…). En todo caso, creo necesario aclarar posiciones, es decir, si estamos dispuestos a trabajar para crear una realidad eclesial viva que integre todos los aspectos de la fe y que vaya más allá de los límites parroquiales. Por supuesto, no creo cierta la opción entre movimiento y parroquia; el movimiento ayuda a la parroquia, como puedo verlo aquí en Milán. (…)
Reza por la Iglesia, porque aumente nuestro amor al hombre, por mi conversión. Os tengo presentes en mis oraciones. Muchos recuerdos a todos. Un fuerte abrazo,
José Miguel

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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